El caso de un periodista que dio a conocer su situación diagnóstica de VIH+, dio lugar a diversos comentarios que ya analizamos en otra columna. Una afirmación que se repetía era el aumento de nuevos casos por VIH en nuestro país, cuando los datos de años anteriores indicaban que estaban disminuyendo de manera lenta pero consistente.

Según datos entregados por el Instituto de Salud Pública (ISP), el año 2024 se registraron 4.327 casos nuevos, de los cuales 3.520 son hombres y 807 son mujeres; lo que evidencia una pequeña alza en mujeres alcanzando un 18,6% del total de los casos nuevos.

Respecto del año 2023, se registra una disminución de 104 casos, leve ciertamente pero constante y muy alejado de los 6.948 casos registrado en 2018 que es el peak de las nuevas infecciones y que motivo declaraciones del tipo de que el SIDA estaba fuera de control.

Se mantiene la Región Metropolitana (2.256 casos: 52% del total) como la de mayor confirmación, seguida a gran distancia por la Región de Valparaíso (328 casos) y la Región de Antofagasta (274) lo que revela el carácter urbano de la epidemia.

Respecto de las nacionalidades de los nuevos casos, un 58,7% son chilenos. Le siguen de Venezuela con un 16,8%, Colombia y Bolivia con un 6% de los nuevos casos.

Cerca del 66% son personas entre los 20 y 39 años; siendo el grupo etario entre 30 y 34 años, tanto en hombres como mujeres, lo más afectados.

Elementos para una discusión de fondo

A pesar que el documento que se ingresa al Instituto de Salud Pública para la confirmación de VIH de la muestra sanguínea solicita información sobre el uso de PrEP y TARV en caso de no haber sido notificado en nuestro país, este dato sigue sin ser sistematizado por el ISP. Y aquí tenemos un problema, porque no podemos saber cuantos de los casos nuevos son personas que ya conocen de su situación serológica o de la efectividad de PrEP.

En otra arista, el caso de Venezuela es un claro ejemplo que ante una situación de crisis (desabastecimientos de medicamentos) las personas migran a los países que ofrecen esas garantías.

Si analizamos las cifras de los últimos años, vemos que la población extranjera se mantuvo sobre el 40% de las nuevas infecciones; pero si desagregamos por nacionalidad, la población venezolana ha ido disminuyendo su presencia a través de los años: 2021: 1.021 casos nuevos; 2022: 1.284 casos nuevos. El 2024 alcanzó la cifra de 727 casos nuevos, una baja significativa.

Esto no es novedad, lo dijimos hace años. El peak de los nuevos casos en nuestro país se vio afectado por la diáspora venezolana, que no eran solamente “nuevos casos” sino de personas que venían en búsqueda de medicamentos producto de una crisis de salud en sus países de origen. Y que, normalizada la situación o mejorada, esas cifras se iban a revertir.

El aumento de mujeres en los nuevos casos requiere una mayor profundización ya que las cifras del ISP revelan que en las mujeres sobre 60 años ha aumentado desde 80 casos en 2022 a 220 en 2024. Esto puede deberse a personas que han migrado buscando medicamentos.

No se incorpora la variable género. Las personas trans, que es una comunidad afectada por la epidemia del VIH, no se encuentran visibilizadas en el informe del ISP.

Por último, siguen siendo hombres jóvenes que tienen sexo con otros hombres lo más afectados. Pero la última campaña del Ministerio de Salud puso en igualdad de condiciones a mujeres, personas pertenecientes a pueblos originarios y a hombres jóvenes, distanciando a la comunidad más afectada de la posibilidad de adquirir VIH en relaciones sexuales desprotegidas.

Esto es tan evidente como lo demostró la falta de conocimiento sobre las medidas de transmisión del VIH que revelaron panelistas de programas de espectáculos y farándula. Hay que hablar más claro: “El VIH no se transmite por besos o caricias, sino que por relaciones sexuales penetrativas sin condón”.