La contaminación química superó el límite planetario seguro para la humanidad
Cambio climático, agotamiento de la capa de ozono, deforestación, acidificación de los océanos, pérdida de biodiversidad, ciclo de nitrógeno o contaminación química son algunos de los límites planetarios que, hace 9 años atrás, la comunidad científica determinó como problemáticas ambientales que amenazan la salud y desarrollo de vida en el planeta Tierra.
De los nueve umbrales identificados, cuatro de ellos ya se han superado, según un estudio publicado en Science en el año 2015. Sin embargo, en aquel momento algunos límites, como el de los compuestos químicos, no se pudieron cuantificar por falta de información. “Ahora esto ha cambiado”, afirmó, al medio The Guardian, Patricia Villarrubia-Gómez, estudiante de doctorado en el SRC de la Universidad de Estocolmo y coautora de un estudio publicado en la revista Environmental Science & Technology.
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De acuerdo a la investigación, se ha sobrepasado el "limite planetario" de la contaminación química, que ha cruzado el umbral del entorno estable de los últimos 10.000 años. Dicho límite correspondería al quinto de los nueve umbrales que los científicos aseveran como trasgredidos (el calentamiento global, la destrucción de hábitats salvajes, la pérdida de biodiversidad y la contaminación excesiva por nitrógeno y fósforo).
La producción de químicos ha aumentado 50 veces desde 1950
“Ha habido un aumento de cincuenta veces en la producción de productos químicos desde 1950 y se prevé que esto se triplique nuevamente para 2050”, explica Patricia Villarrubia-Gómez.
De acuerdo a Villarrubia-Gómez el ritmo de producción y liberación de químicos a la naturaleza no es compatible con un futuro seguro para la humanidad y el resto de ecosistemas globales, ya que impide que el aire, el agua o los alimentos estén limpios, dañando los procesos físicos y biológicos que sustentan la vida.
Para su análisis los científicos utilizaron la tasa de producción de productos químicos como plásticos, pesticidas, compuestos industriales y antibióticos y su liberación al medio ambiente. También se incluyeron los efectos de la extracción de combustibles fósiles y su liberación al medio ambiente.
Se calcula que hay unos 350.000 tipos diferentes de productos químicos manufacturados en el mercado mundial, creados por los humanos con efectos en gran medida desconocidos sobre el sistema terrestre.
En este sentido los investigadores señalaron que existe dificultad para determinar si la contaminación química ha superado un límite planetario, ya que no existe un antecedente pre-humano, a diferencia de la crisis climática o los niveles pre-industriales de CO2.
Plásticos, los mayores contaminantes
Los científicos se centraron en parte en el estudio de la contaminación por plásticos por varias razones. “La cantidad de la masa total de plásticos que se ha producido ya excede a la cantidad total en masa de todos los mamíferos existentes”, indicó Villarrubia-Gómez.
“Cada vez hay más evidencias científicas que apuntan a una gran preocupación. A día de hoy, sabemos que existen múltiples razones por las que los químicos y los plásticos producen impactos negativos en la salud de nuestro planeta, y que mayoritariamente se debe a la manera en la que los utilizamos en el día a día”, recalcó la científica.
"En el caso de los plásticos sabemos que hay una conexión directa con el cambio climático, pues al menos el 98 % de los plásticos vírgenes son un producto derivado de la producción de combustibles fósiles como la gasolina o el gas natural, lo que tiene asociado grandes emisiones de CO2 a la atmósfera, así como la contaminación de cuerpos de agua y suelos” explicó Villarrubia-Gómez.
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¿Qué soluciones se pueden implementar?
Ante la gravedad de la situación, la comunidad científica señala que es imprescindible avanzar hacia posibles caminos para solucionar la problemática ambiental asociada a la contaminación química.
Villarrubia-Gómez apunta a la necesidad de cambiar a una economía más circular. “Eso significa cambiar los materiales y productos para que puedan ser reutilizados”, apunta la científica.
Además, los investigadores indican que también se deben existir regulaciones más robustas respecto de la producción y liberación de estos químicos. Los científicos apuntan a un modelo similar al acordado por las naciones para reducir las emisiones de gases de invernadero.