El pasado 20 de mayo se informó de la trágica muerte de Toni Espadas, guía español que acompañaba a un equipo periodístico nacional en Etiopia. Y respecto al hecho se informó que el fallecimiento se habría dado en una actividad relacionada con la tribu africana, los Mursi.

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Sin duda la muerte de una persona representa un hecho lamentable y devastador para todos aquellos que lo conocían y sentían amor por él. Sin embargo, más allá de la situación trágica, cabe preguntarnos por el tratamiento y construcción que se ha hecho del caso.

En este sentido, es preciso entender que el continente africano está formado por 54 países, lo cual representa una gran heterogeneidad cultural tanto a nivel continental como en cada uno de ellos. Además, debemos recordar que el continente africano ha sido objeto de explotación y colonización por siglos, por lo que las imágenes que se construyen sobre él y sus diversos habitantes están teñidas por esos procesos de dominación. En esa línea se debe cuidar de no exotizar, ni estereotipar a la población africana ni a la tribu específica involucrada en este lamentable suceso, los Mursi.

Lo anterior cobra relevancia cuando se revisa la forma en la que algunos medios de comunicación nacionales han destacado las características culturales de los Mursi, enfatizando su carácter guerrero, conflictivo y agresivo. Actitudes que se acrecentarían con la ingesta excesiva de alcohol y drogas.

Esto ha concluido en fuertes juicios de valor en relación con sus prácticas culturales, como las modificaciones en sus cuerpos, sobre todo en las mujeres, o las solicitudes de pagos monetarios por la estadía en sus territorios por parte de viajeros extranjeros.

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Esto invisibiliza la riqueza cultural de los Mursi, y homogeniza la diversidad cultural de los grupos humanos que viven en África, mostrando una mirada etnocéntrica y jerárquica que da muestra de la colonialidad con la que se trata al continente africano, asociándolo con la barbarie.

El 25 de mayo se celebró el día de África, día que conmemora la fundación de la Organización para la Unidad Africana (OUA), en 1963. Organización formada con el objetivo de promover la unidad y la solidaridad entre los países africanos y para erradicar el colonialismo y el apartheid en ese continente.

En ese contexto, además, se vuelve necesario recordar que Chile recibió población esclavizada durante la colonia, por lo que el componente africano forma parte de nuestra historia y debe ser reconocido como parte de nuestra identidad.

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Finalmente, vale enfatizar que la caracterización hecha sobre los Mursi nos muestra lo lejos que estamos de nuestras raíces y lo necesario que es que -algunos- medios de comunicación comprendan y acepten el lugar preponderante que ocupan en la construcción social, en el sentido de que las palabras usadas no son inocuas, configuran ámbitos de realidad y reproducen el colonialismo.