Diversos estudios han probado que mantener una mala alineación dental podría generar enfermedades digestivas como la indigestión, la acidez estomacal, estreñimiento y síndrome del intestino irritable (SII).

"La conexión entre la salud digestiva y la salud bucal es fundamental. La boca es el primer paso en el proceso digestivo", afirma el doctor David Hernández, del Centro de Ortodoncia Lingual DHP.

En concreto, es el proceso de masticación el que juega un rol fundamental, debido a que los dientes descomponen los alimentos "en partículas más pequeñas, facilitando así la digestión en el estómago y los intestinos".

Sin embargo, "una mala alineación dental puede afectar la masticación adecuada, lo que puede llevar a problemas digestivos", asegura Hernández.

Por ejemplo, la indigestión podría responder a una sobrecarga de trabajo del estomago al descomponer alimentos que debieron ser reducidos en el proceso de masticación.

En cuanto a la acidez estomacal y al reflujo gastroesofágico, una mala masticación podría generar que trozos grandes de alimentos lleguen al estomago. Lo mismo sucede con el SII.

Y para el caso del estreñimiento, al no existir un proceso de digestión completo esto afectaría al movimiento intestinal.

Si bien, los problemas digestivos por mala alineación dental se manifiestan en la adultez, es importante enfocarse en el origen del desarrollo de este tipo de dentadura, es decir, en la infancia y adolescencia.

Por ejemplo, Hernández explica que "los dientes apiñados pueden ser más difíciles de limpiar, lo que puede llevar a infecciones y enfermedades de las encías, exacerbando los problemas digestivos” .

Sin embargo, todas estas enfermedades se pueden evitar si se asiste cada cierto tiempo al dentista para un chequeo preventivo, medida recomendada tanto para adultos como para menores.

Y siempre "mantener hábitos alimenticios saludables, comer alimentos ricos en fibra y masticarlos lentamente para poder mejorar nuestra digestión”, sugiere el especialista.