Especialista explica cómo convertir tu balcón o jardín en un mini oasis para la fauna urbana
Si te gusta tener plantas en tu balcón o jardín, con algunos pequeños ajustes puedes asegurarte de que los espacios naturales que generes sirvan de refugio para los animales que merodean por la ciudad y que cada vez tienen menos lugar para habitar o descansar.
El investigador del Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB) y de la Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), Juan Luis Celis, explica los pasos para crear un pequeño oasis para la fauna urbana.
Asegurar el espacio
Si tienes la intención de crear un espacio natural que sirva de refugio para la fauna, el primer paso es que sea un lugar seguro, al que no puedan acceder gatos, perros u otras mascotas propias o de vecinos. “Si no, todo lo que hagamos se convierte en una trampa ecológica”, explica Celis.
El segundo paso previo, es manejar el jardín o balcón de forma orgánica, sin usar agroquímicos ni insecticidas. “Si tu atraes biodiversidad y a un jardín con insecticida estás envenenando a los insectos y luego vienen los pajaritos y se los comen y mueren, o le dan de comer a sus polluelos que necesitan una menor dosis aún para que sea fatal”, ejemplifica.
El investigador comenta que existen alternativas naturales muy simples de preparar y usar con instrucciones ampliamente disponibles en internet, usando ingredientes naturales como cáscara de huevo, ajo o cáscara de naranja. Otra opción es el uso de compost para fertilizar las plantas.
Crear un hábitat
Aseguradas las condiciones del espacio, se puede empezar a crear un hábitat, para lo cual uno de los consejos es buscar diversidad y heterogeneidad en la vegetación, privilegiando en lo posible plantas y flores nativas, que están naturalmente adaptadas a las condiciones de la zona y requieren menos agua.
“Si tu jardín tiene pasto y árboles, es importante agregar también arbustos, que son el hábitat natural de mucha fauna nativa del país, y así se convierte en un espacio funcional para una mayor diversidad de especies”, indica Celis.
Luego, se pueden instalar refugios. El balcón o jardín puede tener un pequeño sector de tierra o arena para las abejas nativas que viven en ciudades, muchas de las cuales nidifican en el suelo. Se pueden colocar troncos o piedras para las lagartijas y casas nido para aves que nidifican en cavidades como golondrinas o chercanes. Así, los diversos animales que lleguen atraídos por la vegetación, se quedarán por el refugio.
Ofrecer recursos
Para que los animales se hidraten, se pueden instalar bebederos con agua, pero deben ser bajitos para que no se ahoguen. Celis recomienda unas piedras planas ligeramente hondonadas que suelen vender en viveros.
También llama la atención a la necesidad de cambiar el agua un par de veces por semana, porque de lo contrario el bebedero se puede convertir en un foco de enfermedades.
Además de agua se puede ofrecer comida, instalando semilleros que atraen a aves granívoras como el chincol, la tórtola o la diuca. Es importante que tanto los semilleros como las casas nido especialmente no puedan ser alcanzados por ningún depredador, para lo cual conviene instalarlos en altura y sin elementos alrededor que algún animal pueda usar para subir.
Por último, el investigador recomienda no usar bebederos de picaflor que llevan agua con azúcar, ya que son de delicada mantención porque el azúcar se fermenta y puede causar problemas hepáticos en las aves si no se la recambia con mucha frecuencia. Para los picaflores, recomienda plantas nativas que los atraen y les sirven de alimento.
Juan Luis Celis ha trabajado junto al IEB en programas de capacitación para jardines sustentables y casas anideras en comunas como Vitacura o Providencia, aunque lamenta que las iniciativas dependen de los recursos que tenga cada municipalidad.