La crisis de vivienda en Antofagasta: Un llamado urgente a la acción por la justicia social
Según los datos del Instituto de Políticas Públicas de la Universidad Católica del Norte y los datos del "Sistema de Información Territorial" (2023), Antofagasta ha alcanzado niveles alarmantes en el aumento de un 52% en el número de campamentos entre 2021 y 2023, lo que equivale a 497 hectáreas o 802 canchas de fútbol ocupadas por asentamientos informales.
Esta expansión descontrolada ha dado paso a una crisis habitacional, que afecta a casi 6.000 familias nuevas, evidenciando la urgente necesidad de políticas de vivienda efectivas y sostenibles.
Las políticas de vivienda actuales en Antofagasta se han centrado en soluciones a corto plazo, como la construcción de viviendas sociales, pero han fallado en abordar las raíces sistémicas del problema.
Es urgente que el gobierno implemente un plan integral que incluya intervenciones para reducir la desigualdad, monitorear el cumplimiento de los estándares de vivienda y proporcionar soluciones habitacionales sostenibles.
Uno de los factores clave que ha exacerbado la crisis de vivienda en Antofagasta es la industria minera, que atrae a trabajadores migrantes en busca de empleo, pero no ha sido acompañada de una planificación adecuada para satisfacer sus necesidades habitacionales.
La desigualdad generada por la minería ha contribuido a la proliferación de campamentos, donde los niños y niñas migrantes enfrentan altas posibilidades de polivictimización al quedar expuestos a múltiples formas de desigualdad.
Según los datos de la CASEN 2022, el 30,8% de los niños y niñas migrantes en Chile viven en situación de pobreza por ingresos, en comparación con el 13,4% de los niños y niñas chilenos.
Además, el 22,6% de los niños y niñas migrantes viven en hogares hacinados, frente al 6,6% de los niños y niñas chilenos. Estas cifras reflejan las dificultades que enfrenta la niñez migrante, especialmente en regiones como Antofagasta, donde la crisis de vivienda es más aguda.
Para abordar esta crisis se necesitan políticas públicas de vivienda con un enfoque multidimensional que aborde las causas subyacentes de la desigualdad, planificación urbana que integre las necesidades de la comunidad evitando la segregación y la formación de campamentos.
Se requiere una estrecha colaboración entre el gobierno local, sector privado, en especial la industria minera, y las comunidades para desarrollar soluciones sostenibles a largo plazo.
Es fundamental garantizar que los niños y niñas migrantes tengan acceso a vivienda adecuada, educación y servicios de salud, independientemente de su situación migratorio, para romper el ciclo de pobreza y desigualdad.
La crisis de vivienda en Antofagasta es un desafío complejo que requiere la atención y acción urgente de forma coordinada por parte de todos los actores relevantes. Al abordar las causas fundamentales de la desigualdad y proporcionar soluciones de vivienda asequibles y sostenibles, se avanza hacia una sociedad más justa e inclusiva para todos los habitantes de Antofagasta, independientemente de su origen o situación socioeconómica.
Autora de la columna: Belén Burgos Roig
Crédito de la foto: Agencia Uno