Un hombre trabajaba como asesor de servicio técnico en una automotora de la empresa Bruno Fritsch S.A. Durante años, se dedicó a atender a los clientes y gestionar reparaciones de vehículos.

Sin embargo, todo cambió después de una larga licencia médica entre marzo de 2021 y mayo de 2022.

Según se puede apreciar en el fallo judicial, al regresar a su puesto, este hombre se dio cuenta de que las cosas no estaban como antes.

No le entregaron las herramientas necesarias para realizar su trabajo y, en lugar de devolverle sus funciones habituales, lo asignaron a tareas distintas, como las de cajero.

Además, su sueldo era mucho más bajo que el que recibía antes de su licencia.

Este hombre intentó solucionar el problema con sus superiores, pero no obtuvo respuestas claras ni soluciones concretas.

Después de varios intentos fallidos, decidió poner fin a su contrato de trabajo mediante un autodespido, argumentando que la empresa había incumplido las condiciones laborales que habían acordado desde el inicio.

El caso llegó a juicio y el tribunal determinó que Ignacio tenía razón. Se comprobó que la empresa no le asignó correctamente sus funciones, modificó su trabajo sin su consentimiento y, además, le pagó menos de lo que le correspondía.

Por esto, la automotora fue condenada a pagarle $19.564.199, incluyendo indemnizaciones por años de servicio, falta de aviso previo, recargo legal, vacaciones pendientes y la diferencia de sueldo adeudada.

La empresa no estuvo de acuerdo con el fallo y presentó un recurso ante la Corte de Apelaciones de Santiago para anular la sentencia.

Sin embargo, la Corte rechazó el recurso, señalando que el tribunal laboral había actuado correctamente al revisar las pruebas y tomar su decisión.