Musante y reforma a nombramientos: “La inacción del ministro Cordero pone en riesgo independencia del Poder Judicial”

Musante y reforma a nombramientos: “La inacción del ministro Cordero pone en riesgo independencia del Poder Judicial”

Por: Daniel Lillo | 02.10.2024
La nueva jefa de bancada de diputados Independientes-PPD reflexiona en conversación con El Desconcierto sobre la crisis del Poder Judicial y la relación de la bancada con el gobierno.

El pasado lunes 30 de septiembre Camila Musante asumió como nueva jefa de bancada de diputados Independientes-PPD la cual, a pesar de ser parte del oficialismo, ha protagonizado varios roces con el gobierno. De hecho, en temas relevantes como la reforma de pensiones, la estrategia para enfrentar las alzas de las tarifas eléctricas o en el debate respecto a la reforma al sistema de nombramientos se han evidenciado diferencias entre la bancada y las posiciones del Ejecutivo. 

Sobre esto, Musante asegura que “las propuestas alternativas que hemos impulsado no tienen la intención de hacer ruido o desorden, sino que creemos que pueden ser un aporte a la discusión”. 

Sin embargo, en el debate sobre la reforma al sistema de nombramientos, la diputada plantea una dura crítica al ministro de Justicia, Luis Cordero, quien sigue impulsando el proceso de nombramientos en el Senado y, hasta el momento, no ha presentado el proyecto comprometido por el gobierno para reformar el mecanismo de designación de ministros del Poder Judicial. 

La inacción del ministro es una imprudencia tremenda y pone en riesgo la independencia del Poder Judicial”, enfatiza Musante en esta entrevista. 

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—¿Cuáles son las prioridades legislativas de la bancada independiente el PPD?

Algo que hemos empujado con mucha fuerza son las propuestas que le hemos presentado al Ejecutivo para que mejoren hoy día las pensiones. Esas medidas tienen que ver con la rebaja de la tabla de mortalidad, que viene con un seguro de longevidad complementario lo que permitiría mejorar las pensiones en un 14% en el caso de los hombres y 17% las mujeres. Y además, sacar adelante el aumento a la PGU, que se lo hemos planetario a la ministra Jara. Por otro lado, hemos impulsado una agenda para hacernos cargo de la crisis judicial a través de proyectos de reforma del sistema nombramientos de jueces que apunta a una mirada más estructural sobre cómo resolver a largo plazo el problema de los nombramientos. Y, por supuesto, hemos estado muy atentos a lo que sucede con el alza de las tarifas eléctricas. En ese tema en específico hemos planteado diversas vías para tratar contener las alzas. En general, diría que tenemos como bancada una agenda bastante completa, con prioridades bien definidas que van en la línea de hacernos cargo de lo que hoy nos exige la ciudadanía. 

—¿Cómo planea abordar la relación con el gobierno en esas y otras materias? En el tema de las pensiones, por ejemplo, se han visto ciertas fricciones entre la bancada y el Ejecutivo.

Yo no lo vería así. Creo que se tiende a instalar siempre la polémica, la diferencia, la fricción, el quiebre. Pero más que fricción o quiebre, lo que hay es una bancada que es propositiva y que presenta muchos proyectos. Y las propuestas alternativas que hemos impulsado no tienen la intención de hacer ruido o desorden, sino que creemos que pueden ser un aporte a la discusión. 

— ¿Pero hay falta de coordinación con el gobierno para dar ciertos debates en sintonía? 

Es que los canales están abiertos. Por ejemplo, en materia de energía, al ministro Pardow le estamos proponiendo una vía alternativa para solucionar el tema de las alzas tarifarias y eso no es un enfrentamiento contra él, es decirle que nuestra propuesta efectivamente es mucho más eficiente para bajar las cuentas de la luz. No sacrifica a todo un gremio, es políticamente correcta en el sentido de no darle la espalda al desarrollo de las energías renovables y, a la vez, es ponerse en la vereda de las energías renovables. Entonces, yo creo que el Ejecutivo debiera entender que este tipo de propuestas no surgen como una suerte de rebeldía, ni de desorden, todo lo contrario. Cuando hay una idea que es mejor hay que abrazarla y si eso a veces significa renunciar a una propuesta propia es absolutamente válido, porque al final las decisiones que tomamos acá en el Congreso y en el Gobierno ponen en juego la mejora o no de la calidad de vida de los chilenos y eso es lo que tiene que ser prioridad. 

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—¿Falta una mayor predisponibilidad del gobierno para aceptar propuestas del Congreso? 

Quizá hay algo de eso y creo que es un error descartar una propuesta que sea mejor solamente porque no lleva mi nombre ni mi autoría. Más allá de si va la firma del ministro o determinado diputado, nosotros tenemos que tomar la mejor decisión en cada área para que impacte positivamente en la calidad de vida de los chilenos. Eso es lo que queremos y es el objetivo por el cual estamos trabajando. No por quien se lleva un trofeo o un aplauso, esa no es la disputa y ojalá que no se entienda así desde el gobierno cuando se hacen estas propuestas alternativas. 


—¿Entonces hay una oportunidad de mejora en la relación de la bancada con el gobierno?

Absolutamente. Y en general a mi me gusta pensar que en las crisis nacen oportunidades. Creo que existe una crisis en torno a la alza tarifaria, porque no solo impacta en la alza de las cuentas de luz, sino que también la inflación que se prevé que crecerá en casi un punto. Y para salir de esa crisis debemos ofrecer una propuesta integral que se haga cargo del problema en general. Obviamente es una discusión muy técnica, por lo que nosotros tenemos que prepararnos mejor para afrontar estos debates, pero lo que no puede ocurrir es que nos quedemos con la salida fácil y no la mejor.

—Ahora se aproxima el debate respecto a la reforma al sistema de nombramientos de jueces. Considerando que usted presentó un proyecto en esa línea, ¿qué espera de la discusión que se va a dar?

Efectivamente se han presentado diferentes propuestas en torno al mecanismo que se debe definir para modificar el actual sistema de nombramientos. Aunque me gustan unas más que otras, a lo que apuntan todas es a dar con una salida a esta crisis que se instaló a propósito del caso Hermosilla. Lo que no puede pasar es que sigamos teniendo el mismo mecanismo que permite que se responda a intereses particulares, como se demostró que pasaba con algunos de los actuales ministros de la Corte Suprema.

—¿Esa crisis se soluciona con un consejo autónomo que se encargue de nombrar a los ministros? 

En las instituciones siempre va a existir un margen a la corrupción, porque están integradas por personas. Pero cuando se concentra toda la responsabilidad de los nombramientos en un solo lugar, en este caso en el Senado y en la Presidencia de la República, se da un escenario en que es bastante favorable para que se llame a una ministra de la Corte Suprema para que integre una sala y pueda favorecer algún interés particular. 

En la propuesta que planteamos nosotros, involucramos a profesores de las escuelas de derecho, con la intención de generar un equilibrio para que nadie sea más incidente que otro, y todos puedan participar, incluyendo que el nombramiento se produzca vía alta dirección pública. De esa forma creo que se reduciría bastante más el margen de corrupción que tiene el sistema que tenemos ahora.


—Esto que planeta se da mientras el Senado va a votar los nuevos nombramientos…

Nosotros le hemos llamado reiteradamente al ministro Cordero a que detenga esos nombramientos, porque no queremos más nombramientos con el sistema Hermosilla. Porque no son los ‘jugadores’, las reglas del juego son el problema Y si el Ejecutivo insiste y se producen estos nombramientos con el sistema Hermosilla, vamos a tener el mismo problema con otros nombres.

—Pero ahí lo que plantea el Ejecutivo es que no se puede tener una Corte Suprema con 6 ministros menos, entendiendo que hay tres acusados constitucionalmente y tres vacantes.

Pero existe el mecanismo de los abogados integrantes que es una figura que se utiliza muchísimo y así se puede suplir ese espacio. A mí me parece que es un argumento no válido y que, en buen chileno, es ‘sacarle el poto a la jeringa’. Porque si el Ejecutivo entendiera bien en los tiempos que estamos, hubiese dado urgencia a este proyecto que se presentó en mayo. ¿Por qué se esperó tanto? Existieron reuniones con el ministro, él conocía el proyecto, lo invitamos innumerables veces a la comisión, pero esto no avanzó con la rapidez que era necesaria.

—¿Su evaluación de la gestión del ministro Cordero es negativa? 

Yo veo que el ministro Cordero ha estado en una inacción que me parece muy poco prudente. Porque esta es una crisis grave que enfrenta la institucionalidad. Se está desacreditando al Poder Judicial, la independencia de la justicia, ese es el valor que está en tela de juicio hoy día. Y si nosotros no somos capaces de cambiar las reglas del juego vamos a ser cómplices de lo que ocurra a futuro con los nuevos nombramientos. Porque Hermilla está en Capitán Yáber, pero hay otros operadores que van a tratar de incidir, influir para instalar a sus propios ministros en la Corte Suprema En ese sentido, creo que la inacción del ministro es una imprudencia tremenda y pone en riesgo la independencia del Poder Judicial. 

—En esta trama la oposición ha estado bajo cuestionamientos por la implicancia del exministro Andrés Chadwick y otras figuras del sector, ¿cómo evalúa la actuación de la oposición?

Me parece paupérrima la actuación de la oposición. Han tenido un pésimo desempeño, y creo que han salido muy mal de este papelón, que han tratado de sacarse de encima anunciando una acusación constitucional contra el Presidente Boric. Y creo que todo esto es un signo de la desesperación que tiene ese sector por el impacto electoral que ellos creen que tendrá el caso Hermosilla, Chadwick, Universidad San Sebastián, Marcela Cubillos. Lo peor, en todo caso, es que han enfrentado esta situación no con propuestas, ni con tener mejores liderazgos, sino que con triquiñuelas bajas y además mal hechas. Y eso se da porque lamentablemente estamos en un momento donde se premia al que grita más fuerte y no el que trabaja o el que trata de llegar a consensos.  no el que busca un resultado como que la política se está olvidando de buscar resultados y eso es muy malo. 

—¿Pero eso no es algo que también afecta al oficialismo? También se ven puestas en escena para buscar llamar la atención…

Sin ninguna duda, esto es transversal y nos debe llamar a todos a la reflexión. Yo estoy muy abierta a la autocrítica, y efectivamente creo que se puede mejorar desde el oficialismo. A mí me gusta que me critiquen, porque así puedo ver donde me estoy equivocando y así puedo mejorar. Eso falta en toda la política; tener la capacidad de salir de la trinchera para concretar los cambios reales que la gente requiere.