Camila Vallejo: "No vamos a eliminar el impuesto a los súper ricos para aumentarle impuestos a la clase media"
El viernes en la mañana, La Moneda tuvo su primer consejo de gabinete tras la Cuenta Pública 2023. El tema obligado de la reunión, sin duda, fue la crisis provocada por los virus respiratorios y la muerte, hasta ese momento, de cuatro lactantes. Esa misma jornada, la oposición en bloque exigió la salida del subsecretario de Redes Asistenciales, Fernando Araos, a quien apuntan como responsable.
Tras la reunión, la ministra vocera Camila Vallejo (35) está en su oficina, revisando algunos documentos con mucha concentración. Ante las primeras preguntas, rápidamente despliega su minuta. Apunta que el Plan de Invierno se comenzó a trabajar desde enero, que en marzo se extendió la alerta sanitaria para todos los virus respiratorios y en mayo se adelantaron las vacaciones escolares.
Además, por los casos de niños fallecidos, señala que se iniciaron procesos investigativos para conocer las reales circunstancias de sus decesos.
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"Es importante que, a propósito de la muerte de cualquier persona, pero en particular en este caso de bebés, no haya utilización política, sino que se ponga en el centro cómo podemos todos y todas colaborar en enfrentar una situación sanitaria", subraya.
- ¿Cuál es la evaluación que hay entonces de la gestión del subsecretario Araos?
Aquí todos somos cargos de confianza del Presidente de la República, y si estamos en nuestros cargos es porque mantenemos su confianza.
Actualmente, además, el desafío central del Ministerio de Salud es seguir trabajando con todos quienes quieran colaborar en esta tarea, para poder enfrentar lo principal: Que menos niños se enfermen, que menos niños tengan que recurrir a los hospitales o las clínicas por presentar cuadros más complejos.
Entonces, está bien, la oposición tiene todo el derecho a hacer sus opiniones y sus críticas, pero lo que queremos evitar a toda costa es que haya una utilización política de un momento difícil que vive el país.
- ¿Y cuál es la evaluación del Ministerio en su conjunto? ¿Las acciones preventivas que se tomaron fueron suficientes?
O sea, se tomaron todas las medidas preventivas, pero en estas cosas siempre hay espacio para mejorar. De hecho, ese es el trabajo constante de los equipos especialistas, del comité experto, de ver cómo se va mejorando el manejo de los virus respiratorios, porque estas son situaciones dinámicas, tienen un cierto grado proyección, sobre la cual se tomaron medidas de manera anticipada.
Pero siempre hay que estar haciéndole seguimiento prácticamente día a día, para ver cómo reforzar, cómo preparar mejor, cómo hacer que, por ejemplo, las conversiones sean más rápidas de lo que están siendo, y eso implica varios refuerzos permanentes.
Evidentemente, lo que se busca siempre es estar mejorando en función de los objetivos. Pero ya hubo medidas anticipadas en la gestión de la alerta sanitaria, en inyección de recursos también, en la preparación de la articulación de convenios con el sector privado, porque eso es lo que se hace siempre aquí.
No es real que haya una anteojera ideológica, como se dijo en un momento, porque siempre se ha estado utilizando el sector privado. Particularmente en este caso, se ha estado utilizando para atender los casos críticos y poner a disposición la mayor cantidad de camas posibles pediátricas.
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- El expresidente Piñera ofreció la ayuda a su equipo y el excandidato presidencial José Antonio Kast planteó la necesidad de conformar un comité de crisis. ¿Estas son posibilidades abiertas?
Ese es el espíritu que nosotros esperamos tener en esto, de colaboración más que de ataque y utilización política. Nosotros creemos que en estas cosas, así como lo hicimos para enfrentar los incendios forestales en el sur, haya colaboración público-privada. Que aquí, más allá de las diferencias políticas, asumamos la tarea de enfrentar un tema que es de preocupación de todos y todas.
Además, es importante señalar que el principio de colaboración lo hemos mantenido. De hecho, en el comité de expertos, hay expertos que vienen del gobierno anterior. La misma ministra de Salud encabezó el comité de expertos para enfrentar la pandemia del COVID-19.
Entonces, entendemos perfectamente la importancia de la colaboración. Bienvenida toda la colaboración de exministros y exministras de Salud. Por cierto, creemos que independientemente de las diferencias políticas, ese el espíritu que queremos recoger y que se exprese no solamente en declaraciones, sino que en trabajo y disposición a ser parte de los equipos que hoy día están funcionando, y que son bien diversos además.
- Justamente, el exministro Mañalich llamó a dejar de lado la "politiquería" para respaldar a la ministra de Salud. ¿Desde el gobierno cuánto valoran ese mensaje?
Como te decía, el espíritu que queremos recoger es el de la colaboración, porque estas son campañas que tenemos que asumir a nivel país. El Ministerio de Salud es, claro, la autoridad sanitaria ejecutiva más relevante, pero junto con ella están los representantes de las clínicas, están los colegios profesionales, están los expertos, están los sectores políticos, está la misma ciudadanía.
La parte preventiva es fundamental, y para que la parte preventiva se cumpla, la comunicación de riesgo es clave. Y en eso, insisto, hay una responsabilidad principal, obviamente, de la autoridad sanitaria, pero todos y todas deben contribuir para que se logre el objetivo, para que sea eficaz, eficiente y llegue a cada rincón del país.
¿Cómo tomamos ese tipo de declaraciones de colaboración? Es lo que necesitamos, venga de donde venga, independiente del sector político. Tenemos que estar unidos, articulados, en sintonía, para que a la gente le llegue un mensaje claro y coherente sobre las medidas a tomar.
[caption id="attachment_843600" align="alignnone" width="900"] Camila Vallejo, ministra vocera de gobierno. Foto: Simón Lorca[/caption]
No hay "líneas rojas" en la reforma tributaria 2.0
- Han pasado 10 días desde la Cuenta Pública del Presidente Boric. Si tuviera que resumirla en uno o dos conceptos, ¿cuáles serían y por qué?
Yo creo que el Presidente marca claridad en objetivos que son compartidos. Hay un discurso que es profundo, pero al mismo tiempo hace sentido en la ciudadanía sobre dónde están las urgencias y las prioridades.
Más allá de los atributos propios del Presidente y su liderazgo, que yo creo que quedó muy bien expresado en la Cuenta Pública, él fija una hoja de ruta sobre cuál es el desafío que como gobierno, como país y como sociedad, tenemos que asumir, no sólo para el futuro de una mejor sociedad, sino también para el presente. Que sepamos comprender que hoy, en el presente, la ciudadanía nos exige a todos y todas la capacidad de ponernos de acuerdo en temas que son fundamentales.
Y que esto no es un tópico, que no sean palabras al aire, sino que podemos lograrlo porque lo hemos hecho en otras ocasiones. O sea, si lo pudimos hacer con las 40 horas que parecían imposibles, si lo pudimos lograr con el royalty minero que parecía imposible, o el salario mínimo que parecía imposible, ¿por qué no vamos a lograrlo en un pacto fiscal que ponga en el centro el objetivo de financiamiento?
Si todos estamos de acuerdo en que la sala cuna sea un derecho, o en la disminución de las listas de espera, o el aumento de la pensión garantizada universal. Son cosas que compartimos y, por lo tanto, la técnica de una discusión tributaria, por ejemplo, se tiene que poner a disposición del objetivo político, que son las personas y sus necesidades.
- Tras la Cuenta Pública, varios columnistas ocuparon conceptos como "portazo", "golpe de realidad", "tirar la cadena", para referirse al programa de gobierno. ¿Coincide que esa interpretación?
No, todo lo contrario. Yo creo que el Presidente es muy claro en expresar el sentido de nuestro programa de gobierno, al mismo tiempo que remarca la importancia de reordenar las prioridades en función de ser gobierno. Porque ser gobierno también implica estar haciendo que las urgencias ciudadanas sean las urgencias de gobierno, sin perder el horizonte, el objetivo y las convicciones.
Entonces, hace una muy buena síntesis entre lo que es la convicción y la capacidad de reordenar las prioridades en función de los contextos en los que gobernamos. Y a partir de esa síntesis, fija una hoja de ruta. Esa hoja de ruta implica varios compromisos y anuncios que no dependen del pacto fiscal y otros que, sin lugar a dudas, dependen del pacto fiscal, como lo dijimos desde un inicio.
Cuando señalamos que lo primero que íbamos a ingresar era la reforma tributaria, porque era la columna vertebral del financiamiento de varios de los compromisos programáticos gruesos, como Cuidados, PGU, entre otros. Ahora, en el contexto de la insistencia de la reforma tributaria para financiar esos compromisos, hemos señalado que vamos a hacer un pacto fiscal, que implica mirar este acuerdo más allá de sólo el parlamento, que es el que va a poder decidir al final.
[caption id="attachment_843607" align="alignnone" width="900"] Camila Vallejo, vocera de gobierno. Foto: Simón Lorca[/caption]
Que tengamos una mirada donde también la sociedad civil puede opinar; los trabajadores, el mundo empresarial y las pymes tienen un rol que jugar para que finalmente establezcamos cuáles son los principios y el compromiso de gasto de esa reforma tributaria. Al final, uno no puede estar creyendo que las reformas tributarias son porque sí, que vamos a modificar el régimen tributario porque sí. No, eso tiene objetivos de gasto público para las personas. Entonces, el centro de la discusión es esa.
Además, yo evitaría esta lógica que siempre nos han tratado de llevar, de que después de ciertos hitos no hay más nada que hacer. Pasó con el plebiscito el año pasado. Pasó luego con las elecciones del 7 de mayo. Ahora lo están tratando de llevar a, si es que se rechaza un pacto fiscal, no hay nada más que hacer. No, eso no es así, el compromiso del gobierno sigue.
Nosotros estamos poniendo todos los esfuerzos para que logremos ese pacto fiscal a fines de julio. Y bueno, si el resultado es distinto, volveremos a insistir con este tema. Vamos a insistir con el pacto fiscal, podemos hacerlo y nos quedan todavía años de gobierno para seguir buscando los recursos que la ciudadanía requiere para necesidades que son fundamentales.
- ¿Cree que supeditar buena parte de los anuncios a la reforma tributaria es una estrategia arriesgada? Se lo pregunto considerando que, si se rechaza la reforma tributaria otra vez, va a ocurrir que estas promesas no se van a cumplir y se van a terminar cobrando al final del gobierno.
A ver, no es real que ahora aparezcan los objetivos de la reforma tributaria, siempre estuvieron presentes. De hecho, las expectativas de la reforma tributaria en materia de recaudación siempre fueron alrededor del 2,7% del PIB. Sobre esto, porque el royalty tenía otra expectativa de recaudación que, bueno, lo sacamos, lo aprobamos y ya tiene un gasto más o menos comprometido.
Pero sobre la reforma tributaria, los 2,7% del PIB que busca recaudar no salían porque sí, era justamente porque parte del Sistema Nacional de Cuidados tiene un costo, porque las salas cuna tienen un costo, porque aumentar la PGU tiene uno de los mayores costos, porque los temas de seguridad también tienen un costo permanente adicional.
El tema es que hoy día el Presidente puso mucho más énfasis en el gasto, porque hay una definición estratégica en eso, y lo decimos abiertamente, creemos que así como pudimos avanzar el 40 horas y el royalty, lo podemos hacer con el pacto fiscal en la medida que sigamos poniendo en el centro los objetivos.
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Porque cuando en las 40 horas pusimos en el centro los objetivos y fuimos flexibles en los instrumentos, logramos sacar adelante las 40 horas. Cuando en el royalty pusimos en el centro el objetivo, que era el financiamiento para comunas y regiones, flexibilizamos los instrumentos y logramos sacar el royalty. Lo mismo con la tributaria, tiene que ver con dónde ponemos el centro de la atención, más que un cambio del contenido.
Vamos a ser flexibles con los instrumentos. Hay que resguardar principios obvios, que sea progresivo, por ejemplo. O sea, que no terminemos cargándole más impuestos a los que menos tienen, o a los sectores medios, sino a los que más tienen. El principio de progresividad es algo que evidentemente hay que resguardar.
Si alguien propone eliminar el impuesto al patrimonio, que son más o menos 0,5 puntos del PIB, bueno, ¿cuál es la propuesta? Si no nos gusta un instrumento de recaudación, que se propongan otros instrumentos de recaudación en la medida que compartimos los objetivos del gasto.
- Justamente, el impuesto al patrimonio fue uno de los puntos más conflictivos de la pasada reforma tributaria, y fue una iniciativa que usted defendió en sus tiempos como diputada. ¿Qué tan abierto está el gobierno a ceder en puntos claves como este?
Bueno, yo lo empujé en su momento, creo que es un instrumento interesante, pero nadie está casado. No tenemos, en ese sentido, líneas rojas. O sea, podemos tener flexibilidad en los instrumentos, pero en la medida que resguardemos el compromiso de gasto. A menos que tengamos diferencias en lo que hay que gastar, pero esa es otra discusión.
Eso sí, no es llegar y eliminar un instrumento de recaudación si es que no hay otro propuesto que lo reemplace y que nos permita cumplir esas expectativas. Porque si no, no vamos a tener los recursos suficientes para poder financiar gastos que van a ser permanentes.
Un Sistema Nacional de Cuidados no es un gasto de un año, hay que sostenerlo en el tiempo para certidumbre de la gente. El aumento de la PGU también hay que sostenerlo año a año. Los recursos que se requieren para mejorar la gestión clínica o quirúrgica, para acortar los tiempos de espera, son un financiamiento permanente en el sistema de salud. Y por lo tanto, no se financia solamente con una buena, y esporádica, situación económica. Sino que con un ingreso permanente para que el Estado pueda cubrir esos gastos para las personas.
Entonces, vuelvo al punto. Hay flexibilidad en los instrumentos. Esa es la idea. Y que esos instrumentos no perjudiquen a los que menos tienen. O sea, no vamos a reemplazar un impuesto a los súper ricos para aumentarle los impuestos a la clase media. Tenemos que mantener el principio progresividad para asegurar que el gasto vaya a donde se necesite.
[caption id="attachment_843606" align="alignnone" width="900"] Camila Vallejo, vocera de gobierno. Foto: Simón Lorca[/caption]
50 años del Golpe
- El Presidente planteó que en la conmemoración de los 50 años del Golpe de Estado no iba a haber espacio para el negacionismo. Pero dicha declaración choca con una realidad que reveló recientemente la encuesta CERC Mori, que mostraba una suerte de revival de pinochetismo y cierta añoranza por la dictadura. ¿Cómo se conjugan ambas cosas?
Bueno, lo primero es que el negacionismo no solo se le enfrenta desde lo sancionatorio, que es la discusión legislativa que se ha propuesto en el Congreso por parte de un grupo de parlamentarios, sino que también desde lo cultural, desde la construcción de consensos sociales y culturales.
Por eso el Presidente dice que hay que poner un límite en el debate. Él, siendo la primera autoridad del país, lo hace para dar el ejemplo. Y esto no tiene que ver solo con ser claro respecto a la verdad y respecto a lo que sucedió en nuestro país, de la ruptura democrática con el golpe de Estado, y lo que vino después con la dictadura y las violaciones de los derechos humanos.
Sino también se trata, en ese ejercicio, de cuidar nuestro presente y nuestra democracia hoy día. Porque en la medida que dejamos pasar en el discurso público el negacionismo, no lo enfrentamos políticamente, no le ponemos límite, entonces legitimamos que en nuestra convivencia actual vulnere también los derechos de las personas. O abra espacio a creer que la solución a los problemas es el autoritarismo, y no las soluciones democráticas por vía institucional.
Entonces esto no se trata de un capricho con la historia, no se trata de quedarnos en el pasado, sino que se trata justamente de cuidar y fortalecer nuestra democracia hoy. Esto es memoria presente y futuro. En última instancia, significa cómo damos una mejor respuesta hoy, más allá del negacionismo y más allá del pinochetismo, que de vez en cuando reaparece en nuestro país, para que justamente entendamos que la política tiene mucho que hacer.
Cuando no somos capaces de demostrar que a través de la política, de las instituciones democráticas, podemos dar respuesta a necesidades urgentes de la población, estamos alimentando los autoritarismos y a aquellos que creen que la solución es venir a imponer para resolver por la vía de la fuerza.
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- ¿Qué espera el gobierno de la oposición, en ese sentido, considerando que hemos visto representantes del Partido Republicano, algunos consejeros constitucionales, que han reivindicado la figura de Pinochet? ¿Qué le pediría a la oposición en su conjunto?
Bueno, a tener siempre presente el respeto de la democracia y los derechos humanos. A dejar de pretender negar la historia. Aquí hubo una ruptura, hubo gente que quisieron desaparecer, familiares aún buscan a sus hijos, a sus compañeros. No saben dónde están los cuerpos. A no negar que hubo tortura, que hubo exilio, que hubo violaciones. Porque eso nos hace mucho daño como sociedad.
No es posible cerrar la herida si es que permanentemente se niega el pasado. Por lo tanto, creo yo que el llamado es a respetar, no solamente a las víctimas, sino que respetar y valorar la democracia, los derechos humanos, porque estos parten por casa.
En ese sentido, yo quiero hacer también distinción entre lo que pueden ser los dirigentes políticos versus el conjunto de la sociedad. Y yo creo que la sociedad, independientemente de esa encuesta, termina por valorar sobre todas las cosas la democracia.
No solamente cuando se pierde la democracia se puede valorar, sino que se tiene que valorar la medida que está y que hacemos uso de estas instituciones.