Sara Garrido, dirigenta de pescadoras: "Tiene que terminar integración vertical de la industria"
Sara Garrido tiene siete años y sale rauda desde su casa ubicada en una población de Dichato para reunirse con sus amigas. Juntas bajan rumbo a la playa. Allí esperan que amaine la marea para sumergirse buceando en las aguas, solo con el aire que aguantan sus pulmones, y sacar alga roja, conocida coloquialmente como pelillo, que es ocupada como alimento o medicina tradicional. Luego, mientras se van secando con los tiernos rayos de sol que se dejan caer en esa playa de la Región del Biobío, se acercan a la caleta con lo reunido para poder venderlo.
Casi 50 años después, su vida aún remite a esa escena: un grupo de mujeres en el mar, pero ahora como líder de la Red Nacional de Mujeres de la Pesca Artesanal, una agrupación que articula nueve mil pescadoras, encarnadoras, charqueadoras, ahumadoras, tejedoras, fileteadoras, carapacheras y desconchadoras.
Es así como su vida transcurre entre la caleta de Coliumo, donde vive, frente a la playa que la vio nacer, y en reuniones con el subsecretario de Pesca, el ministro de Economía, seminarios de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) o los pasillos del Congreso, en particular en la Cámara de Diputados y Diputadas -donde se discute la norma que busca sepultar la Ley Longueira, y por la que se reunió con la máxima representante de la testera, Karol Cariola - y el Senado - donde avanzan dos proyectos unificados; una reforma a los comités de manejo para que mujeres puedan ser parte de su toma de decisiones y las caletas con enfoque de género, que estuvieron en el centro de la polémica el año pasado, y que ella defendió con firmeza como una mejora sustancial para sus condiciones laborales-.
Inicios como dirigenta
Aunque si piensa en el pasado, todo era distinto, porque décadas atrás "no había mujeres inscritas en el registro pesquero artesanal. Las primeras se empezaron a inscribir en el año 97 en el Servicio Nacional de Pesca, mientras que los compañeros hombres lo hicieron desde sus inicios. Hasta que fuimos abriendo espacios para poder visibilizarnos y decir que nosotros teníamos áreas de manejo, éramos recolectoras de algas, estábamos trabajando en el mar. Pero la institucionalidad era muy lenta. No te reconocía. Nos echaban para afuera de las reuniones. Yo misma sufrí la discriminación en los sindicatos cuando te decían: 'Aquí tienen que estar los hombres, las mujeres no tienen que nada estar organizándose'. Mientras yo sentía que nosotras sí podíamos”, relata en conversación con El Desconcierto desde su oficina en Coliumo.
Una convicción que la llevó en 2002 a ser pionera al obtener la personalidad jurídica del Sindicato de Algueras de Coliumo. Diez años después, la FAO la convocó a Roma para generar un documento que visibilizara a las mujeres como fuerza importante en la pesca artesanal y productoras de alimentos. En 2017, en un café de la Cámara de Diputados y Diputadas, junto con la encarnadora Marcia Castro comenzaron a dar forma a un proyecto de ley que buscaba mejorar las condiciones de las trabajadoras de la pesca en Chile. En 2018, se presentó formalmente como proyecto de ley y el 25 de agosto de 2021 se convirtió en Ley de la República.
"No nos dimos cuenta, o no sabíamos lo que estábamos haciendo, que era la primera ley en el mundo que modificaba los cuerpos legales de una Ley general de pesca e incluía el enfoque de género, con voz y voto", relata.
-Recientemente estuviste en el Congreso en la discusión de dos proyectos con enfoque de género. Uno de ellos plantea cambios a los comités de manejo ¿Qué busca en específico?
El objetivo es dar voz y voto a las mujeres en la toma de decisiones de los comités de manejo. Actualmente, para participar en un comité de manejo, es necesario tener inscritas las pesquerías en el registro. Por ejemplo, para el comité de manejo de merluza común, se debe tener esta pesquería inscrita. Sin embargo, muchas pesquerías están cerradas debido a la sobreexplotación, lo que limita la participación. El proyecto propone que cualquier mujer pueda participar y postularse, aunque no tenga la pesquería inscrita en su registro, pero quienes voten por ella sí deben tenerla.
- ¿Por qué están cerradas las pesquerías?
Están cerradas por sobreexplotación y porque abrir el registro implicaría un aumento del esfuerzo pesquero, lo cual no es viable dado que los recursos ya no lo resisten. La participación está limitada a quienes tienen la pesquería inscrita, y hay muy pocas mujeres en esta situación.
- ¿Cómo avanzan los proyectos de ley en el Senado?
Los proyectos de ley del comité de manejo y la modificación de la ley de caleta están vinculados y se esperaba que fueran votados juntos. Sin embargo, fueron enviados a la Comisión de Pesca del Senado, lo que podría retrasar su progreso. Una decisión que tomó el senador Fidel Espinoza y que no entendemos porque son proyectos que no tienen relación con la producción, por ende, deberían haber seguido en la Comisión de Mujeres y Equidad de Género.
- ¿Cómo beneficiaría la nueva ley de pesca especialmente a las mujeres?
La nueva ley de pesca busca ser una legislación moderna y transparente, que incluya un enfoque de género y reconozca a las mujeres como productoras de alimentos. Se propone mejorar las condiciones laborales y la seguridad social, abordando enfermedades profesionales no reconocidas y la falta de beneficios como prenatal y postnatal. Además, contempla la creación de un fondo social para mitigar los impactos de desastres naturales en la comunidad pesquera.
- ¿De qué manera la nueva ley reconoce a las mujeres como productoras de alimentos?
La ley enfatiza la soberanía alimentaria, destacando la importancia de la pesca artesanal y la post-captura, donde las mujeres agregan valor a los productos del mar. Se busca equiparar la relevancia de la pesca con la del agro, resaltando la contribución de las mujeres en la producción de alimentos sanos y nutritivos.
- ¿Cuál es tu perspectiva sobre la discusión del fraccionamiento y las licitaciones?
La discusión no debe centrarse únicamente en el fraccionamiento y las licitaciones, ya que la ley abarca más que eso. Es importante considerar todos los aspectos de la ley para asegurar que beneficie a la comunidad pesquera en su conjunto, incluyendo a las mujeres. Además, se menciona que el fraccionamiento debe ser mejorado en algunas pesquerías. Aunque creemos que el 100% de la sardina debería estar en manos de la pesca artesanal, ya que se encuentra dentro de las cinco millas costeras. También hay que discutir el destino del jurel, dependiendo de si se utiliza para consumo humano o para harina.
- ¿Cómo ves el rol de la industria pesquera en esta discusión?
La industria pesquera debe terminar con la integración vertical. No puede existir una industria que quiere pescar, procesar, exportar y transformar. O sea, quieren hacer todo. ¿Por qué no dejamos que los pescadores artesanales pesquen, se desarrollen, crezca su flota? Mientras que la industria se concentre en el procesamiento y la exportación. Hoy dada la situación de en qué se encuentran las pesquerías, se tienen que tomar decisiones dolorosas, graduales quizás, pero hay que hacerlo. Porque no están quedando recursos en el agua. Se están repartiendo cuotas en papel.