Buenos Aires.- La última semana estuvo marcada por una serie de episodios de enorme significación política para Argentina, luego que dos poderes del Estado -el Legislativo y el Judicial- pusieran  un freno categórico a las ambiciones autocráticas de Javier Milei, en momentos en que los mercados también parecen empezar a darle la espalda al mandatario que además enfrenta una grave crisis que pone en duda algunos de los pilares que lo catapultaron hasta la Casa Rosada.

Gobernar por decreto

Desde el inicio de su gestión, el 10 de diciembre de 2023, Milei buscó gobernar al amparo del Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 70/23, emitido el 20 de diciembre de 2023, que derogó numerosas leyes como las abastecimiento y de promoción industrial y comercial, y busca privatizar las empresas del Estado.

Se trató de poner en funciones un plexo normativo que pavimentara su política de “motosierra y licuadora” con la que promete desguazar el Estado.

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Los DNU son una prerrogativa presidencial contemplada en el art. 99 inc. 3.° de la Constitución argentina que permite a los mandatarios en funciones emitir decretos con fuerza de ley en situaciones excepcionales de necesidad y urgencia, sin pasar por el proceso regular de sanción de leyes en el Congreso y tienen plena vigencia mientras no hayan sido rechazados en forma expresa por parte de las dos cámaras del Congreso.

A través de varios artilugios, el Gobierno fue postergando el tratamiento del controvertido decreto y recién el 14 de marzo -con 42 votos negativos, 25 positivos y 4 abstenciones- fue rechazado por la Cámara Alta para pasar a la Cámara de Diputados, donde entre tiras y aflojas aún no se define una fecha para su tratamiento.

En definitiva, sin ningún triunfo parlamentario ni una sola ley aprobada en el Congreso en medio año de gestión los decretos y resoluciones son los únicos actos administrativos con los que el mandatario anarcocapitalista y su gabinete condujeron hasta ahora el  Gobierno.

Si bien durante el primer semestre hubo intentos sectoriales de frenar las embestidas presidenciales y su creciente recorte de derechos, (marchas multitudinarias, dos paros nacionales convocados por la poderosa CGT, una movilización gigante contra el recorte a las universidades, además del 8M y el 24 de marzo, etc.), lo cierto es que todas ellas fueron fundamentalmente de carácter sectorial y no constituyeron reclamos transversales, que discutieran las bases mismas del proyecto de país que impulsa el libertario.

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Giro abrupto

En la última semana, sin embargo, el estilo áspero, autoritario y poco respetuoso de la institucionalidad del que se jacta el libertario, encontró dos fuertes cortapisas en las propias instituciones democráticas del país:

Por un lado el respaldo de la fiscalía a un pedido de la justicia para que la ministra Capital Humano, Sandra Pettovello, distribuya los alimentos almacenados en depósitos (esto en el marco del mayor escándalo que debió enfrentar el Gobierno hasta ahora) y, por otro, un duro revés en la Cámara de Diputados, donde por más de dos tercios de los presentes los legisladores dieron media sanción al proyecto que busca recomponer los castigados haberes jubilatorios, una de las víctimas de la “motosierra”.

El resultado, directamente a contramano de los planes de ajuste radical del libertario, fue contundente -162 votos afirmativos, 72 en contra y ocho abstenciones- y desató la furia de Milei, quien al grito de “me importa tres carajos” amenazó de inmediato con vetar el proyecto que, si bien aún debe pasar por el Senado, representa una fuerte señal política de que el tema fiscal le puede ocasionar al Gobierno más  de un dolor de cabeza en su afán de conseguir el déficit cero.

“Cada vez que los degenerados de la política quieran romper el equilibrio fiscal, les voy a vetar todo”, agregó horas después en un discurso en el Latam Economic Forum 2024.

No le será tan sencillo. La Constitución Argentina, en su artículo 83, señala que un proyecto de ley vetado puede regresar a la Cámara de origen si los legisladores logran un nuevo dictámen de mayoría -aprobado con al menos 2 tercios de los votos de los presentes-, y en tal caso el Presidente no puede vetar la norma nuevamente.

Dólar: el eterno retorno

La semana, ya complicada por el escándalo de los alimentos, mostró también un dólar volátil que volvió a alcanzar sus máximos históricos, un riesgo país que rozó los 1.600 puntos y los principales activos financieros domésticos en retroceso.

El impulso que tomó el billete verde billete ilegal (conocido con el eufemismo de “dólar blue”) lo hizo trepar hasta los $ 1.300 -igual que en los últimos días de mayo- y cobró protagonismo superando los $1.300 y la brecha este y el dólar oficial llegó otra vez en niveles de hasta el 45,2% en medio de un escenario de falta de dólares,

Imagen en declive

El combo económico, legislativo y judicial que enfrenta Milei tienen su correlato en la imagen del mandatario. Siete de los diez principales encuestadores y consultores en campañas electorales registraron una fuerte caída, que reúne más opiniones negativas que positivas, y hoy lunes, que cumple seis meses de mandatom, el apoyo que concita es muy inferior a la de anteriores presidentes Mauricio Macri, Cristina Kirchner y Alberto Fernández.

Según el relevamiento publicado en la prensa local, que incluye registros de los institutos demoscópicos Equis, Poliarquía, Zuban Córdoba y Franco Consultores, entre otros, la cifra se explica porque el ajuste golpea fuerte y una mayoría tiene graves dificultades para llegar a fin de mes.

Existe, no obstante, un grupo sólido que sostiene que Milei se mantiene, afirmado en el potente efecto que tiene en la ciudadanía la baja de la inflación, o en el hecho de que el escándalo de los alimentos no los afecta demasiado.

Un punto en el que coinciden las consultoras es que el mayor valor que exhibe Milei, una idea fuerza que logró incorporar en el sentido común de millones, es la especulación-esperanza de que las cosas van a mejorar y que el sacrificio de hoy será recompensado el día de mañana.

Este punto, no obstante, puede ser volátil: el 30% no llega a fin de mes y otro 60% tiene dificultades para hacerlo, por lo que esa cuña podría en cualquier momento mostrar debilidad. Se trata de un valor/expectativa que se gasta, y que se sostiene en medio de ciudadanos que se agotan.