La “multiderecha” chilena: Expertos advierten que modelo “no es funcional a nadie” y “puede generar nefastos resultados”
En un año particularmente decisivo para Chile, con elecciones parlamentarias y presidenciales a fines de este 2025 que recién comienza, la derecha se despliega a través de varios sectores que van, desde la tradicional representada por Chile Vamos, integrada por la UDI, RN y Evópoli, hasta el Partido Nacional Libertario en formación, liderado por el diputado Johannes Kaiser, quien además ya sinceró su intención de integrarse a la carrera presidencial.
Cómo se convive en un escenario de estas características, es lo que abordamos con dos expertos: Rocío Zepeda Majmud y Felipe Vergara Maldonado.
Para la cientista política y magíster en Seguridad y Defensa, doctora en Ciencias Políticas y docente Escuela de Gobierno y Administración Pública de la Universidad Mayor, “el hecho de que existan tantas derechas en cualquier sistema de partido, evidentemente no es una buena señal”.
“Porque lo que está diciendo, es que hay una fragmentación dentro de la derecha chilena”, que “ha llevado a que las ideas no sean compatibles entre ellas, y esto las lleva a buscar nuevos liderazgos, y a tomar una porción de la gente”, argumenta.
Incluso, según explica, “en Chile el voto de la derecha no es un voto mayoritario, la derecha tradicional, sumando a la extrema derecha, no es un voto de mayoría, (José Antonio) Kast no salió presidente contra (Gabriel) Boric”, ejemplifica.
“No están logrando acuerdos”
“Y la Constitución que ellos redactaron, tampoco fue aprobada”, recuerda al tiempo que recalca que esto nos dice que “este porcentaje que tienen lo están dividiendo, se están fraccionando en distintas posturas, lo que dice que al interior de la misma derecha chilena, las posiciones no están logrando llegar a acuerdos, y más aún en la extrema derecha”, asegura.
Pero más allá de este fenómeno, la académica observa una tendencia “que tiene que ver con el surgimiento de los populismos radicales de derecha", con un "margen más autoritario, versus la derecha democrática”.
“Y lo que estamos viendo, también es eso, estos populismos radicales de derecha, que son autoritarios, xenófobos, nacionalistas de mala manera”, mientras que, por otro lado, tenemos “una derecha democrática que defiende la institucionalidad y no tiene este corte autoritario, lo que hace que esta extrema derecha populista radical, sea incompatible también con la derecha más democrática”, complementa.
Recalcado que este “es un fenómeno que está ocurriendo en todas partes, y que, en algunos lugares, se ha logrado posicionar este populismo radical de derecha”, en otros no, “hay que ver acá cómo va avanzando el escenario político”, dice.
“Desde mi perspectiva, no le veo mucho futuro”, sostiene.
Ultraderecha, ¿con poco sustento en Chile?
Siguiendo con su análisis, la experta asegura que resulta difícil que esta corriente se consolide. “Por el tipo discurso que tienen en una sociedad como la chilena, es súper difícil que estos neopatriotas, o populismos radicales logren asentarse con este discurso tan violento, a pesar de la crisis de seguridad, de la crisis de migración, de un montón de cosas, es súper difícil”, dice.
“No han podido asentarse a lo largo de la historia, ni siquiera los discursos nacionalistas puros, que no son tan violentos como estos populismos radicales de derecha, ni siquiera esos discursos que no son autoritarios… menos aún lo van a lograr estos movimientos tan radicales”, es su lapidario diagnóstico.
“A menos que pase algo extraordinario, puede suceder porque en política hay mucho de azar… ahí estaríamos hablando de otros escenarios, pero como van las cosas, creo que lo que nos está mostrando es una fragmentación al interior de la derecha tradicional, de la derecha en Chile en general, y un distanciamiento entre la derecha que es más democrática, y esta más autoritaria”.
De hecho, en opinión de Zepeda, “la idea es que se vayan formando coaliciones para que así tengan más opciones”, pero la configuración actual, “no es funcional para nadie”.
Y con la derecha tradicional, agrega, “se han notado diferencias claras”.
Representación puede verse amenazada
“Esta fragmentación va a llevar a que incluso puedan perder representación, por el tipo de sistema electoral, ahí se vuelve un poco complicado para la misma derecha”, recalca.
Ahora, proyecta, “si se hacen bien las cosas, y se toman las estrategia que han tomado los países para defender la democracia, que es hacer esta maniobra de distanciamiento, y sacar a estos partidos radicales para que ellos vayan solos por su voto, así como está el escenario, bajaría el número de representantes de los partidos de extrema derecha”.
En definitiva, resume Zepeda, “esta división, lo que hace es perjudicar más a esta extrema derecha neopatriota”, a los “populismos radicales de derecha, que a la derecha tradicional”.
De hecho, repasando lo evidenciado en los últimos años, recuerda que, “en la elección anterior, donde sacaron muchos cupos los Republicanos, fueron con la derecha más tradicional, esta vez no sé si la derecha más tradicional va a lograr llegar a acuerdos con ellos para tirar listas conjuntas”.
“Y si no logran llegar a acuerdos, evidentemente van a bajar su representación por un tema de números nomás, porque no han sido capaces de” sumar “más allá de lo que ya tienen tampoco”, agrega.
Es difícil, insiste, “más aún con candidatos tan cuestionados como Kaiser, es complicado”.
Matthei en un escenario complejo
Por su parte, desde la Universidad Andrés Bello (UNAB), el politólogo Felipe Vergara Maldonado, tiene una opinión similar. “En el caso de las derechas, han tratado, por lo menos Chile Vamos, de convivir bajo un solo paraguas, pero la derecha más dura no tiene intenciones” de hacerlo, dice.
Trasladando este escenario a la inminente carrera por suceder a Gabriel Boric en La Moneda, y apuntando a una eventual segunda vuelta, asegura que este, “evidentemente, complica las aspiraciones de Chile Vamos, y particularmente de Evelyn Matthei, porque si la derecha va dividida en tres: va Kaiser, Kast, el escenario se abre para que, pese a tener las mayores probabilidades Matthei, eventualmente pueda pasar otro candidato de la derecha más extrema”.
Lo que, recalca, “ya pasó hace cuatro años”.
“El escenario es complejo… Chile Vamos ha intentado acercarse al Partido Republicano y generar alianzas que les permitan avanzar a una sola candidatura, y a una primaria conjunta, pero no ha habido eco en el Partido Republicano, tampoco lo hubo en las municipales, y finalmente fueron en listas separadas algunos, y en casos puntuales se abstuvieron, como en el caso de Marcela Cubillos, pero no fue la tónica”, asegura.
¿Chile Vamos debiera cambiar de estrategia?
“Quizás es el minuto que Chile Vamos empiece, no a mirar a la extrema derecha, sino un poco más hacia el centro, y ver que ese es el camino lógico… las elecciones últimas demostraron que hay una mayor tendencia y afinidad al centro en la amplia mayoría”, asegura Vergara Maldonado
Dicho esto, el académico deja claro que “sigue habiendo un sector que se identifica con la extrema izquierda, y otro que se identifica con la extrema derecha, pero bajaron de 30% a 20%, 15%, entonces quizás los votos no están ahí para Chile Vamos”.
Eso, diagnostica, “no lo está visualizando, lo que está haciendo es, una vez más, sucumbir ante las exigencias que le ponga el Partido Republicano, pasó con la Constituyente, y ha pasado en otros ejemplos”.
“El mismo caso de Marcela Cubillos es uno de ellos”, dice al tiempo que releva que, este tipo de apuestas, todas “han tenido resultados negativos para Chile Vamos”.
Esto, en medio de otras tendencias. Más todavía. “Rojo (Edwards), es otro personaje dentro de esta extrema derecha, más afín al Partido Social Cristiano, que también quita votos, pocos pero quita, todo esto al final, suma y perjudica”, recalca.
“Es riesgoso”
“Y es complicado cuando un partido, una agrupación de partidos, quiere aliarse con sectores más alejados de ellos”, destaca.
En este escenario, “podrían estar más en el centro”, con sectores con los que tienen “más puntos en común, recordemos que ninguno de estos partidos de extrema derecha, por ejemplo, está de acuerdo con la reforma previsional, y tampoco son muy afines a las leyes sociales, como las 40 horas, la conciliación familiar, el incremento del ingreso mínimo, son cosas que no les son afines, es respetable, pero en Chile Vamos sí hay corrientes que son más afines a esto, entonces es riesgoso”, advierte.
“No sé si es minuto, quizás, de que Chile Vamos, haga la pérdida y asuma que su corriente no es esa, en la Concertación, pasó algo parecido, en la Nueva Mayoría también (...) solo por interés electoral, y el resultado fue también bastante negativo”, recuerda.
Entonces, dice, tal vez “es minuto de aprender, decir, ‘este país no son tres tercios, sino cuatro cuartos, extrema izquierda, extrema derecha, centroizquierda y centroderecha, compitamos en esa realidad”.
En consecuencia, plantea Vergara Maldonado, si eventualmente en primera vuelta de la presidencial, se impone “alguien de más extrema derecha, es un escenario para Chile complejo, no es sano, los extremos siempre son complejos, delicados, convivir con esa situación es delicado”.
Se escucha hasta que están robando dinero de las AFPs...
“También tienen esta característica de los extremos extremadamente populistas, uno escucha discursos hoy, como que te están robando la plata de las AFPs, cuando ni siquiera” se ha aprobado la reforma, recalca Vergara.
Cuando, complementa, “ni siquiera es plata que los trabajadores tengamos ahorrada, pero ya están atacando, y esa fake news, es muy atractiva en determinados sectores de la ciudadanía”.
“Chile no creo que sea un país de extremos, por algo, no ganó Kast, y por algo (Gabriel) Boric, le ganó la primaria a (Daniel) Jadue, somos un país más moderado”, sostiene en línea con Zepeda.
Pero, agrega, “estos populismos a veces fluyen, y pueden crecer como la espuma, llegar a una contienda, salir electo (un candidato), y el resultado va a ser nefasto, como fue el primer proceso constituyente, con la Lista del pueblo, y el segundo con el Partido Republicano”.
En país laico, "imponer credos genera daño”
“Hoy tenemos distintas derechas que tienen distintas miradas, unas son extremadamente valóricas, como podría ser el Partido Republicano, y el Partido Social Cristiano, unas muy liberales, como es el Partido Libertario... y todos son muy pro empresa, muy pro mercado, que no es malo, salvo que tengas un agravante que vaya en desmedro de los trabajadores”, sostiene.
También es complicado tener estas miradas distintas, complementa Vergara, “porque somos un país laico, entonces imponer normas o credos, sea cual sea, genera daño y confusión”.
“Y uno no puede gobernar en base a lo que son sus valores personales, sino en base a lo que son los valores del país, los valores sociales”, dice introduciendo otro punto de análisis.
Ahí, “ética y moral, pasan a ser una línea delgada muy compleja”, sostiene. “Algo de eso hay en las derechas también, como lo hay en la izquierda”. Y también en el caso de la Democracia Cristiana, agrega. De hecho, recalca, este partido “no va a apoyar más de lo que ya apoyó en la ley del aborto de en tres causales”.
“Y hay otros que van a exigir más, el Frente Amplio ya lo planteó, lo importante es cómo eso le repercute a la gente, muchos derechas con intereses distintos, a veces es es complejo, y ahí el multipartidismo también, porque de todas maneras hay un sector que se va a sentir identificado contigo, te va a apoyar y va a permitir que tengas mayor visibilidad, mayor presencia…”.
Pero no sin costos. “Va a hacer que tengas dos diputados, tres diputados, y obstaculizan cualquier proyecto, porque no va con lo que son sus principios valóricos, morales… y ahí termina todo entrampándose y no llegando a ningún a ningún puerto”, advierte.