Dos ballenas murieron chocadas por barcos en Chile en una semana: País muestra su preocupante récord
A días de que se publique un estudio donde Chile se identifica como el país donde mueren más ballenas por choques con barcos, los científicos que realizaron el análisis identificaron dos nuevas ballenas que murieron por esta razón a pocos días de diferencia.
El 22 de enero se encontró una ballena jorobada muerta, flotando en Nehuentué en La Araucanía. Se trataba de un macho juvenil, con una lesión cerca de su ojo y severos hematomas en el tórax, correspondientes con traumatismos por colisión con una embarcación de mayor tamaño.
“Duele más cuando son juveniles, porque son las siguientes generaciones de genes que aportan a la población. Ni siquiera llegó a la madurez sexual, por lo que no alcanzó a reproducirse”, se lamenta el investigador y veterinario Frederick Toro, de la ONG Panthalassa y de la Universidad Santo Tomás.
A los pocos días, en las costas de Tocopilla se reportó el varamiento de un cachalote que llevaba mucho tiempo muerto. Tenía unas lesiones lineales que indicaban que se había quedado atrapado en una malla de pesca o acuicultura, y también tenía hematomas en la mandíbula y en la ingle consistentes con un choque con barco. Los investigadores concluyen que el enmallamiento del cachalote lo dejó más propenso a sufrir una colisión, por lo que ambas situaciones pueden haber contribuido a su muerte.
Ballenas atrapadas
Estos dos casos despertaron la alerta de Toro y de la oceanógrafa Susannah Buchan, co autores del estudio publicado en la revista internacional Marine Policy, donde se analizan 226 casos de ballenas muertas en Chile desde 1997 a 2023.
Entre las ballenas con causa de muerte conocida, un tercio correspondieron a choques con barcos. Esto posiciona a Chile como el país del mundo donde más ballenas han muerto por esta causa desde 2013.
“Es muy triste y preocupante lo que está pasando. Cuando publicamos el estudio vimos mucho interés en la gente, porque las ballenas son animales majestuosos y es nuestro deber como sociedad protegerlos. Pero tanto el análisis de nuestra investigación como estos dos nuevos casos nos demuestran el océano se ha vuelta una verdadera carretera de alto tránsito y que nuestras ballenas corren peligro”, alerta Buchan.