El siglo XXI se ha caracterizado por una rápida evolución tecnológica que ha transformado la forma en que vivimos, trabajamos y nos relacionamos. En este contexto, las carreras STEM han emergido como pilares fundamentales para impulsar la innovación y el progreso en todas las áreas de la sociedad. Pero, a pesar del crecimiento exponencial de estas disciplinas, persiste una marcada disparidad de género que limita el potencial completo de la fuerza laboral de la mujeres en este sector.

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A 7 años de la creación del Ministerio de la Mujer y Equidad de Género en el gobierno de Michelle Bachelet. Una de las reflexiones y desafíos en el avance de la Agenda de Género en Chile, es el aumentar la cantidad de mujeres en carreras de las Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés)

En Chile el porcentaje de mujeres que se titularon del área STEM, respecto del total de personas con título universitario, es solo del 8%, mientras que el promedio de los países OCDE es 16%, exactamente el doble.

Lo anterior, nos hace mirar la Educación Media Técnico Profesional y las cifras entregadas por el Ministerio de Educación, donde el 47% de la matrícula de la Educación Media Técnico profesional son mujeres pero, sólo el 19% se inclina por especialidades técnico industriales. Por ejemplo, en las especialidades del área metalmecánica, el 90% de graduados durante el 2008 y el 2018 fueron hombres.

Las mujeres suelen estudiar especialidades de menor valoración y remuneración, reproduciendo las desigualdades del ámbito educativo en el espacio laboral. Pero, existen programas que desafían estas brechas y apuestan por ir más allá del avance significativo en la incorporación de mujeres en los distintos niveles de estudios, y también ponen atención en su incorporación laboral y cómo resolver las nuevas dificultades que enfrentan.

Un ejemplo de ello, es lo desarrollado por Educación 2020, Alstom Fundación y Volvo, quienes han logrado detectar algunos factores que podrían estar influyendo en que las mujeres no opten a carreras en el nivel Técnico Profesional, como la electricidad, mecánica industrial o mecánica automotriz. Esta intervención ha permitido identificar la necesidad de contribuir a la disminución de los sesgos de género que impactan en las trayectorias educativas de los y las estudiantes con acciones concretas.

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En este sentido es importante destacar dos programas diseñados y ejecutados por las organizaciones antes mencionadas:

En primer lugar, el programa “Prácticas Seguras” desarrollado desde principios del año 2023, 14 estudiantes provenientes de liceos técnicos profesionales de Puente Alto, Lo Prado, Quinta Normal y Estación Central, pasaron por un proceso de formación y acompañamiento que buscaba abordar las brechas de género en el área STEM. Mientras se preparaban para empezar su práctica en las maestranzas del Metro de Santiago, trabajando en los carros del metro, Alstom Foundation, organizaba espacios de conversación con sus trabajadores para recibir a las nuevas practicantes.

Bajo el nombre de “Más Oportunidades Menos Barreras”, es aquí en donde por primera vez se enfrentaban a una práctica segura donde existen espacios claros para hablar de miedos y aprehensiones. Se adecuaron los baños para recibir a las estudiantes en los pabellones de electricidad y de mecánica, y se trabajó con las llamadas mentoras, mujeres profesionales en estas mismas áreas, quienes se transformaron en las guías de las estudiantes. Después de un año de esta experiencia, ya hay 5 mujeres más trabajando en Alstom.

Por otro lado, el programa “Más mujeres en mecánica, más modelos a seguir” en donde empresas cómo Volvo, desarrollaron el proyecto “Iron Woman +Técnicas” con el Liceo Padre Pedro Arrupe de Quilicura. Del total de 67 estudiantes en la especialidad, sólo 19 son mujeres. Acá el proceso fue distinto, se trató de un trabajo de sensibilización sobre las brechas de género en ambientes altamente masculinizados.

Docentes, trabajadores y estudiantes pudieron darse cuenta de los sesgos y de los errores que se cometen a diario. Las estudiantes conocieron la experiencia de mujeres mecánicas y el sólo hecho de saber que existen profesionales que se han atrevido, que tienen un trabajo estable y que son valoradas en la empresa, cambia la manera de enfrentar la decisión de elegir una carrera STEM.

Aquí es importante destacar que el foco principal de estas prácticas es el acompañamiento junto a las mentoras, referentes femeninos que las van a acompañar en su proceso de desarrollo más bien personal, en términos de habilidades que son complementarias a su inserción, como comunicación, trabajo en equipo, identificación de situaciones y el proceso de mirar el aprendizaje. Estas mentoras van un paso más adelante, ya que han pasado también por sus propios procesos de insertarse y validarse en estas áreas.

Hoy luego de una nueva conmemoración de un #8M es evidente que persisten los desafíos de acortar las brechas de género en distintas áreas, pero es también materia y responsabilidad de las organizaciones público-privadas establecer acciones concretas por una Educación Técnica Profesional Sin Brechas de Género, eso habla de pasar del diseño a la ejecución de una forma sostenible en el tiempo.

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Cuando el activismo se une con sensibilizar y visibilizar, nacen actividades como la que desarrollaron más de 60 mujeres de Educación 2020 y ALSTOM Foundation, quienes se reunieron en Plaza Baquedano el 8 de marzo a las 12:30 hrs, con el fin de visibilizar las deficientes oportunidades y las grandes barreras tanto en espacios educativos como laborales asociadas a rubros tradicionalmente masculinos, como la Metalmecánica, Construcción, Minería, Electricidad, Electrónica, entre otras.