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NEMO: El waze para pesca que se está probando en Chile para evitar choques como el de Bruma
Fotografía: Agencia Uno

NEMO: El waze para pesca que se está probando en Chile para evitar choques como el de Bruma

Por: Barinia Montoya | 18.04.2025
En barcos de Chile se está probando un nuevo sistema satelital que permite georreferenciar con mayor precisión otros barcos grandes o pequeños, mejorando la seguridad ante colisiones como la que enluta a la pesca artesanal. La tecnología también sirve para monitorear la pesca en áreas no permitidas.

La captura de la sardina (Sardinops sagax) y la anchoveta (Engraulis ringens), dos especies pelágicas, que es como se conoce a los peces que habitan cerca de la superficie del mar y en cardúmenes, es una de las actividades pesqueras más reguladas en Chile. La mayor parte de la extracción, aproximadamente el 80 %, se realiza en la región del Biobío, en el sur del país, y está destinada a la elaboración de harina de pescado por la alta demanda que recibe este producto en la industria de la acuicultura. “Es un mercado más estable y lucrativo”, afirma César Jorquera, presidente de la Asociación Gremial de Pescadores de Pelágicos de San Vicente.

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En 2012, tras introducir modificaciones a la Ley General de Pesca y Acuicultura, se incorporaron una serie de normativas, entre ellas un sistema de certificación de desembarque para garantizar que, efectivamente, sean sardinas y anchovetas las que se desembarquen y no otros peces. Eso sucede porque “a veces, en una tonelada declarada de sardina y anchoveta, solo 600 kilos lo eran y el resto correspondía a otras especies”, asegura Jorquera.

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Este proceso de regulación continuó con la incorporación de un sistema de posicionamiento satelital (POSAT), obligatorio para embarcaciones artesanales de entre 12 y 18 metros. Este sistema se utiliza para el monitoreo, control y vigilancia de las embarcaciones pesqueras, asegurando que la operación extractiva se realice en las zonas autorizadas. Sin embargo, muchos pescadores perciben este dispositivo únicamente como un mecanismo de fiscalización y multas, dejando de lado el resguardo de las vidas humanas debido a su imprecisión en la localización de las naves.

Muchos pescadores perciben el dispositivo POSAT como un mecanismo de fiscalización y multas que deja de lado el resguardo de las vidas humanas debido a su imprecisión en la localización de las naves. Foto: César Joquera

Desde 2024, Oceana, una organización dedicada a la conservación de los océanos, junto con el Comité de Manejo de Pequeños Pelágicos Centro Sur, asociado a la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura (Subpesca), impulsó un proyecto piloto para instalar voluntariamente un dispositivo similar al POSAT en embarcaciones artesanales menores a 12 metros y dedicadas a la pesca pelágica.

La principal diferencia consiste en que este nuevo sistema, llamado NEMO, es más preciso que el POSAT a la hora de identificar las coordenadas en las que se ubican las embarcaciones.

Los gestores de este piloto apuestan a que esta mejora permita ganar la confianza de los pescadores en la tecnología para que dejen de verla como una herramienta de vigilancia y sanción y comiencen a entenderla como un instrumento de colaboración para mejorar su labor y fomentar prácticas sustentables. Los resultados, hasta ahora, son auspiciosos.

25 años de dispositivos satelitales

A finales de los años 90, se inició una discusión a nivel internacional sobre la necesidad de aplicar tecnología para visualizar el posicionamiento de las embarcaciones en el mar. Esta conversación se centró en la flota internacional, especialmente en las flotas de larga distancia de países como España, China y Japón. En ese contexto, se implementó el sistema AIS (Automatic Identification System) para mejorar la seguridad marítima y la gestión de las flotas.

En Chile, “se decidió mantener el AIS para la flota pesquera internacional que opera fuera de la zona económica exclusiva y utilizar el VMS (Vessel Monitoring System) para las flotas que operan dentro de la zona económica exclusiva”, explica Cesar Astete, director de las campañas de pesca de Oceana. Así, desde 2000, el 100 % de la flota industrial en Chile cuenta con un sistema de posicionamiento satelital.

En 2012, durante la discusión de la actual ley de pesca, se abordó la necesidad de que las actividades artesanales también contaran con sistemas de posicionamiento satelital. Se llegó entonces a un acuerdo intermedio que representó un avance significativo: todas las embarcaciones artesanales mayores a 15 metros estarían obligadas a contar con un sistema de posicionamiento satelital, conocido como POSAT.

Además, la ley especifica que en el caso de los pequeños pelágicos, como la anchoveta y la sardina común, que representan la principal pesquería nacional con un volumen de un millón de toneladas, la exigencia se aplicaría a embarcaciones de entre 12 y 18 metros.

Actualmente, el país busca avanzar aún más en la regulación de esta pesquería logrando que las embarcaciones menores a los 12 metros también instalen un sistema de posicionamiento satelital. Esta herramienta, llamada NEMO es voluntaria, al contrario del POSAT. Sin embargo, para que funcione, deberá hacer frente a un importante reto: la desconfianza de los pescadores artesanales.

El origen de la desconfianza

De acuerdo con el Servicio Nacional de Pesca (Sernapesca), el POSAT es un dispositivo que no solo permite saber exactamente dónde están las embarcaciones, sino que también aporta transparencia a las zonas de pesca, lo que facilita que las capturas sean reconocidas y certificadas internacionalmente. “Esto significa que pueden vender su pescado con la garantía de que cumple con los estándares globales, abriendo nuevas oportunidades de mercado”, explicaron desde Sernapesca. Además, el organismo estatal asegura que el dispositivo “ayuda a evaluar la historia de pesca en ciertas zonas, lo que es crucial para la instalación de parques marinos”. De esta manera, los caladeros históricos pueden ser protegidos y preservados.

Sin embargo, la percepción de los pescadores sobre el POSAT, al que llaman el “Waze” pesquero, es mayormente negativa. Jorquera, asegura que el sistema “se enfoca únicamente en detectar la presencia en zonas no autorizadas e imponer multas, cuando lo más importante debería ser garantizar la protección de los pescadores en el mar”. El pescador aún recuerda el accidente que sufrió la embarcación Magdalena II en la bahía de San Vicente. “Después de días de búsqueda, pudimos recuperar los cuerpos de nuestros cuatro compañeros pero el POSAT tampoco cumplió su misión”.

la percepción de los pescadores sobre el POSAT, al que llaman el “Waze” pesquero, es mayormente negativa. Foto: Mauricio Altamirano – Oceana

Varios pescadores consultados para esta nota coinciden en decir que el POSAT es impreciso, ya que muchas veces arroja alertas de embarcaciones posicionadas en lugares no permitidos, cuando en realidad las naves están en zonas permitidas.

Además, cuando se obligó a instalar el POSAT en las embarcaciones artesanales de pelágicos que miden entre 12 a 18 metros surgió una reticencia debido a su alto costo. También se generaron asperezas con las pequeñas embarcaciones que no estaban obligadas a incorporar ese dispositivo y que muchas veces “no respetan el período de veda y los sitios permitidos para la captura de recursos”, asegura Jorquera.

Con todo, la implementación de sistemas de posicionamiento satelital en la flota pesquera chilena ha sido un proceso “complejo”, dice Astete.

Para resolver esta resistencia y lograr que los dueños de embarcaciones menores a 12 metros instalen voluntariamente el sistema satelital NEMO, el director de campaña de pesca de Oceana asegura que este dispositivo tiene un componente de precisión más certero que el POSAT por lo que están dialogando con los pescadores artesanales para que vean la tecnología como una herramienta colaborativa y a precio justo.“Su implementación en embarcaciones artesanales permitirá un monitoreo más preciso y colaborativo, beneficiando tanto a los pescadores como al medio ambiente”, destaca Astete.

Proyecto piloto NEMO

Actualmente cerca del 25 % de las embarcaciones que operan en la pesquería no tienen la obligación de contar con un sistema de posicionamiento satelital dado que son muy pequeñas. Tras identificar que existe la necesidad de mejorar la toma de datos en la pesquería pelágica del país, el año pasado se inició la discusión  para que las embarcaciones menores a 12 metros también instalen un dispositivo satelital.

Fue así que en 2024 se instaló el NEMO en tres embarcaciones artesanales pelágicas y se capacitó a los capitanes para manejar todo el proceso. Según Astete, estas pruebas fueron “muy exitosas”, ya que NEMO, al ser más compacto, está diseñado para ser fácilmente instalable en embarcaciones más pequeñas. Además, funciona como un celular, se carga tanto de manera solar como mediante enchufe, y transmite la señal a través de dos fuentes: satelital y celular.

Jaime Molina, proveedor del dispositivo, cuenta que el principal dato que proporciona es la ubicación exacta de la embarcación, pero también permite a los pescadores registrar información adicional, como coordenadas de zonas de pesca y áreas donde hay peces con huevos. Además, facilita la comunicación entre la tripulación y el centro de análisis para alertas, cierre de áreas y avisos de incidentes, ya que el aparato envía datos cada 15 minutos. También muestra la latitud, velocidad, rumbo, fecha, mide distancia y tiempo, y guarda los recorridos.

Tras la experiencia piloto, Carlos Alárcon, capitán de una de las embarcaciones en la que se probó el dispositivo, asegura haber comprobado que NEMO ofrece una localización “más precisa que el POSAT”, algo crucial para las actividades diarias de la pesca. Además, “su bajo costo y mantención lo hace más accesible para los pescadores”, sostiene.

Por otra parte, mientras que el POSAT generalmente se conecta a una batería de 12 o 24 voltios, NEMO funciona con una batería de iones de litio, lo que le permite ser más ligero y tener una mayor duración de carga, asegura Molina.

Asimismo, el dispositivo está habilitado con alarmas que se activan automáticamente y son transmitidas a las estaciones en la cual recepciona los datos. Entre estas se encuentran la alarma de auxilio, que permite al pescador accionar un botón rojo del dispositivo para generar una señal de alerta, y la alarma de ingreso y salida transmite una señal cuando la embarcación entra o sale de un área cuyos límites han sido cargados en el dispositivo. De esta manera, también es posible realizar un monitoreo más exhaustivo de las áreas marinas protegidas.

A pesar de los buenos resultados, es necesario hacer algunos ajustes a la tecnología para contar con un instrumento que cumpla al 100 % con las exigencias, dicen los gestores del proyecto piloto, pues es crucial que su adquisición sea de bajo costo para los pescadores, es decir que su compra sea económica para los pescadores para que no vean mermados sus ingresos.

En abril se probarán las modificaciones para confirmar que la tecnología cumple con todas las funcionalidades requeridas. Luego, se pasará a la última etapa que implica desarrollar cómo se recepcionarán estos datos y cómo la Subpesca los gestionará.

El objetivo para este año es demostrar que la tecnología funciona en las embarcaciones y establecer el sistema de recepción de datos. Con esto, se podrá presentar al comité de manejo los insumos necesarios para analizar cómo implementar este sistema en la flota que busca optimizar la pesca en la región y establecer un nuevo estándar en seguimiento y monitoreo, promoviendo la sostenibilidad y transparencia.

La implementación de dispositivos satelitales no solo busca preservar los recursos marinos identificando las zonas con peces juveniles y áreas restringidas de tal manera que se mejore la gestión pesquera y se protejan las especies en desarrollo, sino también garantizar la seguridad de los pescadores artesanales. “Si logramos implementar un dispositivo en toda la flota pelágica del país, cuyo mayor objetivo además de preservar los recursos sea la seguridad de los pescadores artesanales, pasaremos a tener una pesca modelo con los mayores estándares de regulación en Chile”, asegura Jorquera.

Este es un arículo original del medio Mongabay Latam.