Este martes 20 de febrero la Comisión de Evaluación Ambiental (COEVA) de Los Lagos aprobó la construcción de una carretera eléctrica que conectará la isla grande de Chiloé con el continente, para entregar y recibir electricidad del Sistema Interconectado Central.

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Esto a pesar de que comunidades indígenas y organizaciones territoriales llevan años de oposición y campaña ciudadana en contra del proyecto, que según alertan, no contribuye a mejorar el abastecimiento energético en Chiloé sino a habilitar una decena de proyectos eólicos que están en carpeta para instalarse en la isla.

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El tipo de desarrollo energético que se promueve en Chiloé genera, según han admitido incluso las empresas involucradas, una afectación al bosque nativo y a las turberas en Chiloé, que son de las únicas fuentes de agua dulce para la isla donde no hay cordillera de los andes con glaciares y nieve.

¿Energía para quién?

El proyecto, de la empresa china canadiense Transelec, contempla 251 torres de alta tensión en un tendido de 96 kilómetros de largo y 50 metros de ancho que cruza seis comunas y el canal de Chacao, significando una inversión de US$ 107 millones.

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Desde la empresa se ha señalado que, además de habilitar otros proyectos en la isla, la carretera busca mejorar el abastecimiento energético en Chiloé, lo que ha sido cuestionado por organizaciones y académicos, que señalan que la mayoría de los cortes de luz en la isla grande ocurren en el sector de distribución y no de transmisión eléctrica.

Para las organizaciones que conforman la campaña Chiloé Libre de Saqueo Energético, el fin de la carretera es habilitar varios proyectos de generación eléctrica cuyas turbinas eólicas en muchos casos buscan instalarse en la cordillera del Piuchén, donde están las turberas que dan origen a distintos cursos de agua de la isla.

Desde la campaña han mapeado al menos una docena de parques eólicos existentes, aprobados o en evaluación en la isla, muchos de los cuales ya están insertos en conflictos socioambientales con las comunidades a las que impactan.

[caption id="attachment_801937" align="aligncenter" width="1024"] Mapa: campaña Chiloé libre de saqueo energético[/caption]

Otro reclamo sobre el plan energético que avanza en Chiloé es que los grandes proyectos disputan el territorio con otras actividades que son de subsistencia para familias de la zona que llevan años viviendo de forma sustentable con el ecosistema. El ecoturismo, las costumbres ancestrales de pueblos indígenas, el manejo de bosque nativo y la agricultura familiar son algunas de ellas.

Irregularidades en el proceso

Durante la sesión de la Coeva, tres de los diez servicios públicos involucrados votaron en contra del proyecto, respaldando las denuncias de irregularidades en el proceso de evaluación que fueron levantadas por la comunidad.

Desde la Seremi de Salud regional, por ejemplo, rechazaron debido a que sostienen que los plazos para aprobar el proyecto vencieron hace 18 meses y fueron extendidos de forma irregular.

El seremi de Desarrollo Social, por su parte, rechazó tras considerar que la consulta indígena hecha para el proyecto no cumplió con los estándares mínimos y se incurrió en malas prácticas como la negociación directa con comuneros.

La autoridad regional del Ministerio de Agricultura también votó en contra del proyecto debido a los impactos en las turberas y la necesidad de resguardar los cursos de agua, sobre todo en territorios indígenas.

Estas acusaciones se suman a la revelación publicada por El Mostrador, de que una de las jefas de evaluación del Servicio de Evaluación Ambiental que revisaron el proyecto de Transelec en Chiloé, Paola Basaure, ahora es gerenta corporativa de la empresa titular del proyecto, desde donde ha sostenido reuniones de lobby con sus ex subordinados a favor del proyecto.