Una fuerte crítica al Poder Legislativo, tachando la decisión de “insólita e injustificable”, luego que el juez Sergio Muñoz fuese destituido tras ser aprobada en ambas Cámaras la acusación constitucional en su contra, fue la que lanzó el Presidente de la República, Gabriel Boric.

El exsupremo fue conocido durante su carrera debido a la persecución que hizo de loas crímenes y delitos del dictador Augusto Pinochet, sobre todo en el Caso Riggs, además de otros célebres como el pedófilo Spiniak, además de fallar en contra de Isapres.

Por eso, desde el oficialismo surgieron dudas sobre esta decisión que fue impulsada desde la derecha, calificándola de “vendetta política”.

Es por eso que el Presidente Gabriel Boric decidió entregar una declaración oficial en La Moneda, para fustigar esta decisión al decir que “sienta un precedente que es muy peligroso”.

“Utilizar las acusaciones constitucionales contra un juez con argucias procedimentales puede terminar por dañar su indispensable independencia y acarrea problemas para la democracia”, añadió.

En ese sentido, dejó en claro que "el Poder Judicial debe estar exento de todo tipo de influencia externa, política o económica, para que los magistrados ejerzan su labor sin temor a la venganza de los litigantes".

Para cerrar expuso que las acusaciones constitucionales se están usando "como un medio oblicuo para enjuiciar sentencias pasadas o la manera de comprender el derecho de un juez".