El 11 de agosto de 2018, cerca de las 15:30 horas, una ciclista, mientras pedaleaba por la pista derecha de la calle Arica en Estación Central, en dirección de poniente a oriente, un bus interprovincial, perteneciente a la empresa El Boldo Servicios Limitada, la atropelló.

El accidente ocurrió cuando el bus intentó sobrepasarla por la izquierda, sin mantener la distancia de seguridad necesaria, golpeándola con el costado derecho del vehículo.

Como resultado del impacto, la mujer sufrió lesiones extremadamente serias: desforramiento de antebrazo y mano izquierdas, múltiples fracturas en los dedos, y daños significativos en la muñeca, entre otras heridas.

Estas lesiones requirieron cinco operaciones y más de ocho meses de rehabilitación dolorosa y complicada.

A pesar de su extensa recuperación, la ciclista quedó con secuelas permanentes que afectaron su motricidad, causaron dolor neuropático constante y limitaron sus capacidades para retomar su carrera y pasatiempos.

Antes del accidente, la mujer era una enfermera pediátrica con 28 años de experiencia y una deportista de alto rendimiento en montañismo. Sin embargo, las consecuencias del accidente truncaron estos planes y su carrera profesional.

El Vigesimotercer Juzgado Civil de Santiago, presidido por la jueza Katherine Campbell Espinoza, dictaminó que tanto el conductor como la empresa de buses deben pagar solidariamente $50.000.000 a la ciclista por el daño moral sufrido.

La jueza señaló la negligencia del conductor y la responsabilidad de la empresa, que era dueña del bus en el momento del accidente.

También se mencionó que el conductor no solo falló en evitar el accidente, sino que además no prestó ayuda inmediata a la mujer, agravando la situación.