El sabotaje a los gasoductos Nord Stream: Una bomba climática de metano
Hace pocos días, las autoridades marítimas de Suecia y Dinamarca alertaron de tres fugas en los gasoductos Nord Stream. Los agujeros provocados fueron tan grandes y se escapó tanto gas que, en las áreas afectadas se ha establecido una zona de seguridad como precaución y los barcos no pueden pasar en un radio de cinco millas (unos 9 kilómetros), ni pueden acceder vuelos a una distancia de un kilómetro.
Si bien, las autoridades danesas dieron por finalizadas este domingo las cuatro fugas en los gasoductos rusos Nord Stream, se estima que cerca de 300,000 toneladas métricas de metano ingresaron a la atmósfera como resultado de las emisiones.
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Se calcula que dicha cantidad de metano liberado tendría aproximadamente el mismo impacto climático, durante un período de 20 años, que las emisiones anuales de alrededor de 5,48 millones de automóviles no eléctricos y equivaldrán a aproximadamente el 32% de las descargas anuales de gases de efecto invernadero de Dinamarca, dijo Kristoffer Bottzauw, jefe de la Agencia Danesa de Energía, en una sesión informativa el miércoles pasado en Copenhague.
Las fugas de gas natural y la crisis climática
El metano es el principal componente del gas natural y, en términos de su potencia como gas de efecto invernadero, es mucho más dañino que el dióxido de carbono, el mayor responsable del cambio climático.
Investigaciones recientes han descubierto que las emisiones de metano son 80 veces peores que las de dióxido de carbono en una escala de 20 años y ya son responsables de aproximadamente el 30% del calentamiento global.
La única razón por la que el metano no es el mayor factor que contribuye al calentamiento global, es porque existe en menor cantidad que el CO2 en la atmosfera.
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