
Innovadora propuesta contra plaga de chinches en Chile: Reemplazar los arces infestados por árboles nativos
Es un insecto de Norteamérica que se introdujo a Chile y se convirtió en una molesta plaga para las ciudades. La chinche del arce se reproduce en los arces del arbolado urbano durante el verano y cuando comienzan a bajar las temperaturas, como sucede en otoño, buscan resguardo en las casas de las personas.
Ya se han reportado casos de chinches dentro de casas o por fuera de las ventanas intentando ingresar, ante lo que se repiten recomendaciones de sellar todas las aperturas de los hogares y rociar con una solución de agua y lavaloza para evitar que proliferen en las superficies del hogar.
Aunque las chinches no son peligrosas para humanos ni para animales domésticos, pueden picar cuando están estresadas y son molestas por su cantidad. En un inicio, las autoridades recomendaban no fumigar ya que los químicos usados afectan a toda la biodiversidad urbana.
Pero la plaga se ha hecho tan intensa que muchos municipios están haciendo rondas de fumigación y vecinos se han organizado para fumigar de forma particular, ya que las soluciones propuestas no han logrado erradicar al insecto.
Arces y árboles nativos
La chinche del arce prolifera en árboles exóticos de la familia del arce, que es una especie de amplio uso ornamental en Chile. Es, por ejemplo, una de las especies exóticas más abundantes en Santiago junto al ciruelo de flor y la robinia.
Podar y eliminar las semillas del arce y retirar la acumulación de hojas y semillas del suelo son algunas de las recomendaciones entregadas por autoridades para paliar la plaga, además de reemplazar el arce por especies nativas. Esto porque los insectos se alimentan de todos estos elementos de los arces.
“Este árbol es de uso muy común en las ciudades chilenas y se parece al plátano oriental. Tiene una hoja grande que cambia de color en otoño, genera muchas hojas y crece rápido, entonces los proyectos de paisajismo le dan prioridad, a pesar de que no es el más idóneo”, explica el investigador de la Universidad de Concepción y del CEDEUS, Francisco de la Barrera.
Entre otros problemas, el arce es un potencial alergeno por su polen, es suceptible a problemas fitosanitarios y además produce muchas hojas que pueden generar basura y tapar el alcantarillado.
El especialista usa el caso de la chinche para destacar la importancia de que exista una amplia diversidad de árboles en el espacio urbano, ya que los proyectos de paisajismo con una sola especie son susceptibles a generar una plaga que afecte a todos los árboles presentes.
La otra recomendación es intentar replicar la vegetación que se puede ver en los espacios naturales de cada lugar, ya que esa es la que va a estar más adaptada a las condiciones climáticas.
“Por mucho tiempo, todo lo que se plantaba en las ciudades de Chile era exótico y se intentaban replicar las plazas de Europa o de Norteamérica. Ahora se están revalorando las especies nativas que no son tan propensas a plagas y no crecen tan rápido, lo que es bueno porque cuando crecen muy rápido se empiezan a caer ramas o hay que talarlas. El árbol nativo es más resistente y va a durar más con menos mantención”, comenta.