Clases sobre pueblos originarios: ¿Un nuevo desafío educacional?
Hace algunos días se dieron a conocer algunos cambios que experimentarán parte de los colegios de nuestro país, estos tendrán que reducir horas lectivas de otras asignaturas para incorporar clases sobre pueblos originarios de carácter obligatorio. La decisión mantiene “aplausos” y “rechazo”, sin embargo, el foco de tensión será emancipado completamente a partir de marzo con la ejecución del proyecto, idea, o bien, ocurrencia curricular a estas alturas de la planificación anual.
En primer lugar, la decisión suscitada no ha dejado indiferente al Colegio de Profesores y la Asociación de Educadores de Chile, quienes apuntan a la gran complejidad de llevar todo esto a cabo. Por otro lado, fue el Ministerio de Educación (Mineduc) quien exigió la incorporación de un nuevo ramo lectivo, cuyo título se denomina “Lengua y Cultura de Pueblos Originarios Ancestrales”; dicho sea de paso, medida que debe ser instalada entre este y el próximo año obligatoriamente.
Por otro lado, esta asignatura debe ser adjunta al plan curricular efectuando todos los cambios que esto requiera, por tanto, el objetivo primario es instalar su contenido en todos los establecimientos educacionales que hospeden un 20% o más de alumnos pertenecientes a los pueblos: Mapuche, Aymara, Rapanui y Quechua.
Y también, su vez, en todo recinto educacional que albergue a lo menos una matrícula perteneciente a las siguientes etnias: Diaguita, Yagán, Colla, Lickanantay y Kawésqar, sin duda, todo un desafío de forma y fondo para colegios que tienen cerrada su planificación curricular y actividades adyacentes en estas materias.
En segundo lugar, la cartera estatal determinó que serán en promedio 3.088 los recintos educacionales que deberán acatar esta medida ejecutando el nuevo “prolegómeno” curricular. A lo cual, el presidente del Colegio de Profesores señaló lo siguiente: “Los colegios están bastante saturados de cuestiones administrativas y sobrecarga de trabajo, y esto efectivamente implica mover horarios, y eso en un colegio es como un castillo de naipes”.
Cabe señalar que la determinación del Ministerio de Educación permite libertad de horario para que los colegios lleven a cabo esta nueva asignatura, no obstante, esto significará si o si al final del día tendrán que “robar” tiempo a otras asignaturas que, por definición, son mucho más valoradas en la aclamada PAES (Prueba de Acceso a la Educación Superior), cuestión que parece no importar a los “grandes” pensadores de esta flamante idea.
Llama la atención que esta asignatura no posee requisito de ser profesional para poder impartirla, por el contrario, cualquiera que ostente la asignación de “Educador Tradicional” a través de los organismos pertinentes y Mineduc podría dictar el curso enunciado. En simple, la vacante para enseñar estos lineamientos debe ser conocedora de las tradiciones, costumbres, cultura y dialecto del pueblo originario, de esta forma, transmitir la “memoria histórica” de aquellos pueblos que precedieron a nuestra época.
En tercer lugar, necesitamos tener presente que los cambios generalmente tienen un costo asociado, más aún, ellos pueden venir a fortalecer o socavar la matriz de un formula previamente probada, por ende, la idea de “forzar” una nueva asignatura en los colegios podría terminar fisurando un currículo que, entre paréntesis, parece no convencer y estar al debe con las grandes demandas formativas que esperan las universidades en Chile. Dicho de otra manera, dedicar más horas de clases a ciertas asignaturas que poco y nada tienen de impacto en los estándares evaluativos, sin duda, resulta toda una ironía para el propio Estado chileno.
Por último, valdría la pena hacernos algunas preguntas a modo de reflexión social, ya que este tema convoca a hijos, padres, instituciones gubernamentales, colegios, autoridades, entre otros tantos.
De ahí que surjan las siguientes interrogantes. ¿Es pertinente mantener en el tiempo a “Educadores Tradicionales” (así nombrados por el Mineduc) en las aulas considerando que estos últimos podrían viciar el sistema con viejas luchas políticas-históricas, asociadas a la memoria de los pueblos originarios?
¿Qué tan beneficioso es reemplazar horas de asignaturas de exigencia PAES por la nueva asignatura titulada “Lengua y Cultura de Pueblos Originarios Ancestrales”? ¿Esto es un “gustito” del Estado y compañía, o bien, una bandera prometedora para el currículo escolar? ¿Qué piensa la población chilena sobre estos cambios en la educación escolar, ve con esperanza las transformaciones suscitadas o divisa con cierto temor que el nivel y horas de clases empiecen a ser reemplazadas por materias de poco valor en la educación superior?.