
Sociabilizar a través de videojuegos: La razón detrás de la adicción a Fortnite, Roblox y Minecraft en niños y niñas
Los menores tienen un mayor acceso a la tecnología y con el paso del tiempo, esta ha sido a más temprana edad, debido a que cada vez aparecen videojuegos que se transforman en tendencia rápidamente.
Este es el caso de nombres como Fortnite, Roblox, Minecraft o Valorant, de masivo uso en grandes y chicos, debido a que ofrecen una variedad múltiple de plataformas donde interactuar.
De acuerdo al docente y experto en videojuegos, Eduardo Ferry, “son juegos en los que la posibilidad de jugar con otros en línea representa un gran valor para los usuarios”.
“Dentro del segmento de menores de edad, podemos identificar dos grupos etarios significativos. Por una parte, tenemos a los menores de entre 6 y 12 años, y por otro lado, están los menores entre los 13 y los 17 años”.
La popularidad de los videojuegos
“Aunque no existe una norma taxativa sobre la violencia o contenido explícito en los videojuegos, los sistemas de clasificación como el ESRB de Estados Unidos o PEGI de Europa, entregan recomendaciones de videojuegos para ciertas edades, considerando el tenor del contenido que presentan”, añadió sobre la misma.
En ese sentido, sostuvo que “teniendo esto en cuenta, la tendencia de consumo que se ve dentro de estos dos grupos etarios en cuanto a videojuegos específicos es Fortnite, Roblox, Minecraft, Valorant o Among Us entre los principales juegos que consumen”.
“El caso de Roblox es particular, ya que ofrece la posibilidad a niños de crear sus propias experiencias (es como se denominan a los juegos creados dentro de esta plataforma) y compartirlas con otros usuarios”, graficó.
Además, “otro caso particular es el caso de Minecraft, ya que al ser un juego de mundo abierto y de creación, posibilita la exploración y la creación libre como principal característica”.
“Son juegos que ofrecen espacios de exploración y creación o de interacción con el entorno, lo que despierta la curiosidad entre los jugadores. La posibilidad de compartir y colaborar son aspectos importantes, sin olvidar la competencia como agente motor de la experiencia”, cerró el académico Eduardo Ferry.