Ríos patagónicos Yelcho, Puelo, Petrohué, Palena, Cisnes y Aysén están perdiendo agua por sol y poca lluvia
Conocidos por su belleza escénica y la pureza de sus aguas, los ríos de la Patagonia norte suelen ser importantes destinos turísticos. Pero según una reciente investigación, desde 1993 a la fecha estos ríos traen cada vez menos agua, debido a las pocas lluvias y la fuerte radiación solar.
El estudio fue realizado por científicos chilenos de tres universidades y tres centros de estudio, identificando esta realidad en los ríos Yelcho, Puelo, Petrohué, Palena, Cisnes y Aysén, ubicados en las regiones de Los Lagos y Aysén.
Los investigadores describen cambios en el ciclo hidrológico de la Patagonia norte a raíz del cambio climático, como el aumento en la radiación solar durante el verano y la menor intensidad de vientos y lluvias, que han reducido gradualmente el caudal de los ríos.
Esto tiene un impacto directo en los ríos, pero también en los ecosistemas costeros, que dependen del flujo de agua y sedimentos que descargan los ríos para su salud. Los científicos vinculan la reducción en el caudal de los ríos con el aumento de floraciones de algas que han ocurrido en zonas costeras de estas regiones durante el verano.
Estos escenarios creados por la reducción en el flujo de agua fresca que llega al mar presentan un problema para la acuicultura, ya que pueden generar muertes masivas de salmones en los centros de cultivo, y al aumento de parásitos que afectan al salmón, como los piojos de mar.
Los científicos del estudio, publicado en la revista Nature, llaman a las autoridades locales y nacionales a usar esta evidencia para generar planes de adaptación al cambio climático para estos ríos, y reducir el impacto que puede tener esta situación en la industria y los ecosistemas.
Puelo protegido
Uno de los ríos identificados en este estudio es el río Puelo, que cruza la comuna de Cochamó y desemboca en el estero Reloncaví al este de Puerto Montt, donde se concentran varias jaulas salmoneras. Este río, junto al Futalefú, está a punto de convertirse en uno de los primeros ríos con caudal protegido por decreto de la Dirección General de Aguas (DGA).
La reserva de caudal para preservación ecológica, implica que cierto porcentaje del agua que corre por el río Puelo quedaría solo destinada para actividades turísticas o deportivas sustentables, pero no para entregar derechos de agua a actividades industriales.