El Gobierno entró de lleno en el cuarto y último año de administración, y en ese contexto diversas son las voces que realizan balances de lo que ha sido este período en el Ejecutivo que es liderado por el progresismo de la mano de lo que fue denominado como la nueva izquierda.

A pesar de todos los desafíos que el pacto ha enfrentado, lo cierto es que uno de los sellos que anunciaba la propuesta de Gabriel Boric era el fortalecimiento de los derechos sociales y el enfoque de género de carácter transversal en las políticas públicas, algo que ha ido concretándose en la medida que avanzan las gestiones.

En ese contexto, los ministerios del gabinete evalúan su propio desempeño y proyectan las materias pendientes que deberían materializarse durante los próximos meses en virtud del recambio que vendrá acompañado de las elecciones parlamentarias y presidenciales de noviembre de este año.

Una de ellas es la cartera de Desarrollo Social y Familia, encabezada por la titular Javiera Toro (FA), quien en conversación con El Desconcierto comentó las iniciativas en las que han trabajado, lo que queda por delante y el escenario político ad portas de las votaciones que podrían darle continuidad al proyecto del Frente Amplio.

La política de cuidados: uno de los pilares de Desarrollo Social

-¿Cuál es el balance que realiza respecto de lo que ha sido la gestión en su cartera durante estos tres años de gobierno?

-Desde el Ministerio de Desarrollo Social hemos tenido una gestión basada en distintas dimensiones, pero con prioridades en materia de cuidados y en materia de protección de la niñez. Estamos implementando el Sistema Nacional de Apoyos y Cuidados para que cuidar nunca más sea una labor que se hace en soledad, sino que la compartamos de manera más solidaria.

Y estamos implementando la Ley de Garantías de la Niñez y la Adolescencia con medidas como la implementación de las oficinas locales de la niñez en un plazo mucho más acotado que el que nos establecía la ley. De esta manera nos hacemos cargo de necesidades muy sentidas de las personas y ratificamos la importancia de fortalecer los sistemas de protección social.

-¿Estos serían los proyectos estrella de su cartera?

-Un desafío fundamental es enfrentar la pobreza y la desigualdad. Y eso se expresa en distintos ámbitos, en el apoyo a las poblaciones más vulnerables, como niños, niñas y adolescentes, como personas mayores, personas con discapacidad.

También en el fomento de la participación de la juventud, el fomento del emprendimiento y también la política indígena. Por lo tanto, tiene esa transversalidad que forma parte de la protección social. Y en ese ámbito la política de cuidados ha sido una de las prioritarias, que no es solo tarea de este ministerio, sino de distintas instituciones.

De hecho, acabamos de lanzar la Política Nacional y el Plan de Acción de Apoyos y Cuidados, donde hay catorce ministerios que están implementando cien medidas para incorporar los cuidados de una manera más solidaria y reconocer esta labor que durante tanto tiempo se realizaba de manera invisibilizada.

-Queda un año de gobierno. ¿Cuáles son las cosas pendientes o lo que usted espera concretar para este período?

Este año vamos a seguir avanzando en fortalecer la protección social. En materia de cuidados vamos a llegar a todas las comunas del país al año 2026 con la red local de apoyos y cuidados. Vamos a seguir avanzando en Chile Cuida con la inauguración de los centros comunitarios de cuidado.

En materia de niñez vamos a terminar de instalar las oficinas locales de la niñez durante este año 2025 a pesar que la ley contempla un plazo hasta el año 2027.

El presidente Boric nos ha mandado a acelerar la implementación de la ley de adopción que lleva más de once años tramitándose en el Congreso. De esa manera demostramos que hemos avanzado y que seguiremos haciéndolo durante este año.

"Cuesta entender que los cuidados no sean una preocupación transversal"

-¿Cómo proyecta que estos avances continúen independientemente del gobierno que salga el próximo año? Si gana la oposición, ¿sería más difícil que avancen estas políticas?

-Uno espera que cuando hablamos de protección de la niñez o cuando hablamos de apoyar a las personas que cuidan, que son necesidades tan transversales, podamos articular a distintas fuerzas. Hemos demostrado que podemos hacerlo en torno a proyectos de ley que han avanzado en el Congreso.

En ese sentido, este año espero que se apruebe la ley que reconoce el derecho al cuidado y crea el Sistema Nacional de Apoyos y Cuidados. Espero que el clima electoral no signifique que algunos se cierren a estos debates que son tan necesarios, sino que podamos seguir avanzando con consensos que pongan en el centro a las personas.

-Algunos candidatos no tienen como prioridad el tema de los cuidados, como sí ocurre con seguridad. ¿Cómo darle continuidad para que no retroceda todo lo que ustedes han propuesto?

Todos necesitamos ser cuidados en algún momento de nuestra vida y a muchos nos va a tocar cuidar. No habría vida, no habría sociedad, no habría desarrollo económico si no hubiera personas, la mayoría de ellas mujeres, que estuvieran cuidando.

Por lo tanto, cuesta entender que no fuese una preocupación transversal cuando en todas las familias conocemos la realidad del cuidado. El Banco Central calcula que el trabajo de cuidados no remunerados, si se valorizara, podría corresponder a más del 20% del PIB. O sea, el cuidado mueve a la economía, de eso estamos hablando.

Por lo tanto, es sin duda una preocupación transversal que no puede seguir cargándose sobre los hombros de las mujeres. Sería difícil entender que alguien lo califique como un tema identitario o como un tema de nicho cuando es una necesidad tan transversal a todas las familias del país a lo largo de los distintos territorios y en todos los sectores socioeconómicos.

Adopciones: uno de los pendientes de la cartera de Desarrollo Social

-Hablemos sobre la propuesta de ley de adopciones que se tramita en el Congreso. ¿Qué es lo que propone el gobierno? ¿Cómo esperan salir de este estancamiento?

-Tenemos una ley de adopción absolutamente obsoleta, que es del año 1997, y durante todo este tiempo ha avanzado la manera en que comprendemos la protección de la niñez. Tenemos estándares internacionales, tenemos una ley de garantías de la niñez y la adolescencia y por lo tanto, necesitamos adecuar también los procedimientos de adopción.

La urgencia de una nueva ley de adopción no se condice con que durante más de once años el Congreso no haya sido capaz de ponerse de acuerdo en sacar adelante una nueva legislación. Nosotros hemos priorizado eso, hemos construido acuerdos con todos los sectores políticos, tanto en la Comisión de Familia como en la Comisión de Constitución del Senado.

Hemos votado más de 400 indicaciones, la mayor parte de ellas con aprobaciones transversales, incluso unánimes. Entonces, a pesar de las caricaturas, estamos demostrando que poniendo la protección de la niñez en el centro, podemos construir acuerdos, y yo espero que eso se demuestre también cuando llegue a votarse en la sala del Senado, y luego en la Cámara de Diputados y Diputadas.

Yo espero que el clima electoral no entorpezca una legislación que es tan importante para la protección de la niñez y la adolescencia. Todos los sectores dicen que ponen en el centro a la niñez, pero eso se demuestra también al momento de votar.

-¿En qué consiste en concreto la propuesta de adopciones?

-Un ejemplo de ello es potenciar las familias de acogida. Cuando un niño o niña es separado de su familia es la medida más dolorosa que se tiene que tomar para la protección de sus derechos y queremos poner en el centro el derecho a vivir en familia.

Por eso estamos haciendo también un llamado a que más familias se postulen como familias de acogida y así sean cada vez más los niños que son protegidos de esa manera y no están en residencias.

Pero aún así tenemos una cantidad importante de niños entre cero y tres años que están en residencias y necesitamos seguir ampliando la cobertura de las familias de acogida. Eso es un desafío del servicio, pero también de una mirada distinta de la sociedad que se debe hacer responsable.

Entonces, para eso están los cambios a la ley de adopción. Lo que tenemos es que muchas veces hay niños que transitan entre distintas modalidades de cuidado alternativo, ya sean residencias, ya sean familias de acogida, que son sujetos a varios procesos judiciales.

Un niño o niña puede pasar por tres, cuatro procesos judiciales distintos, incluso entre tribunales distintos antes de que se defina finalmente cómo se garantiza este derecho. Por eso la reforma a la ley de adopción es tan urgente y espero que no se siga prolongando su tramitación en el Congreso.

-Hay gente que critica que el proceso de adopción es muy burocrático, que se requieren altos requisitos. ¿Cómo se aborda esa queja?

-El proyecto de ley tiene aspectos que son muy técnicos, pero justamente porque se requiere mejorar los procesos. Y lo principal que tenemos que cambiar en la ley de adopción tiene que ver, por un lado, con reconocer los derechos que hoy día están en la ley de garantías, pero que no están recogidos en la legislación de adopción, como el derecho a ser oído de los niños y niñas, como el derecho a tener una representación jurídica.

También buscamos transformar la lógica judicial. Para llegar a un proceso de adopción propiamente tal, son al menos tres procedimientos distintos a los que se es sometido un niño o niña antes de ser adoptado de manera definitiva.

Por lo tanto, lo que nosotros estamos haciendo es unificar los procedimientos en un único procedimiento de protección, cuya finalidad primera es restaurar el derecho a vivir en familia de ese niño o niña, abrir una etapa de vinculación familiar.

Si esa vinculación no se produce, le pone al juez un plazo de doce meses para tener que tomar una decisión definitiva, que es declarar que funcionó el proceso de revinculación y por lo tanto, eventualmente que ese niño vuelva con su familia de origen o con otro adulto significativo, o definitivamente decretar su adoptabilidad.

Por lo tanto, modificando este proceso judicial, vamos a garantizar plazos más acotados. Y quiero poner el énfasis en que aquí lo importante es la perspectiva y el lugar en que está ese niño o niña. Por lo tanto, el énfasis de los cambios procesales están en esos procesos de protección.

Fortalecer la protección social para enfrentar la baja natalidad

-Chile y muchos países desarrollados enfrentan problemas con la natalidad a la baja y el aumento de la población de adultos mayores. ¿Cómo enfrenta el país este desafío que es tan fundamental para el futuro?

-Los cambios sociodemográficos que está viviendo tanto el mundo como nuestro país, donde hay un proceso de envejecimiento muy acelerado y una baja en la tasa de natalidad, exigen políticas públicas que se hagan cargo de esto.

Y cuando no tenemos sistemas de protección social, cuando no tenemos sistemas de cuidados, la decisión de tener hijos se carga sobre las mujeres y sobre las familias que no tienen redes de apoyo suficiente.

Por lo tanto, cuando hablamos de un sistema nacional de apoyos y cuidados, también hablamos de proteger a las familias y de entregar condiciones para decidir tener o no tener hijos. Y eso es también adelantarnos a los cambios que están sucediendo en nuestro país. Por eso preocupa tanto cuando se cuestiona, por ejemplo, el gasto social.

Hoy día en el mundo, pero también en nuestro país, hay sectores políticos, hay candidatos que hablan de recortes radicales al gasto público. Una candidata en nuestro país habla de recortar seis mil millones de dólares el presupuesto público, lo que es más de cuatro veces el presupuesto del Ministerio de Desarrollo Social.

Entonces, cuando enfrentamos desafíos como el envejecimiento poblacional, como la baja en tasa de natalidad, sería una irresponsabilidad tender a debilitar la protección social cuando lo que necesitamos hacer es fortalecerla.

-Muchas personas comentan que los sueldos no alcanzan para decidir tener hijos, que la educación y la salud es de difícil acceso...

-Es una problemática sin duda multifactorial, y en ese sentido entregar condiciones para decidir qué familia queremos construir es fundamental. Nuestro gobierno en eso ha tenido avances muy claros: el aumento del sueldo mínimo, la disminución de la jornada laboral, una reforma de pensiones, la ley Papitos Corazón de pago efectivo de pensiones de alimentos.

Lo que estamos avanzando en el Sistema Nacional de Apoyos y Cuidados, los avances que se están haciendo para disminuir el déficit habitacional, son todas condiciones sociales que son necesarias justamente para que podamos decidir, por ejemplo, tener o no tener hijos.

Y por eso también este gobierno y esta coalición ponen en el centro la protección de las personas. Y no da lo mismo qué gobiernos, porque cuando se habla de recortes radicales al gasto público, como lo estamos viendo en otros países, eso significa concretamente disminuir beneficios sociales y eso es completamente a contrapelo de lo que las personas están planteando como necesidad.