Una clienta del Banco Santander en Iquique, fue víctima de fraude en junio de 2021. Durante una llamada telefónica, personas desconocidas, haciéndose pasar por empleados del banco, accedieron a su información personal, incluyendo números de tarjetas de crédito y datos de sus cuentas.

Según lo que señala el fallo judicial, con esa información, realizaron varias transacciones fraudulentas que le ocasionaron pérdidas económicas y un gran estrés.

Aunque el banco devolvió parte del dinero, rechazó varios reclamos, lo que llevó a esta clienta a demandar a la entidad por no proteger adecuadamente sus datos.

La Corte de Apelaciones de Iquique resolvió el caso a favor de esta clienta, ordenando al Banco Santander a pagarle $4.206.240 por los gastos provocados por las operaciones fraudulentas que el banco no había reembolsado, además de $500.000 por el daño emocional causado.

También multó al banco con 10 UTM (aproximadamente $640.000) por no cumplir con las normas de protección al consumidor.

El tribunal determinó que el banco no actuó con la debida diligencia para proteger los datos personales de esta clienta, lo que permitió que terceros accedieran a esa información y cometieran el fraude.

Además, la Corte rechazó la defensa del Banco Santander, que intentó responsabilizar a la clienta por las transacciones no autorizadas, concluyendo que la entidad tenía la obligación de garantizar la seguridad de la información de sus usuarios.