"Apoya, No Castigues": El consumo problemático de drogas desde una mirada conciliadora
Hoy, 26 de junio, se conmemora internacionalmente el “Support. Don't Punish” (Apoya. No Castigues), fecha tiene como principal objetivo concientizar sobre el fracaso de las políticas de drogas implementadas en la mayoría de los países desarrollados y destacar la importancia de legislar adecuadamente desde un enfoque de apoyo, ayuda, y reducción de riesgos y daños, en lugar del castigo.
¿A qué nos referimos con el fallo de las políticas de criminalización hacia los usuarios de drogas? Principalmente, a que estas políticas han logrado lo contrario de lo que se proponían.
En Chile, desde la promulgación en el 2005 de la Ley 20.000 o Ley de Drogas, el consumo de cannabis, cocaína y opioides no ha dejado de aumentar. Hoy en día, la facilidad con la que se pueden adquirir drogas en Chile es alarmante. Desde grupos de WhatsApp hasta aplicaciones como Grindr, cualquier persona, sin importar su edad, puede acceder al narcotráfico, que no duda en vender drogas a menores de edad.
Entonces, ¿Cómo nos enfrentamos al problema? ¿Hacia dónde queremos avanzar?
No proponemos la eliminación total de las drogas, ya que esto es algo imposible. Pedimos que quienes las consuman lo puedan hacer bajo estándares mínimos de higiene y certeza respecto a lo que están consumiendo.
Es similar a cómo el Estado regula la venta de alcohol: sabemos cómo se prepara, cuántos grados tiene, e incluso hoy sabemos las calorías que contiene. En contraste, la composición de las drogas ilícitas que se obtienen a través del narcotráfico es un misterio, lo que representa un grave problema para los consumidores y la salud pública.
Es necesario regularizar el acceso a las drogas para uso adulto, evitando que menores de edad y adolescentes puedan acceder a ellas. Debemos crear una regulación con estándares de calidad para quienes consumen, así como espacios seguros para su compra, donde se pueda controlar y prevenir el acceso a sustancias por parte de niños, niñas y adolescentes.
Esto contribuirá a una sociedad más inclusiva y respetuosa, que pueda realmente enfocarse en el tratamiento de adicciones y en la educación y prevención del consumo precoz, áreas en las que las lamentables cifras del Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (SENDA) demuestran que aún no hemos avanzado adecuadamente.
El paradigma de la "guerra contra las drogas" es anticuado y no ha abordado correctamente la realidad del consumo. Los efectos de estas políticas eran previsibles, como lo demostraba ya el siglo pasado la prohibición del alcohol en Estados Unidos (EE.UU.), que aumentó el consumo y permitió la proliferación de bandas criminales.
Hoy en Chile, el enfoque del Estado permite, por omisión, la proliferación de bandas especializadas en el tráfico de drogas y parece que seguirá en el mismo camino si no tomamos medidas diferentes.
Este paradigma puede y debe cambiar. Todavía hay tiempo para generar una política de drogas que se enfoque en el consumo problemático, que prevenga el consumo temprano en las juventudes, que alerte realmente sobre las consecuencias del consumo y que permita el uso adulto de drogas con información real y reglas claras.
Este 26 de junio, como Movimental nos sumamos a la campaña internacional "Support Don't Punish" porque creemos firmemente en la importancia de acabar con la estigmatización del consumo problemático de drogas para dar lugar a la implementación de medidas sanitarias y de reinserción social realmente efectivas. En Chile, el SENDA posee programas de prevención y tratamiento, pero no existen evaluaciones de impacto que demuestren la efectividad de estas iniciativas.
Ghada Waly, Directora Ejecutiva de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), en el Informe Mundial sobre las Drogas 2023, declaró: "Estamos constatando un aumento continuo del número de personas que sufren trastornos por consumo de drogas en el mundo, mientras que los tratamientos no llegan a todas las personas que los necesitan".
Es urgente una transformación social colectiva que nos permita llegar con información clara y fidedigna a los sectores más vulnerables, como menores de edad y personas de bajos recursos, para abordar el consumo de drogas desde una perspectiva conciliadora y amigable.
El camino de la estigmatización, el juicio y la desinformación solo ha llevado a un aumento en los casos de consumo temprano, dejándole de paso el camino libre al narcotráfico.
Es hora de generar políticas de drogas que se ajusten a la realidad chilena. Es hora de dejar atrás las políticas del castigo y comenzar con políticas de apoyo hacia los usuarios, previniendo los usos problemáticos y el consumo temprano y desinformado. Es tarea de todos avanzar hacia una sociedad menos enjuiciadora y más conciliadora ¡Apoya, no castigues!