Denuncian que alimentar a la fauna cambió el comportamiento de los zorros chilla en Atacama

Denuncian que alimentar a la fauna cambió el comportamiento de los zorros chilla en Atacama

Por: María del Mar Parra | 26.02.2024
Al ir por la carretera hacia Chañaral de Aceituno en Atacama se puede ver a los zorros chilla acercarse a los autos. Una veterinaria advierte que la mala práctica de alimentar a la fauna nativa cambió el comportamiento de los zorros, poniéndolos en riesgo de atropellos e inhibiendo su instinto cazador.

En la carretera yendo hacia Chañaral de Aceituno desde el sur en la región de Atacama, una parada turística común es en la carretera donde se congregan zorros chilla. Las camionetas turísticas paran al ver los animales y las personas bajan a sacarles fotos.

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Pero lo que puede parecer un emotivo momento de cercanía con la naturaleza, oculta un problema: la mala práctica de dar comida a los zorros chilla ha modificado el comportamiento de estos animales, que se habituaron a merodear cerca de la carretera.

Así lo denunció un video grabado por la veterinaria y divulgadora científica, Fernanda Pizarro, quien llama a no normalizar la situación ni a seguir impulsándola.

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“Los animales silvestres no se alimentan. De manera natural ellos buscan su alimento y de esta forma se mantiene un equilibrio ecológico entre diversas especies que habitan un lugar determinado. No debemos interferir en ese equilibrio, solo debemos admirarlos de lejos”, explica.

La veterinaria comenta en sus redes que alimentar a los animales provoca un cambio en sus conductas naturales, por lo que pierden el instinto de cazar, se pelean, es más probable que se enfermen y están propensos a atropellos.

El zorro chilla es nativo de Sudamérica y habita en los dos lados de la cordillera de los Andes, entre Argentina y Chile, donde se alimenta naturalmente de roedores, peces, carroña y material vegetal.

Autoridades del SAG en Atacama en 2021 llamaron a no domesticar a estos animales, luego de que se descubriera la muerte de un zorro chilla adulto que estaba atado con una soga, por lo que se interpretó que alguien lo tenía ilegalmente como mascota.