El 8 de mayo de 2024, un estudiante de primer año medio del Colegio Santa Sabina de Concepción fue sorprendido portando una manopla en el interior del establecimiento.

Según el informe del colegio, el alumno habría adquirido el objeto y luego se lo entregó a otro compañero dentro del recinto escolar, lo que generó preocupación en la comunidad educativa.

Según se puede apreciar en el fallo judicial, la madre del alumno, presentó un recurso en contra de la expulsión, argumentando que no se realizó una investigación adecuada y que la expulsión fue desproporcionada.

Afirmó que su hijo portaba la manopla debido a incidentes de inseguridad que ocurren en las cercanías del colegio, lo que lo impulsó a tomar el objeto por temor.

El colegio activó el protocolo de la Ley de Aula Segura, ya que el reglamento interno clasifica como una falta gravísima el porte de elementos peligrosos dentro del establecimiento.

Tras una serie de procedimientos sancionatorios, el Consejo de Profesores votó mayoritariamente a favor de la expulsión del alumno, quien fue notificado de la medida el 31 de mayo de 2024.

Inicialmente, la Corte de Concepción falló a favor de la madre del alumno, considerando que el colegio no siguió correctamente el procedimiento establecido en su reglamento interno y vulneró el derecho del estudiante a un debido proceso.

Sin embargo, la Corte Suprema revisó el caso y revocó la decisión, concluyendo que el colegio actuó conforme a la normativa vigente y que la expulsión fue proporcional a la falta cometida.

La Corte Suprema destacó que el procedimiento sancionatorio incluyó la posibilidad de que el alumno y su apoderada presentaran descargos, y que la gravedad de los hechos justificaba la medida tomada por el establecimiento.