Bachelet por el Apruebo: Análisis cuadro a cuadro del video más esperado de la franja
Este miércoles se estrenó el sorpresivo video protagonizado por Michelle Bachelet para la franja del Apruebo, a pocos días del Plebiscito para dirimir una nueva Constitución.
Si bien un reportaje de La Tercera había asegurado que la exmandataria había dejado "en visto" a los comandos y había viajado a Suiza sin grabar para la campaña, a principios de semana se ratificó su aparición en la semana decisiva.
El video tuvo varios puntos altos y fue bien recibido en redes sociales. En El Desconcierto realizamos una revisión cuadro a cuadro del video para entender por qué es tan bueno.
[Te puede interesar] Bachelet en la franja: El backstage de la expresidenta con vecinos de Quinta Normal
[Te puede interesar] Michelle Bachelet aparece esta noche en la Franja del Apruebo: Así será su participación
Todo parte con un pocillo de mermelada de durazno, rodeado de galletas, marraquetas y azúcar. Ahí es, señoras y señoras, con ustedes su majestad la once.
Un sonido interrumpe todo. Están tocando la puerta y aparece la primera protagonista de esta historia: la señora Olga. Al abrir la puerta entra la luz a la casa y, con ella, Michelle Bachelet.
En ese primer diálogo, empieza a sonar en la mente de todos la canción "Permítame" de Tony Dize con Yandel, lanzada en el ocaso de su primer gobierno (2009). La letra sería algo así:
"Me preguntó como si no supiera nada, que cual era mi nombre y temblaba. Y yo le dije Michelle, y ella dijo no puede ser, para mí es un placer conocerte".
Entrando al comedor, comienza el conteo de las veces en que Michelle Bachelet dice "chiquillas".
Como gran anfitriona, la señora Olga le ofrece "prepararle una paltita" a Michelle Bachelet, pero ella la acompaña a la cocina.
Las voces de ambas se entrecruzan mágicamente mientras muelen el fruto y concuerdan en un saber milenario de la gastronomía nacional: No es necesario echarle aceite a la palta.
Siguiendo la línea culinaria, viene uno de los mejores comentarios de la tarde.
En la secuencia siguiente vemos el comedor en todo su esplendor estético. Los candelabros, los cuadros con flores y marcos dorados, las murallas color crema, el pan, las galletas y el café.
Todo se inunda de la calidez suficiente para recibir la primera confesión de la tarde: una de las vecinas asegura que su hijo aliado la sacó del machismo.
De pronto, Michelle Bachelet lanza un misil al corazón del voto popular femenino, al hacerles notar a las vecinas que en ninguna parte de la Constitución del 80 sale mencionada la palabra "mujer".
Luego viene el momento fact checking de Michelle Bachelet, donde desmonta una de las mentiras más divulgadas contra el derecho a la vivienda en la nueva Constitución.
Luego viene un cariñito para el Apruebo para reformar.
Incluso queda espacio para un cariñito para el octubrismo.
Y cierra este ciclo con un cariñito para los arbolitos, nostálgicos de la campaña de Boric.
Viene la catarsis: Michelle Bachelet se tiene que ir, un avión la espera para llevarla a Ginebra. Todas se reparten un lápiz pasta azul.
Y cierra con un mensaje directo al 51% del padrón: "Cuando las mujeres hacemos cosas, la historia avanza".
El cierre: Mensaje directo, sin rodeos.