Cuatro ballenas muertas en dos meses: Sernapesca suma nueva querella criminal
Mientras Sernapesca ordenaba a fiscalía investigar la muerte de una ballena jorobada dentro de un centro salmonero en la Reserva Nacional Kawésqar en Magallanes, apareció otra ballena muerta cerca de un centro salmonero en un Parque Nacional de Aysén.
Las dos muertes seguidas despertaron un debate sobre la presencia de salmoneras dentro de mares que están bajo protección oficial por el valor natural de sus aguas.
Sin embargo, una semana después, se encontró una tercera ballena muerta dentro de aguas protegidas. Esta vez, en el Parque Francisco Coloane en Magallanes. Se trataba de una ballena sei; especie considerada en peligro de extinción. Se desconoce aún si la causa de muerte de esta ballena se relaciona al tráfico marino de la zona.
Solo un mes antes de estas situaciones, había varado en las costas de Aysén otra ballena sei, fuera de mares protegidos pero en las cercanías del centro de cultivo de salmones “Paso Galvarino”, según información recabada por el Centro de Conservación Cetácea (CCC).
Por las muertes de ballenas jorobadas, ocurridos en la Reserva Nacional Kawésqar y en el Parque Nacional Laguna de San Rafael, comunidades locales junto con Greenpeace Chile interpusieron dos querellas criminales que están en trámite.
Desde Sernapesca oficiaron a fiscalía para que investigue el caso ocurrido en Laguna de San Rafael, y sumaron una querella criminal por el caso ocurrido en la Reserva Nacional Kawésqar.
Por su parte, un informe de la fundación AIDA, encargado por Greenpeace y la ONG FIMA, analiza los principales impactos industriales en las ballenas que habitan las costas chilenas, a partir de análisis de diversos casos.
El informe identifica la captura accidental en redes anti depredadores, el choque con barcos asociados a la actividad pesquera o acuícola, y la contaminación acústica que afecta la ecolocalización por sonido, como las principales amenazas que asedian a las ballenas.