Voto migrante: El debate que abrió la reforma electoral y la vacilante postura de la derecha
La reforma electoral aprobada esta semana en el Congreso abrió un debate que hasta el momento no había tomado fuerza: la pertinencia del voto de extranjeros avecindados en las elecciones nacionales.
El punto lo hizo el ministro de la secretaría General de la Presidencia, (Segpres) Álvaro Elizalde, en la comisión mixta de Gobierno que intentó destrabar las diferencias en torno al proyecto. En la instancia, el secretario de Estado planteó que era improcedente aplicar multa para los ciudadanos extranjeros habilitados para votar que no ejercieran el derecho a sufragio puesto que la Constitución sólo consideraba a los “ciudadanos” y no a los “electores” como sujetos de eventual sanción.
En otras palabras, el ministro planteó que en la reforma no se podían establecer sanciones monetarias para las personas inmigrantes habilitados que no voten.
La oposición fustigó la idea, puesto que tal medida haría que, para los ciudadanos extranjeros, el voto (de facto) fuera voluntario.
Y aunque el veto presidencial ingresado para destrabar la reforma finalmente no hizo la distinción entre votantes chilenos y extranjeros, el punto quedó hecho y abrió un debate que posiblemente se traduzca en la idea de legislar sobre marco normativo que regula el voto de inmigrantes avecindados en Chile.
En entrevista con El Desconcierto, el ministro Elizalde señaló “la obligatoriedad y el derecho al voto extranjero es un debate que se debe dar en nuestra sociedad, sobre todo porque existe una demografía distinta de la que existía cuando se discutió esta normativa. Por tanto, el debate tiene que ver con quienes consideramos que deben participar en las decisiones de carácter político de nuestro país. Y si uno compara con otros países del mundo, por regla general está excluido el voto de los extranjeros y los países lo autorizan solo en elecciones de carácter local o regional”.
De acuerdo a datos del Servel, actualmente el padrón electoral extranjero asciende a los 786.466, un aumento de 370 mil votantes migrantes respecto a la última elección municipal de 2021 cuando el universo era de 414.920.
Esta tendencia de vertiginoso aumento de la población extranjera —que se debe a los escasos requisitos que impone la Constitución; estar avecindados en Chile por más de cinco años, tener 18 años y no haber sido condenado a pena aflictiva— pareciera no tener freno. Estimaciones de la misma Segpres indican que para 2028 el padrón de extranjeros podría llegar a un millón y medio.
Debate en el Congreso
“Las futuras elecciones presidenciales las decidirán los extranjeros. Y sabemos que ellos votan con el corazón en su país”, dice un parlamentario del oficialismo dando a entender el cálculo que hace el sector: las personas migrantes suelen votar por la derecha.
Esta preocupación ha motivado que se ingresen distintos proyectos para modificar el marco normativo que mandata la Constitución.
Los diputados socialistas, Daniel Manoucheheru y Daniella Cicardini, por ejemplo, presentaron una iniciativa para suprimir el derecho a sufragio de extranjeros avecindados. También, el senador Gastón Saavedra (PS) presentó un proyecto para elevar los requisitos para que personas migrantes puedan ejercer el voto.
La fórmula que toma fuerza en distintos sectores es acotar el derecho a sufragio de extranjeros a sólo elecciones locales.
Sobre el debate, el jefe de bancada de diputados del Frente Amplio, Jaime Sáez sostiene a El Desconcierto que “el derecho a voto de los extranjeros debe legislarse de forma más sistémica con una perspectiva de largo plazo, analizando la evidencia comparada de cómo ocurre en otros países que han registrado migraciones importantes y cómo esos mismos migrantes se van integrando a la sociedad, en este caso a nuestro país, creo que es importante poder diferenciar cuáles son las elecciones de carácter nacional de las locales y cuáles son más pertinentes que puedan votar extranjeros en la medida que cumplan con los requisitos de ciudadanía que se exigen para todas las personas.
Una postura similar tiene el jefe de bancada de diputados PS, Daniel Melo quien apunta a elevar los requisitos. “Es vital mirar la legislación comparada, si en Alemania, recién a los 10 años pueden votar los extranjeros que se nacionalizan, no veo el problema que en Chile se evalúe algo similar. Hagamos el debate de fondo, que permita fortalecer nuestra democracia y las nuevas reglas frente a condiciones objetivas que por primera vez estamos viviendo como país”, dice Melo
En esa línea, sobre la posibilidad de legislar, Melo afirma que “como en toda democracia moderna, Chile requiere legislar sobre las nuevas condiciones y derechos de los migrantes para sufragar” y repasa a la derecha por la postura vacilante que ha mostrado sobre el tema: “Esto debe hacerse sin la calculadora en la mano como lo hace la derecha”.
La vacilante posición de la derecha
¿A qué se debe la crítica a la oposición? Aunque Chile Vamos se opuso férreamente a excluir a los extranjeros de la sanción por no votar, en mayo de este año la bancada de senadores UDI presentó un proyecto de reforma constitucional para modificar la Carta Fundamental en materia de nacionalidad y ciudadanía para “suspender el derecho a sufragio” de personas migrantes.
“Respecto del sufragio activo y pasivo (Art. 14), su ejercicio se restringe solo a los chilenos, siguiendo el modelo de la Constitución española, dejando a la ley y los tratados internacionales la posibilidad de otorgar el derecho a sufragio (activo y pasivo) respecto de las elecciones locales, es decir, de gobernadores regionales, consejeros regionales, alcaldes y concejales”, dice el proyecto.
Sin embargo, a lo largo de la tramitación de la reforma electoral, el sector se opuso a innovar en la materia.
Sobre la negativa de su sector, el presidente de la UDI, Guillermo Ramírez afirma a El Desconcierto que “la Constitución es clara en hablar de voto obligatorio para todos los electores. Es cierto que en otro lugar habla de ciudadanos, pero en esos casos prevalece siempre la norma más nueva”.
“Como sea, darle voto obligatorio a los chilenos y voluntario a los extranjeros es una discriminación que no tiene justificación. No puede ser que el voto sea un derecho para los extranjeros y un deber para los nacionales. Los extranjeros avecindados en Chile deben tener los mismos deberes que los chilenos”, acota.