Mujeres de 45 años que usan anticonceptivos suben de 3,4 a 64,4 probabilidades de sufrir ACV
En el complejo entramado de la salud femenina, la prevención del accidente cerebrovascular (ACV) emerge como una prioridad clave.
Este fenómeno, que puede desencadenarse por la interrupción del flujo sanguíneo hacia el cerebro o por la ruptura de un vaso sanguíneo en esta región, representa una amenaza significativa, siendo la segunda causa de muerte en Chile, según datos del Ministerio de Salud del país.
El uso de anticonceptivos orales, común entre muchas mujeres, también entra en la ecuación. Según investigaciones, el riesgo de ACV en mujeres que utilizan anticonceptivos orales aumenta considerablemente con la edad, lo que subraya la importancia de tomar decisiones informadas sobre la contracepción y su relación con la salud cardiovascular.
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Felipe Covarrubias, Director Clínico de TrainFES, empresa dedicada a la rehabilitación y basada en tecnología avanzada, advierte sobre la relevancia de abordar esta temática de manera integral.
"Es esencial considerar que algunos métodos anticonceptivos pueden aumentar ligeramente el riesgo de coágulos sanguíneos, lo que a su vez podría incrementar la probabilidad de sufrir un ACV", señala Covarrubias.
Además, destacó la importancia de consultar a un profesional de la salud especializado en ginecología para evaluar los riesgos individuales y elegir el método anticonceptivo más adecuado en función del historial médico y los factores de riesgo.
La prevención primaria del ACV implica controlar y manejar los factores de riesgo conocidos, como la hipertensión arterial, la diabetes, el colesterol alto, el tabaquismo, la obesidad y el sedentarismo.
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Mantener un estilo de vida saludable y recibir tratamiento médico adecuado para estas condiciones puede reducir significativamente el riesgo de ACV.
En cuanto al tratamiento de las secuelas de un ACV, Covarrubias destaca los avances en electroestimulación funcional. Esta terapia complementaria, aplicada en casos como la pérdida de la capacidad para tragar, ha demostrado mejorar la respuesta y reducir los tiempos de rehabilitación.
A través de pequeños pulsos eléctricos, esta tecnología estimula los músculos paralizados, facilitando movimientos funcionales coordinados y sincronizados.
"La evidencia generada por TrainFES destaca los avances en el nivel funcional de los pacientes, desde la primera sesión de entrenamiento hasta el segundo mes de terapia", afirma Covarrubias.
Este enfoque integral, que aborda tanto la prevención como el tratamiento, ofrece una perspectiva esperanzadora en la lucha contra el ACV y sus consecuencias.