En 1981, en la localidad de Neltume, un grupo de jóvenes pertenecientes al Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) fue capturado y ejecutado por militares chilenos.

Este grupo, llamado "Destacamento guerrillero Toqui Lautaro", había ingresado al país con la idea de crear un frente de resistencia armada en el sur de Chile contra la dictadura de Augusto Pinochet.

Sin embargo, tras meses de vivir en condiciones precarias en los bosques, algunos fueron detenidos, torturados y finalmente asesinados.

Las víctimas de estos hechos fueron cuatro hombres. En distintos momentos entre agosto y noviembre de 1981, estos jóvenes fueron capturados por patrullas del Ejército y de la Central Nacional de Informaciones (CNI), sometidos a violentos interrogatorios y luego ejecutados.

Los informes de la época intentaron hacer pasar las muertes como resultado de enfrentamientos armados, pero la realidad era diferente: los jóvenes estaban en condiciones físicas muy deterioradas, algunos incluso heridos y desnutridos.

Ahora, más de 40 años después de esos crímenes, la justicia ha dado un paso importante. El ministro Álvaro Mesa Latorre, encargado de investigar violaciones a los derechos humanos, decidió procesar a dos exmilitares que participaron en estos hechos.

Sergio María Canals Baldwin, mayor retirado del Ejército, y Luis Arturo Sanhueza Ross, teniente retirado, fueron formalmente acusados como responsables de los homicidios de estos cuatro jóvenes.

El ministro Mesa ordenó que ambos acusados permanezcan en prisión preventiva, es decir, que sigan detenidos mientras el caso avanza.

Aunque Canals Baldwin y Sanhueza Ross ya están cumpliendo condenas por otros crímenes cometidos durante la dictadura, esta nueva acusación por los homicidios de Neltume añade más peso a su historial.