Pichilemu es una localidad costera que atrae a amantes del océano desde diversas áreas. Ahora, todas las personas que quieran impartir algún tipo de conocimiento con respecto al mar y su cuidado tiene un nuevo espacio para hacerlo allí: la escuela del océano.

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Se trata de una iniciativa que funciona desde el año pasado de forma piloto y que ahora inaugura un centro comunitario ambiental formado por varios contenedores, cerca de la playa principal de Pichilemu.

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A través de una alianza con la Municipalidad de Pichilemu, en 2023 impartieron un programa educativo piloto con niñas y niños de octavo básico de distintas escuelas de la comuna, que asistieron dos veces a la semana entre septiembre y diciembre. Estas niñas y niños se graduaron y forman la primera brigada oceánica del proyecto.

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“Esta brigada es la primera semilla que sembramos, de crear un grupo de niños que estén vinculados con la protección de los océanos de forma activa, con conocimiento sobre cómo funcionan los ecosistemas marinos, cuáles son las amenazas, cuál es la biodiversidad que habita estas costas y qué debemos hacer para proteger todo esto”, describe Karina Villarroel, coordinadora de la escuela.

Ahora, con espacio inaugurado, funcionarán todo el año con actividades programadas como charlas, talleres, cursos más largos, proyección de documentales y actividades como limpiezas de playas. También organizan charlas en escuelas alejadas de la costa, y visitas de colegios y centros educativos a la escuela.

Las actividades son gratuitas y buscan en conjunto convertir a toda la comunidad en defensoras y defensores del océano, con conocimiento sobre las acciones que se deben realizar y sobre cómo los comportamientos y actividades humanas afectan al mar.

Llamado abierto

La escuela del océano es parte de una organización internacional sin fines de lucro, Parley, que funciona en 30 países, y llegó a Chile en colaboración con la Fundación Rompientes de Pichilemu. La iniciativa se financia a través de donaciones y colaboración público privada, además de convocar voluntarias y voluntarios.

Para impulsar la primera escuela en Chile, Villarroel adelanta que durante el mes de abril se abrirá una convocatoria a través de la página de Instagram, con un formulario para que cualquier persona que quiera impartir algún tipo de conocimiento respecto al océano y su cuidado pueda hacerlo.

“No tienen por qué ser científicos o biólogos marinos. Pueden ser artistas, periodistas, deportistas. Buscamos difundir el cuidado y el valor del océano desde distintas áreas”, aclara Karina. También durante abril se anunciarán en sus redes sociales las actividades y la propuesta educativa sobre cultura oceánica para el próximo trimestre.