El posible derrumbe de las AFP por la crisis ecológica
En Chile el sistema de AFP nos obliga a ahorrar para nuestras pensiones en el sistema financiero mundial. En estos momentos el mundo político chileno está discutiendo sobre los porcentajes de las nuevas cotizaciones que irían a capitalización individual y solidaridad, como también la forma en que se organiza sectorialmente el sistema de AFP.
Más allá de los tecnicismos y las variables sociales que se ven involucradas, a mi juicio, se deja fuera del análisis un aspecto que, debido a la actual crisis ecológica, es muy relevante: el riesgo sistemático.
La teoría financiera distingue dos tipos de riesgo en la tenencia de activos (acciones, bonos, etc.): el riesgo sistemático y el riesgo no sistemático. Este último se puede disminuir a través de la diversificación de los activos. De esa manera, unos activos bajan y otros suben su precio, y así se van compensando.
Hay un dicho popular que expresa muy bien esa idea: "no hay que poner todos los huevos en la misma canasta". Eso es lo que hacen las AFP, supuestamente, para reducir el riesgo no sistemático de sus fondos. Sin embargo, el riesgo sistemático no se puede disminuir, constituye el riesgo de la economía como un todo.
Cuando un país entra en recesión todos los activos de su economía interna pierden valor, ya no hay subidas que compensen las bajadas.
Una economía globalizada como la actual, si bien puede ser apropiada para la diversificación y consecuente disminución del riesgo no sistemático, no se libra del riesgo sistemático, que en esta ocasión, por primera vez en la historia, tiene como contexto a una crisis ecológica global.
Otro fundamento de la teoría financiera es que en el valor de un activo están internalizadas las expectativas del mercado sobre su precio futuro.
Por ejemplo, las personas compran dólares como inversión porque tienen la expectativa de que su precio va a subir y si esas expectativas son compartidas por otras personas, aumenta la demanda y se valida el alza, hasta que las expectativas comienzan a operar en sentido contrario.
Hay situaciones en que la internalización es súbita, cuando un número suficiente (no necesariamente mayoritario) de agentes económicos comparten expectativas pesimistas sobre la situación económica global y arrastran al resto del mercado en tiempos mínimos, generando una crisis financiera total.
Estos dos conceptos financieros, riesgo sistemático e internalización de expectativas, están estrechamente relacionados y han sido factores determinantes en las crisis económicas-financieras.
Si estudiamos la experiencia histórica de recesiones, notaremos que usualmente el sistema financiero se viene abajo de un día a otro.
En el año 2008, para la crisis subprime, cuando el mercado constató el desequilibrio producido por hipotecas mal evaluadas en su factor riesgo, el sistema financiero mundial estuvo al borde del colapso, el cual se pudo detener debido a que las variables que estaban en juego eran intrínsecas al modelo económico y su sistema de precios: precio de los activos inmobiliarios, precio del dinero, precio de las remuneraciones, etc.
En estos casos, las crisis financieras y las recesiones se revierten cuando se ajustan los precios, se pagan los costos (económicos y sociales) y comienza a funcionar nuevamente la máquina de la economía, revirtiendo las expectativas. Desde luego, este proceso es estimulado por las instituciones económicas del Estado y culmina en algunos pocos años.
En la crisis subprime, prácticamente todos los activos financieros se afectaron, pero luego de un año comenzaron lentamente a recuperarse como resultado de un nuevo equilibrio en la economía y un cambios en las expectativas.
La crisis ecológica global a la cual nos enfrentamos (cambio climático, pérdida de la biodiversidad y contaminación generalizada), no se ajusta de acuerdo con variables económicas.
La ecología no se equilibra como el sistema de precios de nuestra economía, tiene sus propias leyes, muy complejas, debido a la sutil interacción de todos los seres vivos de nuestro planeta entre sí y con su hábitat.
Por lo tanto, es dudoso que autoridades económicas puedan evitar una crisis económica-financiera gatillada por una crisis ecológica, ya que no existe en la naturaleza un “ajuste ecológico” que se derive de consideraciones de política fiscal o monetaria. No habría forma de cambiar las expectativas.
Creo que ya estamos en condiciones de inferir las consecuencias que podría tener la crisis ecológica global en el sistema financiero mundial, cuando una masa crítica de personas internalice expectativas pesimistas sobre el futuro del planeta.
Probablemente el sistema financiero se derrumbará, pero esta vez la recuperación es incierta, ya que las causas de la crisis no pueden ser equilibradas por la economía. Una crisis ecológica global no es reversible, al menos en varias generaciones.
“El colapso climático ha comenzado”, aseguró en septiembre de 2023 el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres.
El problema es que los chilenos tienen los ahorros de su futura pensión en el sistema financiero mundial y, querámoslo o no, su destino depende del riesgo sistemático derivado de la crisis ecológica global. Solo falta que se internalice.
El riesgo de perder nuestros fondos previsionales por un colapso en el sistema financiero mundial debido a las expectativas que genera el colapso climático y ecológico, es un escenario posible.
Por esta razón, es indispensable hacer prevalecer el "principio de precaución" y eso pasa por cambiar el actual sistema de AFP por uno que no dependa del sistema financiero mundial… en todo lo posible.