Con el calentamiento global, las olas de calor extremo son cada vez más frecuentes e intensas. Además de aumentar el riesgo de sufrir un golpe de calor, la ciencia alerta sobre otro riesgo que produce el calor extremo: aumenta la contaminación por ozono en la atmósfera.

Así lo indica un nuevo informe de Copernicus, el programa de la Unión Europea de observación satelital de la Tierra. El descubrimiento se hizo analizando la alta concentración de ozono en la superficie de diversas regiones de Europa y su correlación con las olas de calor.

Según el informe, difundido por el medio National Geographic, el ozono a nivel de suelo puede inflamar los pulmones y empeorar cuadros respiratorios existentes, sumándose a los riesgos que provoca el calor extremo para el cuerpo humano.

Según las mediciones, en ciertas partes de Europa se registró una concentración de ozono que duplica los niveles máximos permitidos por la norma. Las concentraciones de ozono son impulsadas por altas temperaturas, radiación solar intensa y la emisión de otros contaminantes precursores.

El problema para detectar y mitigar los contaminantes precursores es que estos se transportan por largas distancias a través del aire, por lo que pueden haberse generado en lugares muy distantes.

Los investigadores apuntan a la importancia de estudiar y comprender el transporte de ozono a larga distancia en la atmósfera, para proporcionar alertas a la población y responder con medidas efectivas que resguarden la salud humana y el ecosistema.

Foto: Agencia UNO.