Mercado mundial de carbono: El polémico avance de la COP 29 ante la falta de financiamiento
Decepción causaron los acuerdos alcanzados en la cumbre climática COP 29, para que los países contaminantes financien las acciones contra el calentamiento global que están generando. En contraste, hubo una negociación que logró resultados tras años estancada: la creación de un mercado global y regulado de créditos de carbono.
A diferencia del actual mercado voluntario de carbono, que lo gestionan organizaciones privadas, este nuevo mercado estará regulado bajo normas científicas creadas por el Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC).
Se exigirá transparencia en la forma de calcular los créditos y medidas para asegurar que no se violen derechos humanos ni laborales, y que haya acuerdo con las comunidades locales de donde se instalen los proyectos.
Para distintos analistas, este avance en la negociación fue una estrategia de la presidencia de la COP de Azerbaiyán para presentar un logro, ya que no estaba claro si se iba a llegar a un acuerdo sobre financiamiento. Además, directivos de la COP declararon que este mecanismo permitirá proveer recursos directos a países en desarrollo.
¿Créditos de carbono?
Con esta creación, los países y empresas pueden comprar créditos de carbono en el mercado internacional, para compensar sus emisiones contaminantes o cumplir con sus compromisos climáticos.
Los créditos de carbono representan una tonelada de dióxido de carbono (CO2) que se deja de emitir a la atmósfera, o que se remueve, por ejemplo, a través de proyectos de reforestación. El mecanismo aprobado por la COP 29 podrá financiar proyectos que no solo eviten emisiones de CO2 a la atmósfera, sino que las reduzcan o las remuevan.
Polémica
El mercado voluntario de carbono ha estado plagado de escándalos, iniciando con una serie de reportajes de los medios The Guardian, Die Zeit y Source Material, que demostraban la falta de impacto real de muchos de estos créditos en el cambio climático.
Esta nueva aprobación ha sido promovida como una forma de movilizar inversiones para reducir emisiones, exigiendo requisitos mínimos. Pero muchas organizaciones, como Carbon Market Watch, han criticado que las penas para países que incumplen las normas no son claras y que los avances en transparencia son "marginales".
"Con la adopción de normas laxas para la transparencia y la rendición de cuentas, los gobiernos se enfrentan ahora a la posibilidad real de haber creado un mercado de carbono sancionado por Paris que podría ser peor para las personas y el planeta que los mercados voluntarios de carbono plagados de escándalos", alerta Erika Lennon, abogada principal del Centro de Derecho Ambiental Internacional (CIEL).