Se necesita contrapeso en Las Condes
Soy vecino de Las Condes desde hace 25 años y veo con desazón como un sector político de este país se ha adueñado de esta comuna bajo la certeza de la no alternancia en el poder. Desde el retorno a la democracia, la alcaldía ha estado gobernada por el mismo partido político y el Concejo Municipal dominado en un noventa por ciento por una sola sensibilidad.
Esta falta de contrapeso ha derivado en un efecto indeseado, pero del todo previsible: la corrupción. Abuso de pago de honorarios con montos mensuales de millones de pesos, pactos contractuales con indemnizaciones laborales sin topes, millonarios pagos en horas extras y los sobreprecios pagados por la compra de terrenos donde se pretende construir un tercer CESFAM para la comuna, son claros ejemplos de ello.
El problema es que estos casos han logrado llegar a la prensa y al conocimiento público gracias a la división del mismo sector que durante décadas la ha gobernado, dejando la dolorosa sospecha que tales abusos se venían cometiendo también hace décadas manteniéndola en las sombras bajo el oculto manto.
Con un solo concejal, o en este caso concejala, quien durante los últimos cuatro años ha representado en solitario al sector político opositor, no basta para fiscalizar lo que la sensibilidad mayoritaria del Concejo no quiere escudriñar.
Cualquier denodado esfuerzo de investigación y control se hace estéril si la abrumadora mayoría prefiere desentenderse. Se requiere entonces un mayor contrapeso que de resonancia para transparentar las trampas en el mal uso de los dineros de todos los vecinos de Las Condes.
“Con mi plata no” fue el efectivo eslogan repetido hasta el cansancio con el que la derecha logró bloquear todo intento solidario en las cuentas de capitalización individual en materia de pensiones. Pues bien, acá es algo similar porque el presupuesto municipal se compone principalmente de lo que cada vecino paga por patentes comerciales, patentes vehiculares y contribuciones. En el fondo es dinero de todos nosotros para que la Municipalidad utilice en beneficio de todos nosotros, no en caja pagadora política de unos pocos.
Las Condes tiene el presupuesto anual más elevado de todos los municipios de Chile, aproximadamente $430.000.000.000. Para que se tenga una idea, la municipalidad que le sigue es Vitacura con un monto de $180.000.000.000 aproximadamente. Es decir, el Municipio de Las Condes tiene recursos de una ciudad europea, pero no da los beneficios proporcionales a tal abundancia.
Los problemas en la asignación de recurso del Fondo de Desarrollo Vecinal (FONDEVE) en la Vital Apoquindo, los graves problemas de constructibilidad en la torre social emplazada a pasos de la rotonda Atenas, el abandono de plazas, la falta de luminarias en ciertos sectores de la comuna, la pérdida del sentido de barrio producto de un plan regulador indiscriminado y la escasa ayuda social, son algunos ejemplos que no se condicen con tal abundancia y que ya resultan un despropósito al comparar esta acomodada realidad con cualquier comuna del sector poniente o sur de Santiago.
Se hace urgente entonces un mayor contrapeso dentro del Concejo Municipal que de luz y transparencia a tal oscuridad, lo cual se logra aumentando la representatividad de quienes tienen un pensamiento distinto al sector de derecha que con seguridad seguirá siendo mayoría municipal. Un solo concejal opositor no basta para un Concejo compuesto por 10 integrantes.
No quiero que mi comuna se siga hundiendo en la descomposición, quiero que sus recursos lleguen a los vecinos que lo necesitan y contribuyen con gran esfuerzo, por lo que he resuelto candidatearme como concejal por Las Condes. Será un lindo desafío.
Crédito de la fotografía: Agencia Uno