1970, Salvador Allende llega a La Moneda. El primer presidente socialista que arribaba al poder por las urnas en el mundo. Desde ahí la familia Allende se proyectó como la más importante de la izquierda chilena durante el siglo XX, aunque siempre marcada por la tragedia.

Salvador Allende se quita la vida el 11 de septiembre de 1973, mientras el edificio de gobierno es bombardeado por Hawker Hunter. Cuatro años después, Beatriz Tati Allende, su hija se suicida durante su exilio en Cuba. Laura Allende, hermana del mandatario, se suicida en 1981, aquejada por un cáncer terminal y como un gesto contra la dictadura. En 2010, tras sufrir de depresión, el nieto mayor del Presidente, Gonzalo Meza Allende, se suicida.

Una serie de tragedias, que tienen un nuevo capítulo en la actualidad, con la muerte Héctor Hito Sepúlveda, quien estuviera casado con la hija de Salvador Allende, Carmen Paz.

En medio del frente de mal tiempo que azota al centro-sur del país, Sepúlveda habría fallecido en la comuna de Coihueco, región del Ñuble, tras intentar conectar unas mangueras en un cerro para reponer su servicio de aguas. Ahí se habría resbalado y caído hasta un estero. Según fuentes consultadas por el diario El País, el anciano de 86 años sufrió un paro cardíaco lo que le produjo la muerte.

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Ermitaño y alejado de la política

“Por mi origen campesino, para mí la muerte no es tan terrible como para la gente de ciudad. Cualquier día usted se cae, lo patea un caballo. Mueren las personas, los animales. Todavía aquí la muerte es parte de la vida, no hemos perdido la coherencia”, afirmó a la periodista Rocío Montes en el 2012.

Héctor Sepúlveda nació en las cercanías de Chillán, en marzo de 1937, proveniente de una familia con más de 400 hectáreas de tierras, pero que el denominaba como “latifundismo pobre”, por su poca capacidad de producción.

Su madre decidió enviarlo a estudiar a Santiago con seis años. Una decisión que determinaría su vida, y que lo llevaría a internarse en la familia de Salvador Allende, quien ese momento ya era un reputado senador.

Ya en la capital, unas primas de él y amigas de las hermanas Allende Bussi, le presentaron a Carmen Paz. Encuentros en Santiago, vacaciones en el sur, para terminar casados en los 60s. Un matrimonio que se realizó en la iglesia de Los Leones con Providencia y contó con la presencia de parte importante de la clase política de la época.

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Ya en el gobierno de Allende pudo conocer a François Mitterrand y Fidel Castro, teniendo una vista privilegiada del poder.

El 11 de septiembre, tras el bombardeo a La Moneda, llegó a la embajada de México donde lo esperaba Carmen Paz, sus dos hijos y el resto de la familia.  Tras 18 años en el país norteamericano regresó a Chile en 1991 con 54 años.

“Me fui al exilio a los 36. Se acabó mi mundo y tuve que construir todo desde cero en México. Al instalarnos otra vez en Santiago, ya viejo, empecé a buscar oportunidades de trabajo con gente conocida del primer Gobierno democrático. Pero, ¡me mandaban a hablar con niños! Funcionarios políticos de veintitantos años. ¿Qué les podía decir yo? ¿Y qué podía decirles yo a ellos? Llegó un momento en que mi hijo Andrés, al verme sufriendo, me dijo: ‘Papá, vete, vete mejor’. Y me vine al campo. Salí con miedo de todo ese mundo”, afirmó a Montes.

Ahí tomó la decisión de alejarse de todo, Santiago, los Allende, la civilización y recluirse a 450 kilómetros de la capital, en San Fabián de Alico, en medio de la cordillera de los Andes. Dónde vivía en la austeridad de la vida de campo, hasta su fallecimiento el 22 de agosto del 2023.

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