Pasa cada vez menos por Chile: Disminuye 36% la presencia de ballenas azules en las costas de Chiloé
Es una de las mayores áreas de concentración de ballenas azules en el mundo; el archipiélago de Chiloé, es una zona de alimentación crucial para el mamífero más grande del planeta. Sin embargo, en los últimos 14 años, su población ha disminuido en un “alarmante” 36%, según los expertos que participaron en el último Comité Científico de la Comisión Ballenera Internacional (CBI) en Eslovenia.
Los científicos del Centro de Conservación Cetácea (CCC) llegaron a esta conclusión tras varios años de estudios poblacionales en aguas chilenas. Inicialmente, se estimaba que había unos 600 individuos en la región; hoy, más de una década después, su número ha disminuido en más de un tercio.
El noreste de la Isla Grande de Chiloé se ha identificado también por el CBI como la zona más importante de alimentación de ballenas azules en el hemisferio sur. Según los expertos, es un área que debería estar protegida para garantizar que estas ballenas puedan recuperarse en el tiempo.
Principales amenazas
Durante los últimos años, los investigadores del CCC han denunciado las creciente amenazas que sufre la zona, especialmente por parte de la industria salmonera.
En primer lugar, las colisiones de estos cetáceos con los barcos que esta industria maneja representa una gran amenaza. Solo la flota de acuicultura del norte de la Patagonia chilena posee el 83% de las embarcaciones que transitan diariamente, incrementando significativamente el riesgo de accidentes que pueden resultar en la muerte de ballenas azules, según explica el biólogo marino y cofundador del Centro Ballena Azul, Rodrigo Hucke - Gaete.
Por otro lado, las granjas salmoneras contaminan el agua con desechos orgánicos y químicos, afectando la salud de las ballenas y reduciendo su alimento principal, el kril. Además, el ruido submarino interfiere con la comunicación y navegación de las ballenas, causándoles estrés y desorientación. La expansión de las salmoneras también reduce los hábitats disponibles, obligando a las ballenas a desplazarse a zonas menos adecuadas.
Foto de portada: Aleta caudal de ballena azul (c) R. Hucke-Gaete (CBA).