La guerra de los beepers: Sabotaje y corrupción con 5.000 explosiones coordinadas en medio oriente
El Ejército israelí lanzó este lunes una de sus campañas más intensas de bombardeos aéreos contra el sur de Líbano, enfocándose en objetivos del grupo chií Hizbulá.
Los ataques, que incluyeron la destrucción de 300 objetivos militares, han dejado un saldo sin precedentes de 182 muertos y 727 heridos, según el Ministerio de Salud del Líbano.
Esta ofensiva ha marcado una nueva etapa en el conflicto, que lleva casi un año en desarrollo, y ha sido acompañada de una orden de evacuación masiva para los residentes del Valle de la Bekaa, en el este del país, debido a la presencia de estructuras utilizadas por Hizbulá.
Escalada en el conflicto y evacuaciones masivas
En una rueda de prensa, el portavoz del Ejército israelí, Daniel Hagari, declaró que Israel se prepara para atacar más objetivos en la región, advirtiendo a los residentes que evacuaran las zonas cercanas a edificios vinculados con Hizbulá.
Las autoridades militares dieron un plazo de dos horas para que los habitantes abandonen estas áreas, sugiriendo que se refugien en escuelas o se alejen al menos 1.000 metros de las edificaciones identificadas como objetivos.
La escalada de violencia ha forzado a miles de personas a huir de sus hogares, mientras el gobierno libanés ordenaba la apertura de escuelas y centros de refugio para acoger a los desplazados.
Las imágenes de ambulancias recorriendo a toda velocidad las carreteras del sur del país han sido una constante durante las últimas horas, con organizaciones sanitarias esforzándose por atender a los heridos.
El balance de víctimas es devastador, con cientos de personas heridas y otras que han fallecido, incluidos niños y paramédicos, según informes de las autoridades.
Hizbulá bajo ataque y su respuesta
Este conflicto entró en una fase crítica la semana pasada, cuando miles de aparatos de comunicación, conocidos como beepers, explotaron simultáneamente en manos de integrantes de Hizbulá.
Estos dispositivos, utilizados por el grupo para evitar la vigilancia israelí, detonaron en varias localidades, causando decenas de muertos y miles de heridos.
La explosión de estos beepers, junto con un ataque aéreo que mató a 17 altos mandos de Hizbulá en Beirut, ha incrementado la tensión en la región.
Hizbulá ha acusado a Israel de estar detrás de estos ataques, señalando la intervención de su agencia de inteligencia, el Mossad.
Aunque Israel no ha confirmado oficialmente su responsabilidad, medios internacionales y expertos en seguridad apuntan a una sofisticada operación de sabotaje.
Se especula que los beepers, que fueron importados desde China y ensamblados en Irán, habrían sido intervenidos para causar explosiones controladas, una táctica nunca antes vista a esta escala.
El líder de Hizbulá, Hassan Nasrallah, calificó la explosión masiva como un "ataque sin precedentes" y una "declaración de guerra" contra su organización.
En un discurso posterior a los hechos, prometió una "respuesta adecuada" y advirtió que el "ajuste de cuentas sucederá" en un momento inesperado.
Los ataques han desatado el pánico entre la población civil, que se ha visto atrapada entre la creciente hostilidad de ambos lados.
Tecnología antigua, nuevas tácticas
El uso de beepers por parte de Hizbulá responde a una estrategia de comunicación que busca evadir las intercepciones de teléfonos móviles por parte de los servicios de inteligencia israelíes.
Los beepers, inventados a mediados del siglo XX, son pequeños dispositivos que envían mensajes de texto cortos sin la posibilidad de ser rastreados mediante sistemas GPS o redes telefónicas.
A pesar de ser una tecnología obsoleta para la mayoría del mundo, Hizbulá confió en ellos debido a su resistencia a la vigilancia.
Sin embargo, la sofisticación del ataque parece haber revelado una vulnerabilidad en esta antigua tecnología.
Expertos en ciberseguridad sugieren que los dispositivos fueron manipulados durante su fabricación para incluir explosivos en su interior, permitiendo que fueran detonados a distancia mediante señales electrónicas.
Aunque las investigaciones sobre el ataque aún están en curso, varios medios apuntan a que la operación fue diseñada para desarticular las comunicaciones internas de Hizbulá, lo que representa un golpe significativo a la estructura del grupo.
El gobierno libanés, por su parte, ha condenado los ataques israelíes y ha solicitado apoyo internacional para detener las hostilidades.
A medida que la situación en la región se vuelve más tensa, la comunidad internacional observa con preocupación el riesgo de que estos enfrentamientos se expandan y escalen hacia un conflicto regional de mayores proporciones.