En febrero de 2018, una fuga de amoníaco en la planta frigorífica de Frutango SA, ubicada en Calera de Tango, afectó a un grupo de trabajadores.

Al percibir el olor extraño, los empleados fueron evacuados de inmediato y, tras unos minutos, el problema fue identificado en una válvula defectuosa que estaba causando la fuga.

Según se puede apreciar en el fallo judicial, a pesar de que se logró controlar la situación rápidamente, 11 trabajadoras comenzaron a sentir malestar en los ojos y dolores de cabeza.

Fueron trasladadas al hospital, donde fueron diagnosticadas con intoxicación leve y dadas de alta poco después.

La fuga activó una investigación por parte de la Secretaría Regional Ministerial (SEREMI) de Salud, que concluyó que la empresa no cumplió adecuadamente con las normas de seguridad, lo que llevó a la imposición de una multa de 80 UTM.

Según la SEREMI, Frutango SA incumplió los artículos del Reglamento sobre Condiciones Sanitarias y Ambientales Básicas en los Lugares de Trabajo, ya que no se tomaron las medidas preventivas suficientes para evitar la exposición de los trabajadores al amoníaco, un gas altamente tóxico.

Frutango SA intentó apelar la sanción, alegando que la multa era injusta, ya que la empresa había cumplido con los protocolos de seguridad, evacuado a los trabajadores a tiempo y resuelto el problema con rapidez.

Además, implementaron nuevas medidas, como la compra de detectores de amoníaco y el refuerzo de los procedimientos de seguridad en la planta.

Sin embargo, el Decimocuarto Juzgado Civil de Santiago confirmó la multa, señalando que la empresa no logró demostrar que las medidas de seguridad implementadas antes del incidente fueran suficientes para prevenir el riesgo al que estuvieron expuestos los trabajadores.

El juez destacó que la multa fue proporcional a la gravedad del incidente, y aunque la fuga fue controlada, puso en riesgo la salud de los empleados, lo que justifica la sanción impuesta por la autoridad sanitaria.