De la crisis a la oportunidad: La evolución del consumo en la era digital

De la crisis a la oportunidad: La evolución del consumo en la era digital

Por: Pri Bruna | 30.06.2024
Lo que estamos presenciando no es tanto una crisis económica como un cambio de paradigma en la forma en que consumimos. Las grandes empresas lo saben, y han ajustado sus estrategias en consecuencia. Ahora les toca el turno a los pequeños emprendedores de adaptarse.

En medio de las turbulencias económicas que parecen acechar en cada esquina, es fácil caer en la creencia de que estamos inmersos en una profunda crisis financiera. Sin embargo, ¿qué pasaría si te dijera que lo que realmente está cambiando no es tanto la economía en sí, sino la forma en que consumimos? ¿Por qué si estamos en tiempos adversos los malls siempre están llenos y los influencers proclaman que no hay stock en los productos de lujo?

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Varias entidades de respeto en el campo respaldan esta premisa, desde gigantes multinacionales en servicios financieros como Mastercard hasta conglomerados especializados en comunicaciones y análisis de datos como Nielsen. Esta noción implica un cambio significativo en la dinámica empresarial, uno que las corporaciones líderes han capitalizado hábilmente, pero que ha dejado rezagados a muchos emprendedores de menor escala.

El proceso de compra, ese viaje desde la necesidad hasta la adquisición del producto o servicio deseado, ha experimentado una metamorfosis notable en los últimos años. Antes, solía ser un camino lineal, con etapas claramente definidas: reconocimiento de la necesidad, búsqueda de información, evaluación de opciones y, finalmente, la compra. Sin embargo, en la era digital y de la interconexión, este proceso se ha vuelto más líquido, más dinámico y, sobre todo, más impredecible.

Ahora el foco no está tanto en persuadir al consumidor para que compre, sino en estar presente en cada paso de su viaje de compra, desde la etapa de descubrimiento hasta la postventa. Las redes sociales, los influencers, las reseñas en línea y una infinidad de canales de comunicación se entrelazan para influir en las decisiones de compra de manera mucho más sutil y omnipresente que antes.

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Analicemos algunas cifras claves. Según el último Informe de Política Monetaria (Ipom) del Banco Central, la proyección para el crecimiento del consumo este año se elevó al 2.8%, frente al 2% estimado en marzo. Por otro lado, la Cámara de Comercio de Santiago (CCS) reportó que en la última edición del Cyber Day, los 780 sitios participantes alcanzaron ventas por un total de US$512 millones en solo tres días, superando ampliamente los récords establecidos en 2021.

Estas cifras demuestran una transformación económica más que un colapso, evidenciando la gran disposición de los consumidores a participar masivamente en ventas en línea y una creciente adaptabilidad y preferencia por este método de compra. Las grandes empresas han sabido capitalizar este cambio hacia el comercio electrónico, empleando herramientas avanzadas de marketing digital, logística eficiente y ofertas atractivas que generan experiencias memorables para los usuarios.

Sin embargo, ¿qué ocurre con los pequeños emprendedores? Aquellos que carecen de los mismos recursos, capacidades tecnológicas y adaptabilidad para ofrecer descuentos competitivos y gestionar grandes volúmenes de ventas en línea. Para ellos este cambio en el paradigma del consumo se ha convertido en un desafío abrumador. Muchos siguen aferrados a estrategias de marketing tradicionales, invirtiendo en publicidad impresa o incluso ignorando por completo la necesidad de adaptarse a un mundo que ha evolucionado a su alrededor.

Es crucial que los pequeños emprendedores comprendan la importancia de estudiar y comprender este nuevo proceso de compra. Deben aprender a aprovechar las herramientas tecnológicas a su alcance, a construir una presencia sólida en línea y a cultivar relaciones genuinas con sus clientes. La clave ya no está en competir con las grandes empresas en términos de presupuesto publicitario, sino en ofrecer una experiencia única y personalizada, que solo un negocio pequeño y dedicado puede brindar.

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Lo que estamos presenciando no es tanto una crisis económica como un cambio de paradigma en la forma en que consumimos. Las grandes empresas lo saben, y han ajustado sus estrategias en consecuencia. Ahora les toca el turno a los pequeños emprendedores de adaptarse y aprovechar este nuevo panorama comercial, donde la clave del éxito radica en entender y satisfacer las necesidades cambiantes de los consumidores en la era digital.

Crédito foto: Agencia Uno