El fracaso de la diplomacia: La ONU no logra un tratado para la protección de los océanos

El fracaso de la diplomacia: La ONU no logra un tratado para la protección de los océanos

Por: Luciano Badal | 30.08.2022
Después de 15 años, los negociadores no consiguieron alcanzar un acuerdo vinculante sobre los crecientes retos medioambientales y económicos de alta mar, o aguas internacionales. El objetivo era lograr que el 30% de la superficie de alta mar esté protegida en 2030.

Los océanos aportan casi el 50% del oxígeno que necesita la humanidad, pero reciben a cambio ocho millones de toneladas de plásticos al año y otros contaminantes asociados a la polución generada por el tráfico marítimo. El cambio climático amenaza con desbordarlos y su acidificación amenaza la vida en la Tierra tal como la conocemos. Sin embargo, ninguno de estos argumentos, ni siquiera la suma de todos ellos, han movido a la acción a los participantes en la conferencia de los océanos que este viernes ha concluido en la sede de la ONU en Nueva York sin acuerdo, tras dos semanas de trabajos.

Muchos esperaban que esta quinta sesión, que comenzó el 15 de agosto en la sede de la ONU, fuese la última y desembocara en un texto final sobre la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad marina fuera de la jurisdicción nacional.

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De acuerdo a lo informado por la agencia de noticias AFP, una de las cuestiones más delicadas es el reparto de los posibles beneficios obtenidos del desarrollo de recursos genéticos en aguas internacionales, donde las empresas farmacéuticas, químicas y cosméticas esperan encontrar medicamentos, productos o curas. Esta costosa investigación marítima es en gran medida una prerrogativa de las naciones ricas, pero los países en desarrollo no quieren quedarse al margen de los posibles beneficios extraídos de recursos marinos que no pertenecen a nadie.

Los países de la denominada High Ambition Coalition abordaron temas clave como la financiación demasiado tarde, poniendo en peligro todos los demás avances realizados en esta ronda de conversaciones.

Mientras que algunos grupos, como el de las islas del Pacífico y el grupo del Caribe, han presionado mucho para que el Tratado cruce la línea de meta, los países del Norte Global sólo han empezado a trabajar para alcanzar compromisos en los últimos días de las negociaciones, después de que se revelara que éstas estaban al borde del colapso el jueves pasado por la mañana.

Rusia también ha sido un bloqueador clave en las negociaciones, ya que se ha negado a participar en el proceso del Tratado y a llegar a un compromiso con la Unión Europea y muchos otros Estados en una amplia gama de cuestiones.

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Temas similares entre el norte y el sur se plantean en otras negociaciones internacionales, como las relativas al cambio climático, en las que los países en desarrollo se sienten más perjudicados por el calentamiento global e intentan en vano que los países más ricos los ayuden a compensar los perjuicios.

La altamar comienza en la frontera de las zonas económicas exclusivas (ZEE) de las naciones, que según el derecho internacional llegan hasta las 200 millas náuticas (370 kilómetros) de la costa de cada país, y no está bajo la jurisdicción de ningún Estado. El 60% de los océanos del mundo entran en esta categoría.

Si bien los ecosistemas marinos saludables son cruciales para el futuro de la humanidad, particularmente para limitar el calentamiento global, solo el 1% de las aguas internacionales están protegidas. Uno de los pilares clave de un eventual tratado es permitir la creación de áreas marinas protegidas, que numerosas naciones esperan que cubran el 30% de los océanos hacia 2030.

Pero las delegaciones todavía no están de acuerdo sobre el proceso para crear estas áreas protegidas, ni sobre cómo implementar un requisito para las evaluaciones de impacto ambiental antes de nuevas actividades en altamar. Será necesaria una nueva ronda de diálogo para intentar cerrar un acuerdo antes de fin de año.

Al respecto, Luisina Vueso, coordinadora de la campaña de océanos de Greenpeace Argentina, señaló que "los océanos son fundamentales para la vida en la Tierra. Sin embargo, durante las dos últimas semanas, la  High Ambition Coalition no ha mostrado suficiente ambición ni urgencia. Como resultado, han fracasado a la hora de presentar un sólido Tratado Mundial sobre los Océanos que pueda proteger las aguas en alta mar. Prometieron un tratado en 2022, y el tiempo casi se ha agotado. Si bien no deberían cargar con toda la responsabilidad porque otros países han bloqueado deliberadamente las negociaciones, el hecho de no conseguir el tratado en esta oportunidad pone en peligro los medios de vida y la seguridad alimentaria de miles de millones de personas en todo el mundo. Estamos  decepcionados. Mientras los países continúen hablando, los océanos y todos los que dependen de ellos sufrirán".