El kit de supervivencia que salvará a Europa
En su afán armamentista Europa recientemente publicó una nueva guía para la supervivencia en caso de haber algún desastre natural o guerra. Claramente estos mensajes tienen la finalidad de preparar al ciudadano europeo para un eventual enfrentamiento con Rusia y de estar preparados ante cualquier eventualidad.
A través de la publicación de videos y documentos se nos pretende enseñar cómo sobrevivir con lo básico -únicamente con algunos objetos rudimentarios-, lo que contrasta de manera brutal con la realidad de Gaza donde los palestinos buscan seguir existiendo entre los escombros mientras enfrentan una nueva oleada de violencia de aniquilación.
Esto, por supuesto, con el apoyo de Europa y EE.UU. como principales aliados de Israel. Me pregunto si ese kit de supervivencia les servirá de algo a los palestinos ante el genocidio.
Mientras que a los palestinos en Gaza sistemáticamente se les niega alimentación, agua y medicamentos –reforzando la acusación que Israel ocupa el hambre como arma de guerra-, Europa va labrando su propio camino a la destrucción. De esta manera intenta convencer a sus propios ciudadanos de la necesidad de una guerra que no puede ganar, pero que aun así pretende emprender en un futuro próximo (se habla de 5 años), por supuesto, siempre sosteniendo la idea absurda que el agresor no es Europa.
Pero una guerra abierta con Rusia no puede siquiera llevarse a cabo sin tomar en consideración la propia destrucción de Europa. Es de notar que según los modelamientos de guerra nuclear en suelo Europeo -realizadas por la inteligencia norteamericana-, en todos los posibles escenarios Alemania siempre resulta destruida.
Para la preparación por la supervivencia se nos dice que los hogares europeos deben hacerse de ciertas cosas mínimas que le ayuden a sobrevivir 72 horas, entre estos se cuentan: medicinas básicas y artículos de higiene; agua y alimentos no perecibles, así como barritas y frutos secos; luz y energía, como linternas, fósforos, saco de dormir; documentación guardada en bolsas de plástico; herramientas, ideal poseer una navaja suiza.
Pero cualquier persona con un mínimo de sentido crítico, se preguntará ¿Qué pasará después de las 72 horas en caso de guerra nuclear? Aunque el uso de estas armas de destrucción masiva sea aún poco probable, cualquier intento de acrecentar la carrera armamentista significa aumentar las probabilidades de un conflicto abierto con Rusia, y que por tanto, ese peligro -que aún parece lejano -, se acerca lenta y peligrosamente. Por eso es tan evidente la demagogia y la mentira que operan bajo el lema que esta nueva agenda de seguridad asegurará la paz.
Y es que la demagogia en Europa está a la orden del día cuando lo que se requiere es fomentar el miedo. Demagogia que queda bien ejemplificada en los dichos del próximo canciller alemán, Friedrich Merz, que hace unas semanas se refirió al llamado doomsday clock, un dispositivo creado por el boletín de científicos atómicos que a través de la metáfora del reloj indica la probabilidad de iniciarse un conflicto atómico, y que marcaba unos pocos segundos antes de medianoche en tiempos de Joe Biden.
Merz se refirió a ese dispositivo, señalando lo cercanos que estábamos de la aniquilación (doomsday), y que dicha situación justifica ahora la necesidad del rearme europeo. Se nota que este señor no entendió nada de lo que el doomsday clock estaba advirtiendo.
Este ejemplo muestra la situación surrealista de una elite Europea que vive en su propia realidad paralela donde lo importante no es la realidad sino el relato. Lo peligroso es que dichas elites pareciera que realmente se creen sus propias mentiras, lo que promueve aun más su belicismo y necesidad de convencer al ciudadano europeo del gran peligro al cual estamos expuestos si es que no estuviéramos dispuestos a sacrificar lo que queda del estado de bienestar europeo.
Este desenfreno militarista se lleva adelante sin sospechar que es justamente la carrera armamentista la que nos pone en peligro a todos. Vamos a ver cuanto nos ayudará este ridículo kit de supervivencia cuando la guerra estalle, porque todo indica que eso es lo que la elite política europea quiere.
Y ya para cerrar la puerta por fuera, solo hay que fijarse en los movimientos de Starmer y Macron que indican -sin matices- que Francia y Gran Bretaña al parecer son los más interesados en que, ojalá pronto, un conflicto mayor estalle. Si el odio anti-ruso y la nostalgia imperial de estos mal llamados “líderes” tiene algún éxito, vamos despidiéndonos de Europa.
