
Fundación SOL revela alarmante pobreza de tiempo: 51% de mujeres chilenas afectadas y 72% en madres con hijos pequeños
Un reciente estudio de Fundación Sol titulado "Mujeres y pobreza de tiempo, panorama actual del trabajo de las mujeres en Chile", elaborado por los investigadores Andrea Sato, Francisca Barriga, Gonzalo Durán y Benjamín Sáez, revela que más de la mitad de las mujeres chilenas (51%) sufre de pobreza de tiempo, frente al 42% de los hombres.
La investigación, que utiliza los datos de la Encuesta Nacional de Uso del Tiempo (ENUT) 2023 publicada recientemente por el INE, muestra que la situación ha empeorado en los últimos años. "En términos totales, hoy día los chilenos y chilenas somos más pobres de tiempo que hace 8 años atrás", señala Sato en entrevista con El Desconcierto.
Sin embargo, el panorama es aún más crítico para ciertos grupos de mujeres. De acuerdo con el estudio, el 72% de las madres con hijos menores de 6 años se encuentra en situación de pobreza de tiempo. "Estamos hablando que estas mujeres no tienen ni siquiera tiempo para dormir, para asearse", advierte la investigadora.
Además, esta condición persiste durante años: "Lo que observamos es que al menos 12 años de las madres van a ser pobres de tiempo solo por el hecho de haber decidido convertirse en madres", agrega Sato.
Desigualdad en la carga global de trabajo y la carga mental invisible
El estudio se basa en un indicador que establece una línea de pobreza de tiempo. Para no ser considerado pobre de tiempo, una persona debería disponer de al menos 67,5 horas semanales libres después de destinar 8 horas diarias a dormir, una hora para cuidado personal, dos horas para transporte, dos horas para alimentación y 9,5 horas semanales para ocio.
En este contexto, la carga global de trabajo es un concepto central del análisis. Este término engloba tanto el trabajo remunerado como el no remunerado (doméstico y de cuidados). El estudio reveló que existe una diferencia promedio de dos horas diarias entre hombres y mujeres en esta carga global, con las mujeres trabajando más.
Por otra parte, la investigación también destaca que, aunque ha habido una mayor participación de los hombres en tareas domésticas, el avance es mínimo. "En estos 8 años, han aumentado en tareas domésticas 8 minutos los varones", comenta la investigadora.
Asimismo, el tipo de tareas que realizan los hombres es diferente. "Hay una alta participación de los varones en labores vinculadas a mantención y reparaciones", explica Sato, pero "participan muy poco, por ejemplo, en la cocina diaria". Esto significa que los hombres tienden a realizar tareas esporádicas en lugar de las labores diarias y constantes.
Soluciones y propuestas para combatir la pobreza de tiempo en Chile
Otro aspecto relevante que se menciona es la carga mental que soportan las mujeres en la gestión del hogar. Esta incluye la planificación, organización y administración de las tareas domésticas y de cuidado, lo que genera "una carga mental importante que puede provocar ansiedad" y "un estrés adicional a las mujeres que se hacen cargo de los hogares", según la investigadora.
El estudio también señala que la pobreza de tiempo afecta desproporcionadamente a las mujeres de menores ingresos. A diferencia de las mujeres con mayores recursos económicos, quienes pueden externalizar algunas tareas domésticas y de cuidado, las mujeres de bajos ingresos deben asumir toda la carga por sí mismas.
En cuanto a posibles soluciones, Fundación SOL propone varias líneas de acción. Una de ellas es la reducción de la jornada laboral. "Creemos profundamente que una estrategia y una línea importante es poder reducir las jornadas de trabajo de manera sostenida", afirma Sato.
Adicionalmente, la investigadora menciona la necesidad de mejorar la planificación urbana y el transporte público para reducir los tiempos de desplazamiento. "Las personas están utilizando muchísimo tiempo en transportarse, principalmente de sus casas al trabajo, horas que nadie se las paga, horas que no son contabilizadas", explica.
También, en conversación con El Desconcierto, Sato hizo un llamado a repensar cómo la automatización y las nuevas tecnologías podrían contribuir al bienestar de las personas en lugar de generar más precariedad. "Lo que deberíamos pensar es cómo el aumento de la productividad gracias a mejoras tecnológicas y modernización de algunas industrias debería impactar en, por ejemplo, reducir jornada de trabajo sin reducir puestos de trabajo", sugiere la investigadora.
En conclusión, la investigación evidencia un problema estructural que afecta principalmente a las mujeres. "Desde Fundación SOL consideramos fundamental la lucha por un bienestar general que implique mejores ingresos, mejor calidad en el empleo y mejor calidad de vida, lo que implica que podamos tener horas de descanso, horas de ocio, horas para organizarnos", cierra Sato.