Hace algunas semanas salió a la venta el nuevo libro del profesor Alfredo Sepúlveda, académico de la Universidad Diego Portales (UDP), escritor y destacado periodista en nuestro país. El título de su nuevo trabajo se denomina “Historia del Periodismo en Chile: De la Aurora hasta las Redes Sociales (1812-2022)”, obra publicada bajo el sello editorial de Sudamericana.

Sin duda esta investigación hospeda una panorámica histórica del periodismo nacional, no obstante, también comprende la discusión de tensores, dimensiones y conjeturas propias de la disciplina, de ahí que explorar sus páginas permite releer los medios de prensa escrita en el tiempo, y elaborar reflexiones en el a posteriori que sirvan de insumo para el debate público actual.

Alfredo Sepúlveda es Licenciado en Comunicación Social por la Universidad de Chile y Master en Periodismo por la Universidad de Columbia en Nueva York. Fue periodista y editor en El Mercurio, docente y director de la Escuela de Periodismo de la Universidad Alberto Hurtado, en la actualidad, Director de Postgrados y Educación Continua en la Facultad de Comunicación y Letras de la Universidad Diego Portales y Doctorando en Historia por la Universidad San Sebastián.

Entre sus libros de historia se encuentran «Bernardo, una biografía de Bernardo O’Higgins»; «Independencia, seis crónicas históricas» y «Breve historia de Chile, de la última glaciación a la última revolución».

El autor de la “Historia del Periodismo en Chile”, aborda las complejidades y la evolución de la prensa, su relación con la política, la irrupción de las mujeres en la profesión y la persecución de la misma, así como los debates relevantes que aún suenan interpelantes para el Chile de hoy en día.

Por otro lado, cabe señalar que la delimitación histórica acuñada va a partir de la Aurora de Chile, el primer diario (1812-1813) creado por fray Camilo Henríquez, hasta lo que el autor entiende por el acometer superlativo de las redes sociales.

No olvidemos que la última publicación en materia de historiografía periodística, o bien, sobre historia de la disciplina propiamente tal, fue con la “Prensa y periodismo en Chile (1812-1956)”, de Raúl Silva Castro.

Tal vez el escritor Alfredo Sepúlveda viene a llenar un vacío que la historiografía periodística alberga hace años, esa de actualizar fuentes y entregar al público en general una perspectiva transversal a los eventos y las figuras prominentes del campo, claro, donde el sello personal de Sepúlveda hace que la obra brille en un viaje lleno de entramados y contextos memorables.

El periodista en cuestión dijo para el diario El País (12 de agosto del 2024) lo siguiente respecto a la prensa del siglo XIX: “Hubo un periodismo muy importante, exagerado para la cantidad de gente que vivía en Chile y para la cantidad de diarios que había por el nivel del alfabetismo. Fue porque invertían en imprentas cada vez más modernas que les permitían hacerlo mucho más rápido”.

Y pese a que eran muchos los periódicos, añadió, “fueron siempre un negocio relativamente pobre. Las descripciones que hay de la prensa del XIX es que eran lugares muy sucios, pues la imprenta y las salas de redacción estaban juntas. Se reporta que había sofás totalmente arruinados y mesas viejas. Pero el negocio en esa época era la influencia en el sistema político, no era plata para llevarse al bolsillo”.

Es probable que Sepúlveda observe en este siglo el inicio de una tendencia que a momentos tiene matices durante el siglo XX, sin embargo, con una impronta que hilvana las primeras voces, referentes, medios y problemáticas públicas a través del siglo XIX nacional.

Algunos de los tópicos de los cuales el escritor se hace cargo a lo largo de la obra son: (a) La aparición de las mujeres en el periodismo, (b) persecución a los periodistas en la historia chilena, (c) “libertad” de expresión durante el régimen militar, (d) figuras claves en el periodismo chileno y la lista podría continuar.

Por último, la problematización contextual e histórica que Sepúlveda confecciona permite que la obra no sea fosilizada en una mera reproducción de hitos y línea de tiempo, por el contrario, aclara desde sus primeras páginas el real valor y sentido de la investigación esbozada. Una de las citas claves en esa perspectiva señala lo siguiente:

“Por lo menos, este libro tiene claro lo que no debe ser. No debe ser el recuento del registro periodístico de los grandes acontecimientos, es decir, la historia de un país a través del periodismo. En los últimos años, por ejemplo, gracias a YouTube, los chilenos hemos podido acceder a emocionantes recuerdos de nuestra historia reciente: discursos radiales de Arturo Alessandri o Pedro Aguirre Cerda, imágenes de los grandes terremotos, secuencias de la Unidad Popular. Cualquier visita a la hemeroteca de la Biblioteca Nacional implica la posibilidad de saber qué escribieron -es decir, qué sintieron- los protagonistas de las grandes guerras internacionales y civiles del siglo XIX. Todos esos registros ocurrieron porque los hizo posibles una ocupación, un oficio, una profesión o como quieran llamarla, propia de la vida moderna. La verdadera protagonista de este libro es esa etérea idea: que algunas historias de la vida pública merecían ser conocidas por sus contemporáneos. Esa idea es el periodismo” (pp.10).

Entonces, la obra de Alfredo Sepúlveda nos sumerge en una Historia del Periodismo de Chile donde lo bien aprendido, para siempre es sabido. Por consecuencia, leer sus páginas y releer los contextos e historia donde la disciplina se ha desarrollado, sin duda, permite enarbolar un considerable análisis investigativo que repercute a la discusión país en pleno siglo XXI.