Cómo elegir nuevos constituyentes: El calculado y crucial debate sobre la fórmula electoral
Este viernes a la salida del ex Congreso, tras dos horas de reunión, las y los representantes de los partidos que negocian un nuevo proceso constituyente dieron una noticia que se ha vuelto la tónica de las últimas semanas: aún no hay acuerdo.
Tanto el senador Francisco Huenchumilla (DC) como el diputado Guillermo Ramírez (UDI), especularon que el jueves de la próxima semana, cuando se lleve a cabo una nueva cita entre los dirigentes de los colectivos, debiera anunciarse un pacto entre las fuerzas políticas. Sin embargo, todavía quedan muchos puntos en los que se deben acercar posturas.
[Te puede interesar] Ascanio Cavallo: "A las reformas constitucionales de Lagos les faltó una cosa: un plebiscito"
[Te puede interesar] Zanjas, muros y campamentos: Mega hackeo revela inquietud militar en Macrozona Norte
Uno de ellos es el sistema electoral que se utilizará para determinar quiénes redactarán la nueva propuesta constitucional. Si bien aún no se ha profundizado en este tema durante las distintas instancias negociadoras que se han llevado a cabo, sí se han puesto diferentes alternativas sobre la mesa, con las que cada sector busca maximizar su potencial cantidad de escaños.
Mientras el PC, el PS, el Frente Amplio y la UDI se abren a un sistema de listas cerradas y nacionales, otros sectores cuestionan lo que ocurriría con la representatividad regional en este tipo de elecciones, por lo que también se ha planteado retomar un sistema por circunscripciones, actual división que se utiliza para elegir a las y los senadores.
En entrevista con El Desconcierto, dos analistas políticos aterrizan las distintas opciones para dilucidar a qué sector le conviene cada una de estas alternativas.
Listas abiertas vs listas cerradas
Para el coordinador académico de la Escuela de Ciencia Política UDP, Rodrigo Espinoza, el debate sobre si llevar listas abiertas o cerradas es uno de los más relevantes, pues determinan el tipo de composición política que tendrá el nuevo organismo.
“Si hablamos de un sistema de representación proporcional con listas abiertas, lo que se termina privilegiando es la personalización, en el sentido de que sale electa la persona más votada de la lista más votada. Por otro lado, un sistema de listas cerrado se espera que tenga un efecto contrario, ya que ahí la designación de las personas electas queda más bien en manos de los partidos, y por tanto eso fortalecería mucho más lo que tiene que ver con los grandes proyectos políticos”, explica el especialista.
[Te puede interesar] Proceso constituyente 2.0: Negociación sin PDG y Republicanos concluye sin acuerdo
[Te puede interesar] Guillermo Ramírez (UDI): “Mientras mejor nos vaya hoy, más rápido llegaremos a acuerdo”
Pamela Figueroa, académica de la Universidad de Santiago coincide con esta mirada. Además, recalca que la definición de las listas “tiene que ver con cómo se busca representar a las distintas fuerzas políticas. Una lista cerrada tiende a priorizar propuestas programáticas, y te permite complementar en una lista de candidaturas personas con distintos perfiles, pero que tienen que cumplir y estar de acuerdo y compartir un programa. Las listas abiertas, en general, lo que buscan es que los electores se pronuncien sobre candidaturas específicas e individuales”.
Para la politóloga, la clave pasa por los incentivos políticos. “Si tienes una lista abierta tienes que llevar candidaturas muy competitivas en términos de su nivel de conocimiento, de liderazgo o lo que puedan representar. En cambio en las listas cerradas puedes hacer un mix de tipos de candidaturas, algunas que tengan mayor conocimiento y otras con otros perfiles”, puntualiza.
Listas nacionales: una innovación histórica
Otra de las definiciones sobre las listas tiene que ver con si serán nacionales o si se diferencian por territorios, ya sea en distritos o circunscripciones. De acuerdo a Figueroa, en Chile, nuestra tradición electoral es la segunda opción.
Esta fórmula, asegura, permite darle mayor representación a ciertas localidades o regiones y también “permite mostrar una mayor diversidad interna de los partidos políticos”, los que no siempre tienen representación nacional.
Espinoza concuerda con esta visión, complementando con que en un escenario de un distrito único nacional, las regiones con padrones más numerosos quedarían “sobrerrepresentadas” a lo menos en lo discursivo y en la oferta política.
“El gran problema de las listas nacionales en un país como Chile, es que las candidaturas tendrían que hacer buena parte de su campaña en las grandes regiones y en los grandes centros urbanos, es decir, buscar el bolsón de votos en la Metropolitana, después en Valparaíso y luego en Biobío”, establece.
[Te puede interesar] Raúl Soto tras reunión con alcaldes: “Acuerdo constituyente debe ser completo, no por parcialidades”
[Te puede interesar] Diferencias en Evópoli: Luz Poblete cree en un acuerdo “pronto” y Cruz-Coke no tiene “ninguna prisa”
Ambos analistas aseguran que es difícil anticipar qué tipo de sistema va a terminar imperando en las negociaciones. No obstante, Figueroa confía en que las fuerzas políticas podrán encauzar de buena manera este nuevo proceso, aclarando que “no hay sistema electoral perfecto, cada sistema electoral está adecuado a un propósito o un objetivo que se da una comunidad política”.
“Me parece que las listas cerradas no son una mala idea, porque hoy día hay una necesidad de fortalecer los partidos políticos y los proyectos, más que las candidaturas individuales. Además, si hay listas con ordenamiento alternado o listas cebras, podrían generar una fórmula para la paridad, que es un valor muy relevante y un logro para la sociedad”, afirma la doctora en Estudios Políticos y Sociales.
Mientras, para el docente de la UDP “ninguna de las opciones es descartable, pero si tomamos en cuenta lo que sucedió con la Convención Constitucional, yo creo que deberían implementarse sistemas de listas cerradas, sobre todo para favorecer la disciplina en los partidos políticos, y beneficiar a los grandes proyectos colectivos por encima de la personalización o el caudillismo”.
“Si lo vemos desde el punto de vista del distrito único nacional y representación distrital por región al menos, la verdad de las cosas es que esta última alternativa sigue siendo mucho más interesante, sobre todo si se hace un buen diseño electoral que no sobrerrepresente al centro del país”, expresa el cientista político, haciendo el alcance de que “un sistema de listas cerradas con distritos seguramente dejará inconformes a los independientes”.
Voto obligatorio y el fin de los independientes sin partido
Un último punto a tocar en la negociación es si se mantendrá en voto obligatorio en la elección de constituyentes. Especialmente, luego de que la propuesta del oficialismo lo omitiera como prioridad a partir de los resultados del 4 de septiembre.
“Teóricamente el voto obligatorio iba a favorecer la participación de las clases populares, y por lo tanto iba a propiciar una inclinación más hacia la izquierda. El Plebiscito de salida mostró la necesidad de volver al centro, por lo tanto, sería un error de lectura pensar que porque ganó el Rechazo ganó la derecha, o los sectores de la extrema derecha. El voto obligatorio, en este caso, en un país de tendencias más moderadas como es Chile, probablemente podría ayudar a ordenar más la política y tirarla hacia el centro nuevamente”, desliza Rodrigo Espinoza.
En esa misma línea, Pamela Figueroa comenta que “con la elección del 4 de septiembre se desmitificó que el voto obligatorio favorecía a un sector político u otro. Es muy relevante que el voto obligatorio se quede porque se fortalece la democracia, en el caso chileno”.
[Te puede interesar] 200 días de Boric: Su desempeño legislativo en comparación a Bachelet y Piñera
[Te puede interesar] Boric vs Boric: Contraste entre la imagen del Presidente en Chile y en el extranjero
En cuanto a la participación de independientes, todo indica probablemente deberán aliarse con los partidos para integrar las listas. Esto no es una sorpresa para la académica de la Usach, quien plantea que “históricamente los independientes han participado a través de partidos políticos, porque hay que decir que son personas que, si bien no tienen militancia, eso no significa que no tengan una posición o una visión de sociedad. Entonces, me parece mucho más transparente que participen en listas con partidos políticos”.
En ese sentido, Espinoza complementa apuntando a que en el primer proceso constituyente “se le dio una enorme oportunidad a los independientes para mostrarse como un grupo distinto y una renovación en la política. Pero, finalmente, esa renovación no estuvo a la altura de las expectativas de la ciudadanía, donde las formas de muchos convencionales terminaron decepcionando a las personas”.
“En ese aspecto, es de común consenso que la política tiene que volver a los partidos, y si los independientes quieren colaborar, probablemente van a tener que sumarse a las listas de los partidos, porque lo que ya hemos visto es que si los independientes no responden ante otras instancias, su comportamiento sin ningún constreñimiento puede terminar causando formas de actuar que no generen consenso o que distancien a la ciudadanía de este proceso, que es un error que no se puede volver a cometer”, cierra el politólogo.