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Servicio Jesuita a Migrantes: Tanto chilenos como extranjeros
Waleska Ureta, directora del Servicio Jesuita a Migrantes/Imagen cedida

Servicio Jesuita a Migrantes: Tanto chilenos como extranjeros "debemos comprometernos con el respeto mutuo"

Por: Carolina Ceballos | 17.08.2025
Waleska Ureta, directora del Servicio Jesuita a Migrantes, aborda la crisis migratoria en medio de un año decisivo en Chile, con elecciones presidenciales y parlamentarias. "Permitirles votar en elecciones es una medida que favorece su integración y su vínculo con Chile", asegura al tiempo que aboga por una mejor convivencia multicultural.

En un año de elecciones en Chile, donde la población hace años mutó hacia la multiculturalidad dada la alta tasa de migrantes habitando en territorio nacional, se han puesto en el debate distintos temas asociados a esta nueva configuración social, siendo el del voto extranjero y la convivencia, entre otros, parte de lo que se conversa en distintos niveles.

Contexto en el que dialogamos con Waleska Ureta, directora del Servicio Jesuita a Migrantes, quien tiene una mirada clara respecto de algunas materias vinculadas al nuevo país en el que nos encontramos.

- ¿Cómo observan desde la entidad que lideran, la evolución a este año de la convivencia entre chilenos y extranjeros en nuestro país?, ¿se ha seguido deteriorando?

Nosotros entendemos que así como existe un duelo migratorio por dejar su país de origen, su familia, su hogar, también existe una afectación importante para quienes acogen la migración en sus barrios y deben convivir con nuevas culturas, nuevos vecinos. Por eso, es complejo que el proceso de integración se produzca naturalmente sin el apoyo de políticas públicas adecuadas.

En los últimos años, hemos visto con preocupación cómo la convivencia se ha tensionado, con algunos ejemplos públicos y dramáticos. También los estudios de opinión dan cuenta de una importante distancia social hacia los migrantes. El discurso público se ha ido polarizando, especialmente cuando se vincula migración con delincuencia de forma indiscriminada.

Esa narrativa instala temor y división, generando un ambiente más hostil hacia las personas migrantes, muchas de las cuales llegaron buscando protección, mejores oportunidades y ser un aporte al país.

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"Una mala convivencia puede dejar huellas profundas"

- ¿Qué tanto puede impactar en las nuevas generaciones una mala convivencia entre chilenos y migrantes?

Una mala convivencia puede dejar huellas profundas en la forma en que los niños, niñas y jóvenes migrantes o hijos de migrantes construyen su vínculo con el país. Cuando se normaliza la discriminación o el prejuicio, se perpetúan estereotipos que fracturan el tejido social. En cambio, cuando las nuevas generaciones crecen en entornos donde se valora el aporte de cada persona, independiente de su origen, se fortalece una ciudadanía más empática, democrática y cohesionada.

Por eso, tenemos una responsabilidad ética en cada espacio, escuela, empresa, familia, barrio, para promover una convivencia nacida de un “nosotros más grande” que el propio prejuicio de origen, credo o condición.

- ¿De qué manera se puede incidir positivamente en una sana convivencia en una sociedad multicultural?, ¿qué actitud es esperable desde los chilenos y también desde los migrantes en beneficio de una mejor relación?

La convivencia no ocurre espontáneamente, se construye. Desde el Estado se necesita inversión en integración social y una narrativa pública que no divida entre “nosotros” y “ellos”. Desde la sociedad civil, el desafío es dialogar, compartir espacios, y derribar prejuicios desde la experiencia concreta.

Y en términos personales, tanto chilenos como migrantes debemos comprometernos con el respeto mutuo, el cumplimiento de normas comunes y el reconocimiento del otro como igual en dignidad.

- Considerando que en tres meses más tenemos elecciones presidenciales y parlamentarias en nuestro país, ¿cómo observan el rechazo evidenciado por algunos sectores y encuestas al voto migrante en los comicios chilenos?

Es legítimo que un país discuta la participación de los extranjeros en sus elecciones, ya que existen distintos criterios en el mundo, en términos de la exigencias de tiempo de permanencia o nacionalización para votar o de si se les permite votar en elecciones nacionales o locales. Todo eso es discutible.

Lo importante es hacerlo con una mirada de largo plazo y no por cálculos políticos de corto plazo. Eso sí, sin duda el permitirles votar en elecciones es una medida que favorece su integración y su vínculo con Chile.

¿Se instrumentaliza la migración?

- ¿Cómo sienten ustedes que se vincula el poder político con los migrantes en Chile?, ¿sienten que podría haber alguna suerte de utilización de las comunidades extranjeras a partir de contingencias como la crisis de seguridad y las mismas elecciones?

Lamentablemente, vemos que en algunos casos la migración ha sido instrumentalizada políticamente. Se simplifican problemas estructurales de larga data como la seguridad o acceso a la salud, responsabilizando solamente a los migrantes, en lugar de abordarlos con mayor profundidad.

Esta utilización es peligrosa, ya que la alimenta la desconfianza, aumenta los discursos de odio y pone en riesgo la vida de miles de personas. No podemos olvidar que gran parte de las personas migrantes seguirán haciendo su vida en el país y debemos preocuparnos en integrarlos, por el bien de Chile en su conjunto.

- ¿Cómo observan la arremetida anti migración de Trump, considerando que la ultraderecha es por definición contraria a las comunidades migrantes y que el liderazgo del mandatario tiene una influencia local relevante de parte de algunos sectores de nuestro país?

El discurso anti migración de Trump, y de otros liderazgos similares, tiene efectos concretos más allá de sus fronteras. Cuando se legitima públicamente el rechazo, la exclusión o la criminalización del migrante, ese relato se replica en muchos países, incluido Chile.

Rechazamos toda narrativa que construya enemigos internos, porque la experiencia nos demuestra que eso sólo conduce a sociedades más fragmentadas, violentas y deshumanizadas.

Esperamos una migración segura, regular y humanizada

- Pensando en las nuevas autoridades que va a tener Chile con las elecciones que vienen, ¿qué expectativas tienen como Servicio, considerando las apuestas a La Moneda mejor aspectadas en este momento?

Como Servicio Jesuita a Migrantes, nuestra expectativa con cualquier autoridad que asuma el gobierno es clara: que promueva una migración ordenada, segura y regular, pero también que esta sea humanizada. Esperamos voluntad política para mejorar los procesos de regularización y avanzar en integración.

Nuestro compromiso será siempre con las personas migrantes y con la sociedad chilena en su conjunto, promoviendo una buena convivencia y que todas las personas puedan desarrollar dignamente su proyecto de vida, siendo un aporte a la sociedad.

- ¿Le parece que existe un doble discurso en Chile respecto del migrante, considerando toda la mano de obra que ponen a disposición de nuestro mercado laboral las comunidades extranjeras?

La economía chilena se beneficia del trabajo de personas migrantes en múltiples sectores: agricultura, construcción, salud, comercio, cuidado de personas, entre otros. Pero al mismo tiempo, a veces esas mismas personas son marginadas, estigmatizadas o señaladas como una amenaza.

Es importante ser coherentes, no sólo aceptando el aporte del migrante cuando conviene económicamente, sino que también su presencia cuando se habla de derechos o participación.

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