Una mujer sufrió un accidente mientras iba camino a su trabajo, lo que le causó una lesión en la mano izquierda.

Según se puede apreciar en el fallo judicial, buscando tratamiento, fue atendida en la Mutual de Seguridad, donde un médico traumatólogo decidió operarla.

Sin embargo, tras la cirugía, la paciente comenzó a sentir mucho dolor en la mano, y los médicos no detectaron a tiempo una lesión en el nervio que agravó su condición.

Con el tiempo, la lesión se volvió crónica, afectando también su hombro y dejándola con un 30% de incapacidad laboral, lo que hizo más difícil su vida diaria.

La paciente decidió demandar tanto al médico como a la Mutual de Seguridad, argumentando que no la atendieron de manera adecuada y que no le explicaron bien los riesgos de la cirugía.

El caso fue llevado ante el Decimoséptimo Juzgado Civil de Santiago, donde la jueza a cargo, Rocío Pérez Gamboa, revisó las pruebas y concluyó que la Mutual y el médico actuaron de manera negligente.

Según el fallo, no se diagnosticó ni trató correctamente la lesión, lo que empeoró la situación de la trabajadora y la dejó con un dolor permanente.

La jueza también determinó que el consentimiento firmado por la paciente antes de la operación no era suficiente prueba de que había sido informada de todos los riesgos.

Por todo esto, el tribunal ordenó que el médico y la Mutual paguen juntos $50.000.000 como compensación por el daño moral causado a la trabajadora, ya que deberá vivir con dolores crónicos por el resto de su vida.